Uzumaki

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La historia de el relámpago amarillo de Konoha y el habanero sangriento era una de aquellas que vale la pena escuchar.

Minato Namikaze y Kushina Uzumaki se conocían desde la academia cuando eran solo unos niños.

Ambos eran totalmente diferentes; por un lado Minato era un niño callado e inteligente, aceptado por todos como un genio. Mientras que Kushina era un chica ruidosa e impulsiva, rechazada por la mayoría de sus compañeros de clase por ser una forastera.

Sin embargo ambos tenían un sueño en común; convertiste en Hokage.

A medida que el tiempo pasó y después de aquel incidente en el que otra aldea estuvo apunto de secuestrar a la  pelirroja, siendo el héroe de esta historia el rubio Namikaze, los dos jóvenes se enamoraron y crecieron juntos.
Pasando los años contrajeron matrimonio y con el tiempo ese amor dio como fruto un bebé.

—Es un niño.– la ninja médico miro a la pelirroja con una sonrisa en su rostro mientras que esta derramaba pequeñas lágrimas de alegría.

—¡Un niño 'ttebane!—gritaba feliz la kunoichi una vez en la vivienda que compartía con su amado rubio.—¡Seré mamá de un niño!

Minato sonreía mientras la pelirroja lo abrazaba con fuerza del cuello, su vientre cada vez estaba más abultado de lo normal, para ser solo un bebé, dando paso a que la vida de su hijo no nacido estuviera cada vez más cerca.

(...)

10 de octubre.

Los gritos en aquella cueva protegida por ninjas ANBU estaba siendo llenada con gritos de la pelirroja mujer, su trabajo de parto había iniciado hace unas horas siendo un tanto complicado.

—Alto Kushina-san, no puje más.—la esposa del tercer Hokage al igual que Minato y la enfermera que estaba ayudándolos se giraron a ver a la ninja médico que asistía a la pelirroja.— Algo va mal, ¿ustedes estaban esperando solo un niño?

—Si, un niño.—respondió el rubio rápidamente ante la mirada de temor que expresaba su esposa.

Kushina no podría soportar que algo malo pasara con su bebé. Aquel pequeño debía crecer y ser fuerte como ella, inteligente como su padre y tener una vida de lo más feliz.

No deseaba menos que eso para el, ella necesitaba tenerlo entre sus brazos lo más pronto posible para protegerlo del mundo, de la misma forma que Minato los protegería a ambos.

—¡Ugh!– un grito de la pelirroja salió de su garganta.— ¡Duele dattebane!

La esposa del tercer Hokage no podía explicarse lo que estaba pasando en aquel momento, la joven pelirroja pujo de nuevo y de ella salió un cuerpo pequeño, al menos para ser un bebé de nueve meses. Este no lloro.

—Es una niña...–la enfermera procedió a dar pequeños golpes a la recién nacida para que llorara.

Sin embargo solo había silencio, los golpecitos habían sido inútiles.

—¿Qué?– Minato observaba perplejo la situación, pero su esposa tomando con fuerza su mano lo trajo de vuelta a la realidad, haciendo que la observará.

—¡Son dos!–exclamó la enfermera mientras le mostraba a los nuevos padres a su hija.– Es muy pequeña y débil, debo llevarla al hospital.

Los ojos de los dos jóvenes se posaron en la pequeña, se veía cansada y pequeña, su cabello era rubio como el de su padre y su rostro parecido al de su madre. Era muy bonita, aunque también se le veía algo pequeña y frágil.

—Natsumi-chan...—dijo observando al joven padre.— Tiene que tener un nombre parecido al de su hermano.–declaró acariciando con su dedo el suave rostro de su hija.

Minato estaba asombrado de lo pequeña que era, al igual de lo bonita que llegaría a ser algún día. Ella sería en definitiva la pequeña niña de papá.

La joven enfermera les miro con ternura al momento que Kushina besó a su pequeña en la frente, justo como Minato había hecho antes, sabían que era momento de que se la llevaran al hospital.

Sin saber que esa sería la última vez que le verían.

Exactamente cinco minutos después nació el pequeño Naruto, de un tamaño normal, saludable y de igual manera rubio como su hermana con unas marcas en sus mejillas. Tanto el rubio como la pelirroja estaban más que felices, dos pequeños solo de ellos.

Serían la familia más feliz de toda Konoha con sus pequeños mellizos corriendo sin parar por ahí.

Sin embargo la felicidad no duró mucho tiempo antes de que la tempestad comenzará.

Por un lado la pequeña Natsumi fue atendida rápidamente en el hospital y después dejada en su hogar, al comprobar que nada malo pasaba con ella.

Kushina lloraba y abrazaba a sus dos pequeños mientras Minato solo observaba con amor y tristeza a su pequeña familia.

El deber lo llamaba y no había nada que hacer contra ello, el ahora tenía dos nuevas razones para proteger aún más la aldea de la hoja y nadie podría pararlo en aquel momento. Justo cuando puso la capa en su cuerpo y salió al combate, deseando algo mejor para ellos.

(...)

La decisión final ante el crítico momento fue sellar al Kyuubi dentro de Naruto, puesto que el pequeño se veía mucho más fuerte que su hermanita, junto con chakra de sus padres. Natsumi recibió chakra de la pelirroja y del rubio, así como una pequeña parte del de aquel zorro.

Sus padres se despidieron con tristeza de ellos, les dolía saber que no vivirían para ver a sus pequeños hijos crecer. Después de unas últimas palabras de despedida, justo cuando la joven pareja dio su último suspiro termino su bella historia.

Sin embargo cuando una termino la verdadera historia estaba a punto de comenzar.

El apellido Uzumaki no acabaría ese día.

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Otro prólogo sacado del Rincón de los recuerdos e ideas de este ser extraño jsjs

Espero les haya gustado este también. Estoy considerando escribir pequeños shots de estas historias (Uzumaki y Akane Uchiha), ¿qué piensan ustedes?

Las veo en comentarios, ¡hasta la próxima!<3

Naruto One ShotsWhere stories live. Discover now