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El famoso estudiante Bon Smith de tan sólo 17 años, se encontraba tranquilamente leyendo un libro de historia universal.
Para el era divertido conocer todo lo que tuvo que transcurrir para poder estar el ahí. Incluyendo todas las desgracias que transcurrieron.

Frente a el, se encontraban dos chicas; ambas sus mejores amigas. Meglory Mccall y Golden Joyceline

Estaban sentados en un área especial para sus amigas y el.
El pequeño cuarto se encontraba detrás la biblioteca, como una habitacion extra. Ser el número uno traia sus recompensas. Ademas, pronto serían los exámenes y no podia decepcionar a nadie.

—¿Bon, vas a ir a la fiesta de mi primo esta noche? Esto de estudiar es algo agotador.—habló tranquilamente aquella chica de cabellos dorados.

—¿Es una broma, verdad? Sabes que no puedo bajar décimas en mis promedios, estaría arruinado.

—¿Te parece que ella esta jugando?— pregunto la albina enfadada mejor conocida como Meg—Bon, sabemos muy bien que para ti es sumamente importante esto de "auto superarte" pero tampoco exageres ¡diario estudias más de 8 horas! Más las horas del colegio, si no te detienes colapsaras.

—Chicas, si ustedes quieren ir a la fiesta, pueden ir sin problema alguno, pero no me metan en ello— contestó tranquilamente Smith sin despegar su vista de la lectura, sabía muy bien lo que decia— además, Joy, sabes muy bien que tu primo permite a sus invitados drogarse y eso es algo...asqueroso ¿sabes?

Sin tener nada más que decir, las chicas salieron indignadas de la biblioteca, a veces Bon solía ser demasiado castrante. Para ellas seria fácil dejarlo sólo, trayendo consigo una oleada de burlas incesantes. Llenas de inseguridad hacia si mismos.

Sin embargo, había algo que las detenía, siempre algo les impedía dejar a Bon a la deriva. Su inteligencia. Cualquiera que se acercara a Bon de manera amable, sería capaz de arruinar a Bon en semanas.

El tenía un aspecto de un típico chico "nerd". El no tenía popularidad ni mucho menos un fisico atractivo.

Sabía ocultar muy bien todas sus cualidades, cargando con el una cabellera desaliñada. Llena de nudos, realmente daban ganas de peinar su cabello turquesa. Realmente habia escogido sabiamente el tinte de su cabello.

Lo que le daba esa apariencia eran sus grandes lentes.
No le ayudaban a la vista pero, simplemente le gustaban. Ocultaban el verdadero color de sus ojos.

Los profesores del instituto sabían que Bon era alguien capaz de salir adelante por si sólo, por lo tanto, no lo apoyaban con su sufrimiento respecto a las burlas. Detrás de una mente brillante, habían demasiadas cicatrices mentales. Eran curadas con una lectura incesante. Nadie más podía curar esas heridas más que el mismo.

Pero, no tenía tiempo de pensar en su miserable vida, necesitaba asegurar su futuro. No podía vacilar ni mucho menos perder el tiempo en fiestas que sólo denigran la integridad personal.

Continuó con su lectura; Primera Guerra Mundial.

—Oh vamos...¿enserio? ¿Pelearon por una tonteria así?—se cuestionaba a si mismo. Nadie podría llamarle la atención para que guardará silencio. Esa habitación estaba desierta y podía dejar volar a su imaginación sin límite alguno.

La lectura se había convertido su hobbie favorito. Amaba todos los tipos de géneros, pero especialmente el de romance.

Bon soñaba con poder algún día encontrar a su amor verdadero. Tenía fe en que algún día encontraría a aquella persona que solo estaba destinada para el.

Una linda chica que comprendiera todos sus defectos, que lo apoyará en todo momento, que solo ella supiera como alegrarlo cuando más lo necesitara.
Que pudieran leer un buen libro juntos durante todo el día y poder hacer criticas sobre la tematica.
Realmente ese era su mejor sueño.

Incluso pensar en ello era emocionante y se manifestaba con cosquilleos en el estómago y una sonrisa se hacía presente junto con un ligero rubor con tan solo imaginar que un día llegaría su único amor. El sabria al instante que esa seria la persona indicada.

Despues de su larga rutina de estudio, salio a paso rapido del colegio con dirección a su hogar.
Necesitaba llegar a casa y poderse relajar unos minutos, antes de que llegará su padre ebrio, quejándose de su vida. Culpando a Bon de absolutamente todo.

Con sus amigas, Bon solía mostrar un interés nulo en cuanto al amor. Solía decir que era una enfermedad mortal; te podrías volver loco ya que podrías dar la vida por amor.
Podrías quedar ciego, y no darte cuenta de que tu pareja te engaña.

"Sólo lo dices por que nunca has tenido pareja"

Le decían ambas chicas. Y tenían razón, ellas ya tenían un poco más de experiencia en cuanto al tema del amor, pero Bon, sólo era un chico hablando sin pensar.
Nadie lo aconsejaba, solo se quejaban de el. Bon trataba de arreglárselas sólo y todos se quejaban de sus acciones.

Por eso Bon, en secreto, anhela una pareja. Para poder tener a alguien con quien desahogarse.
Alguien que lo haga sentir seguro de si mismo.
Alguien que le diga "todo estará bien" cuando el piense lo contrario.
Alguien a quien le pueda dar todo su amor sin cansarse nunca.

Camino a su hogar había una gran gama de colores en las casas, incluso algunas tenían colores fusionados, creando maravillosos tonos.

Le agradaba caminar y entre ellas y pensar como las personas se habían tomado su tiempo para elegir un color representativo. Era como ver sus emociones plasmadas.

A unas pocas casas antes de llegar a su simple hogar, escucho que alguien había pronunciado su nombre.

—¡Bon!—grito Joy mientras se acercaba corriendo—es bueno por fin encontrarte

—¿A mi? ¿Qué sucede?—pregunto con una pizca de interés

—Tienes que regresar al colegio, es urgente.—Pidió rápidamente a causa de su falta de aliento —Meg ya está allá, nos está esperando ¡TIENES QUE DARTE PRISA BON!

Sin poner resistencia, Bon fue corriendo al igual que su amiga con dirección al colegio. Su mente le daba una extensa variedad sobre las posibilidades que explicaban el porqué lo buscaban a el con tanta urgencia. Ninguna de ellas eran satisfactorias, le preocupaba el hecho de ver a Joy angustiada, realmente debía de ser una urgencia.

—¡Corre Bon! Hay alguien que te esta esperando—gritaba la rubia con cierta delicadeza característica de ella.

—¿Esa es la emergencia?

No obtuvo una respuesta, lo que lo dejó confundido. ¿Quién lo podria estar esperando? El no recordaba haber citado a alguien después de clases.

Cuando llegaron al lugar que le indico Joy, se sorprendió al ver a una chica peliazul que acompañaba a la Albina.
Su lindo cabello azul oscuro estaba recogido en una coleta, que hacia un buen juego con la forma de su rostro.

—¡SORPRESA!—gritaron ambas amigas de Bonte preparamos una cita.

El peliazul les dirigió una mirada con confusión. No sabía que estaba pasando, ¿una cita?
Se supone que el debería invitar a salir a las chicas y no que sus amigas hicieran todo el trabajo.

—Mi nombre es Liliana, pero puedes decirme Lili, es un gusto.—se presentó con una pizca de timidez, era la primera vez que Lili convivia con un chico heterosexual.

—El gusto es todo mio—respondió educadamente Bon, tratando de disimular su enfado.—Entonces, ¿nos vamos?

Ambas chicas se miraron entre si y sonrieron al ver como Bon salía de la habitación con la chica tomada de su brazo. Era increible ver que Bon no la trataba mal y mucho menos actuaba tímidamente.

Su plan funcionaría perfectamente.

Virus [FON] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora