El sello no desprendió la luz que indicaba que fuese la correcta. Con la preocupación angustiándole en demasía, Sasuke se aproximó a una distancia prudente sin ser cauteloso en su acción. Repentinamente, el sello se abrió, liberando la energía entre un chico Omega y la mujer que sería su supuesta ama por los siguientes años. La luz que salió del objeto, mostró un brillo cegador que ni él fue capaz de soportar. Cayó al suelo inconsciente, sin saber qué ocurrió. Minutos más tarde, el demonio despertó bajo la sombra de un gran árbol de hojas perenne, mientras su mano era sostenida por un muchacho rubio.

—¡¿Qué diablos hiciste?! —Sasuke gritó furioso—. ¡Arruinaste todo, maldito mocoso!

Iracundo como se encontraba, el demonio trató de buscar a la mujer sin verla por ningún lado. Su destino se había unido al blondo entrometido, según Sasuke.

—¡¿Quién te crees para gritarme, imbécil?! —respondió encolerizado el Omega—. Por preocuparme por los demás, solo me gano groserías.

A partir de ese momento la vida de Uchiha quedó marcada junto la de Naruto, ese Omega rubio, de tez bronceada e impresionante ojos azules. Aquel chiquillo imprudente que debía servir hasta el término del contrato. El moreno debía cuidar de él por una inusual cláusula: cuando un humano interrumpe la liberación del sello, éste inmediatamente lo elige como amo, mientras que el demonio tendrá que ser su protector por el tiempo estimado.

—Me niego a creer que te hayas unido a mí —musitó el demonio, desviando la mirada del blondo.

—No entiendo de qué hablas —dijo Naruto—. Es probable que necesites atención médica por el golpe que sufriste.

—¿Cómo te explico la situación, Uzumaki Naruto? —inició Sasuke, captando la atención del Omega.

—¿Por qué sabes mi nombre? —retrocedió asustado el chico—, jamás te he visto.

—Debemos permanecer unidos, Naruto —el moreno hizo una corta pausa—. Primero, porque destruiste mis planes, y segundo, te convertiste en mi amo. Mi obligación es cuidarte y hacer lo que me pidas, incluso lo inimaginable para mantener el equilibrio entre el bien y el mal.

—¿Es un relato apocalíptico? —Uzumaki interrogó con burla—. Créeme, no me causa gracia.

—Soy un demonio, me llamo Uchiha Sasuke, y por desgracia conozco todo de ti —expresó el de ojos rojos—. Haremos todo lo más sencillo posible, tú continuarás con tu vida como acostumbras, y mi persona se encargará del resto.

—Te recomendaría que encuentres a personas que sí imaginen historias asombrosas del fin de los tiempos —anunció Naruto, moviendo su mano para retirarse.

Nada podía ser peor, Naruto se había ido tranquilamente dejando a Sasuke sin posibilidad de defenderse, pero él no estaba dispuesto a renunciar.

...

Sasuke podía saber en qué lugar estaría Naruto con solo dejarse guiar por su pacto inicial, iba a esperar que éste bajara la guardia para formalizar el contrato. La noche es el camuflaje perfecto para cualquier ente y él mejor que nadie lo emplea. Asechó al Omega, ingresando a su habitación sin abrir una puerta, con su condición de demonio, traspasó la rígida superficie sin ser detectado, después de todo, un ente decide cuándo debe mostrarse ante una persona.

Con una sonrisa plasmada en su rostro, Uchiha prefirió mirar los detalles de la pieza, contando los interminables segundos que faltaban para su encuentro con Naruto. Lentamente el pomo de la puerta giró en una dirección, ingresando por ella la figura del Omega, llevándose consigo la sorpresa de ver al diabólico ser, recostado en su cama.

Mi demonioWhere stories live. Discover now