Depression. [Vkook]

3.

"Y si cortas una rosa, se vengará. Te hará llorar, te hará sangrar, te hará arrepentirte por causar tanto daño a quien no te ha dañado."

Pensaba en todo lo que lo había ayudado, ¿debía devolverle la mano?, claro que debía pero, ¿cómo? No sabía cómo devolverle lo que había hecho por el. ¿un almuerzo tal vez?

-Hyung... -lo removió-. Hyung despierta...

Pero este sólo reclamó para voltearse al otro lado.

-Jungkook Hyung despierta -hizo una mueca-. La maestra ya llegó.

Nada. Levantó su cabeza para ver al rededor y al percatarse de que la dicha maestra no había llegado, se volvió a esconder en sus brazos tirados en la mesa.

-No mientas, mentir es malo -dijo el castaño.

-Pero...

-Jisung por favor, estoy bien ¿sí? -levantó su cabeza para mirarlo y el otro solo se llevo la mano a la boca en forma de sorpresa.

El estaba golpeado, tenía cortes en su pómulo y ceja. Se veía fatal, esa linda cara se veía fatal.

Habían golpeado a su Hyung por culpa suya. Pero es que siempre estaba ahí para protegerlo, siempre aparecía como su salvación en el momento justo.

-Y-yo... yo... lo siento mucho Hyung -bajo la cara apenado, los ojos le picaban en forma de advertencia a que lágrimas estaban amenazando por salir.

¿Y el qué podía hacer por el?, nada.

No podía hacer absolutamente nada porque era débil, era pequeño, era inservible que intentara hacer algo porque podría salir peor. El castaño sólo podía pensar en el día anterior, tenía miedo... tanto miedo; sólo quería gritar y pedir auxilio ante la persona que tenía en frente pero simplemente no podía, no podía porque le causaría problemas al lindo chico que le había tendido la mano. El no podía hacer eso, no podía poner todo el peso sobre los hombros de Taehyung... No podía arriesgarse a que el saliera herido por su culpa, peor, que su grupo de amigos y el saliera heridos por culpa de Jeon jungkook. La tarde anterior cuando el chico de lunares lo había llevado a su casa para ayudarle, le interrogó a varias causas... le habia costado trabajo poder deshacer el nudo que llevaba en su garganta desde que salió a toda velocidad desde el establecimiento de estudios, le costó poder soltar algunas palabras después de tanta generosidad de parte del chico.

Su madre nuevamente había llegado en la mañana, una vez más no le tomó en cuenta... ¿qué podía hacer?, ¿Qué podía hacer para que su madre le volviera a dar una calida sonrisa? O tal vez sólo una mirada...
Se notaba aquella tristeza, se notaba esa ausencia en su forma de actuar, se notaba la inseguridad de él al caminar o el simple hecho de que su respiración era irregular cada vez que alguien se le acercaba a hablarle, porque se ponía felíz, se sentía nervioso porque la gente era calida, era distinta a como estaba acostumbrado a ser tratado.

-Hyung.. -lo movió-. Hyung... ¿Por qué lloras?

No se había dado cuenta que unas cuantas lágrimas rebeldes se habían atrevido a salir y recorrer sus mejillas con tanta confianza.

Porque estaba sumergido en sus pensamientos, sus tristes y depresivos pensamientos.

Quería escapar, quería ir tan lejos... tan lejos de todo. Tomó sus cosas e ignoró al menor que preguntaba preocupado por su estado anímico. Salió y corrió, corrió pero chocó con algo haciéndolo perder el equilibrio y caer, mejor dicho alguien.