XV

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Recuerdo perfectamente la primera vez que estuvimos juntos.

Los dos estábamos borrachos y al día siguiente pretendimos no recordar, nunca dije nada y fue mejor así porque dos meses después estábamos de vuelta en mi habitación, enredados entre mis sábanas blancas, con más anhelo y menos alcohol entre los dos.

Entre aquellas sábanas me olvidé de todo y de todos, no me importó que hubiese reprobado la escuela, no me importó el divorcio de mis padres ni los comentarios maliciosos que siempre me hacían mis hermanas. No me importaron los vecinos ni el resto del mundo porque te tenía a ti, porque estabas entre mis brazos, porque gemías mi nombre y porque me mirabas de esa manera que solo tú sabes hacer y que transforma el invierno en verano.

Esa tarde supe que te amaba y que tú también lo hacías, o que al menos me querías.

Y lo hicimos una y dos y tres y mil veces más hasta perder la cuenta. Te amé con todas mis fuerzas dentro de esas cuatro paredes y luego pretendía no hacerlo fuera de ellas.

Y tú también lo hacías.

¿Por qué fui tan estúpido y no grité a todo pulmón lo que sentía? ¿Por qué no me opuse nunca a esa estúpida cláusula que nos habíamos puesto y que nos impedía amarnos de verdad? Odiaba esa cláusula, aún lo hago.

Lo siento, ahí empezó mi cobardía. Si pudiera, créeme que en verdad, lo haría todo diferente.

—CSC


Las cosas que nunca te dije ➳  JiCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora