Destino

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Disclaimer: Naruto ni ninguno de sus personajes me pertenecen, son de su creador Masashi Kishimoto, yo solo los utilizo para mi entretenimiento. 

... 

La vida de Naruto se resume de la siguiente manera: continua monotonía. De casa al trabajo y posteriormente, realizar tareas domésticas. Una rutina bastante interesante como para ser comparado con un autómata desquiciado, nótese el sarcasmo. Uzumaki no se quejaba de sus grandes hazañas; con 21 años, se valía por sí mismo, no gozaba de gran riqueza, pero se mantenía firme en alcanzar un camino prometedor, hasta que él, Uchiha Sasuke tuvo que entrometerse en su existencia.

Desde la perspectiva de Sasuke, el rubio Omega es un estúpido mocoso que interfirió con su anhelada libertad. Siendo un demonio condenado, Uchiha necesitaba encontrar la forma de volver ser quien era, una persona. Después de 998 años llevando la carga de entidad diabólica, es sencillo encontrar una solución; debía buscar un alma pura para servir y pagar su maldición por un corto lapso. Sin embargo, el blondo acabó con toda esperanza por una simple razón, se enlazó precisamente con él.

—A ese ritmo que vas, jamás encontrarás a un humano bondadoso, Sasuke —el platinado de nombre Suigetsu, comentó burlón.

—¡Podrías callarte! —Sasuke chistó molestó—. Déjame pensar por un momento —suspiró con resignación—. Ya no existen personas dignas, la maldad y codicia ha corrompido a toda la gente.

—Es irónico que la única forma de recuperar nuestra vida humana, sea a través de un acto generoso, se supone que los demonios nos alimentamos de la inmoralidad, debería seguir la misma línea —musitó el de cabellos blancos con saña.

—El diablo no conoce de razones, incluso con sus propios aliados es cruel.

El demonio de afilados dientes concordó con su huraño amigo, sin prestar atención a su alrededor. Las personas caminaban apresurados, descuidando las presencias demoníacas que esperaban pacientes el mísero despiste.

—¿Por qué no abres el sello? —sugirió el albino—. Si lo utilizas correctamente, tendrás a la persona adecuada que dependa de ti. Recuerda que solo tienes un día para cumplir con el contrato, Sasuke. Por mi parte, me despido y te deseo suerte.

Uchiha aceptó la recomendación del chico, abriendo el sello que escogería a su humano y no ocurrió absolutamente nada. No salió la luz del objeto como debía suceder, la marca seguía intacta sin rastro de energía. Sasuke maldijo a todo ser que conocía, su plan de recuperar su antigua vida humana se esfumaba en un santiamén, la impotencia de perder una oportunidad crucial le desconcertaba.

El demonio de ojos rojos anduvo sin rumbo fijo, mirando el sello que sostenía en su mano izquierda, tratando de buscar un indicio que señalara su error. Repasó mentalmente cada paso para liberar la energía que contenía el símbolo, pero todo fue hecho como debía hacerse. Sin embargo, recordó las palabras que una vez le dijo Suigetsu:

"El sello se mostrará únicamente cuando la persona elegida realice una acción que destaque su verdadera nobleza, solo él o ella podrá liberar al demonio de su condena".

Siguiendo su instinto, Sasuke pensó en incitar una buena acción para lograr su cometido, y así pagar los 2 años de servicio que validaría su maldición. Asumió que no sería difícil encontrar a alguien piadoso que cumpliera con sus expectativas. Sonrió con una confianza renovada, observando a cada persona, analizándolos con detalle para hacer una estrategia que cambiara la perspectiva momentánea de un individuo. Con habilidad se alejó lo suficiente, teniendo una vista privilegiada de Konoha y las auras de cada hombre o mujer sea Alfa, Beta u Omega. El moreno permaneció durante horas vigilando sus movimientos. Finalmente, una señora cumplía con las características específicas.

Mi demonioWhere stories live. Discover now