Problemas.

4.5K 378 19
                                    



       —Lo siento, no he escuchado bien, ¿Qué tú eres quién?— Haziel estaba atónito, con los ojos abiertos de par en par y las cejas torcidas, sus pupilas eran de un negro opaco como el carbón que parecían no reflejar la luz y además estaban dilatadas, o por lo menos eso había pensado Isaac, pues su tamaño era más grande de lo normal. Las rizadas y espesas pestañas enmarcaban sus ojos haciéndolos pareces mucho más expresivos y en aquel momento llenos de confusión, sus mejillas se tornaron de un rosa pálido.
—Su novio,— remarcó el pelinegro. Acercándose ofensivamente a Haziel, quien era visiblemente más alto.— ¿lo deletreo para ti? N-O-V-I-O, novio.— El tono de Xie se había vuelto exagerado, y Haziel evitó contestar, girándose y mirando a Isaac con los ojos muy abiertos. El rubio se sintió agredido pues a pesar de que la mirada de aquel chico era tan fuerte como la de Xie, no era agresiva, tampoco atemorizante, sino todo lo contrario y lo hacía sentirse en paz. Por otro lado, los ojos de Xie siempre ardían con furia, odio, pero los de Haziel eran opacos y triste, una mirada que te hacía sentir melancólico solo de verla.
—¿Es eso verdad?— preguntó con un tono de voz bajo, suplicante y roto. Isaac no supo que contestarle, trataba tan siquiera de negar con la cabeza pero se había quedado petrificado por las palabras de Xie, que permaneció tras Haziel con los brazos cruzados y viéndolo con una de sus miradas retadoras.— Es que no puede ser verdad, apenas hace unos días estábamos... Tratando de que las cosas funcionaran y ahora me encuentro con esto... ¿Estás seguro de que no es una equivocación?, seguro es tu memoria que está fallando, debes pensar, piensa bien, recuerda todo lo que tuvimos... todo lo que tenemos.— Haziel titubeaba, ansioso, después de tranquilizarse un poco y respirar unos segundos, señaló a Xie con un dedo de arriba a bajo despectivamente, sin siquiera verlo.— en realidad prefieres estar con él, ¿en vez de conmigo? Después de todo lo que yo he hecho por ti, ¿sabes en qué te estás metiendo con esa familia? ¡Son peligrosos!
       Haziel había gritado las palabras equivocadas, los ojos de Xie chispearon al instante que terminó de hablar con esa singular luz propia de él.
—No sabes de lo que estás hablando, maldito burócrata celestial, ¿olvidas quienes fueron los que desplomaron la divina puerta del cielo y les quitaron su autoridad?— se entrometió el pelinegro, señalándose a si mismo con ambos pulgares.— te puedo romper la cara con un brazo atado a la espalda.— lo amenazó, cerrando fuertemente los puños y arrugando la nariz. El muchacho se levantó las mangas del saco y comenzó a caminar hacia Haziel, Miranda de inmediato lo tomó del cuello con el brazo y lo detuvo, Isaac lo agradeció, pues él no hubiera podido detener a ninguno de los dos en una pelea, pensando en que Haziel era muy alto y fornido, mientras que Xie, bueno, Xie era Xie.— ¡Suéltame, no dejaré que nos siga insultando de esa manera!
Isaac miró de reojo tras su "nuevo" amigo y observó rápidamente a los hermanos, se dio cuenta que a pesar de que Xie parecía peligroso e inescrutable la mayor parte del tiempo, en esos momentos toda su imagen se había desvanecido y solo parecía lo que realmente era, un adolescente hormonal común y corriente.
—Tranquilo hermanito,— Miranda cortó la tensión con sus palabras y el ambiente se relajó un poco, Isaac pudo olfatear una peculiar escénica a cenizas y menta quemada.— no vale la pena matar a un ángel.— opinó la muchacha con un tono juguetón y mirando directo al alto muchacho... Isaac tardó un poco en percatarse de lo que dijo, ¿un Angel?— ¿recuerdas la última vez que acosaste a una criatura emplumada? — Alexie relajó el cuerpo y su semblante cambio comprométame.
        —Ese grifo no se lo veía venir.— Alexie bajó el tono y sonrió cínicamente.
Miranda lo soltó mientras el muchacho se alisaba con las manos su costoso traje, la chica sacudió sacudió su melena y posó su mirada sobre Haziel.
        —Espera, aclárame una duda, joven ángel... algunas malas influencias del submundo me han contado que tu corazón y tu sangre sirven para muchas cosas, como curar heridas o hasta traer a alguien de la muerte, pero lo que me intriga es...— Miranda caminó unos pasos y se inclinó hacia enfrente para susurrarle a Haziel como si fuera a decir un secreto.— ¿es cierto que te otorgan vida y juventud eterna? Digo, mi vida y juventud son largas, pero no eternas, me serviría de mucho un corazón sagrado como el tuyo si resultara cierto...
       Isaac vio la cara de Haziel retorcerse por un instante, para después recobrar la compostura.
—Para de decir blasfemias niña Lauren, lo que dices son solo rumores y resultan ofensivo para mi raza y mucho más para mí.— Haziel cerró los puños con fuerza y su mirada obtuvo un brillo naranja en forma de pequeñas líneas al rededor de las pupilas, como venas de lava o las grietas de un carbón ardiendo, Isaac pudo verlas porque estaba innecesariamente cerca de él, parado justo a su lado.— Y en cuanto a ti, guardián primerizo, será mejor que le hagas caso a tu irrespetuosa hermana y dejes de actuar como un "hombre" cuando apenar eres un mocoso, me resulta desagradable siquiera verte a ti o a cualquiera de tu "linaje", y perdonad si mis palabras suenan ofensivas, como ustedes sabrán solo digo lo que pienso.
—¿¡A quien le has dicho niña, maldita paloma blanca!?— la expresión de Miranda estaba crispada por la sorpresa, se alejó de su hermano, quien tenía los ojos azules encendidos en llamas más intensos que en cualquier otro momento. Tal vez haberlo soltado fue un error, pensó Isaac, y uno muy grabe.— ¡Tengo más sabiduría en la uña del meñique que cualquier mujer de tu inmaculada raza, bastardo!— siguió gritando la muchacha, pero sus gritos pronto se vieron opacados por el sonido de las llamas al chocar contra el aire.
Una formidable bola de fuego azul salió despedida justo detrás de Miranda, pasando a su lado y rozándola levemente. El fuego se dirigía directamente a Haziel, pero Isaac se encontraba muy cerca del objetivo, si llagaba a golpearlos sería su fin. Isaac cerró los ojos con fuerza y cubrió su cara con las manos, esperando ser golpeado por el calor abrasador. Más eso nunca pasó, en su lugar, sintió una potente ráfaga de aire.
       El muchacho abrió los ojos y se descubrió la cara instintivamente, sorprendiéndose al no ver rastro del fuego por ningún lado y de encontrarse a Xie y Miranda tirados a la distancia, retorciéndose en el suelo doloridos. Haziel estaba parado frente a él en forma protectora, pero no encontró nada con lo que hubiera detenido el fuego, era como si se hubiera esfumado mágicamente.
—¿Cómo te atreves a agredir a un ángel?— preguntó Haziel con ira contenida, aun cerrando los puños con fuerza y ahí fue cuando el rubio se dio cuenta que un hilo de sangre corría por ellos, goteando lentamente en el suelo. El muchacho de ojos negros suspiró, tratando de mantener la compostura.— y peor aun, ¿¡Cómo te atreves a poner a Isaac en riesgo!?, ¡No sabes nada! ¿Cómo te puedes hacerte llamar su "novio" y ponerlo en tal peligro?— Isaac tenía un nudo en la garganta, ¿en cerio lo había puesto en peligro? Él había visto el fuego de Xie e incluso lo había tocado, era frío, pero en aquel momento pudo sentir su calor a la distancia, en realidad quemaba. Alexie se incorporaba en el suelo de tierra mirando directamente hacia ellos si decir nada, fue Miranda la que intentó hablar.— callad, debo admitir que nunca pensé ser sorprendido por uno de su linaje, pero me he equivocado, honestamente, estoy sorprendido el nivel de barbarie en ustedes...
—Isaac, no lo escuches, — alcanzó a decir Miranda, frotando su muñeca con fuerza.— Xie puede decidir a quien quema su fuego y a quien no, no iba a dañarte.— Isaac sintió alivio, no iba a lastimarlo realmente. Pero, Xie no dijo nada para defenderse y eso lo hacía creer que no le importaba mucho que pensara.
—Ustedes guardianes...— comenzó el ángel, dando un paso al frente y hablado con una voz llenada de rencor y odio, haciéndola sonar gruesa y agresiva, un tono muy diferente al que había vocalizado antes.— se creen mejor que todos, con Centre, Apis, Féelis y Secra bajo sus regímenes, subestimando a las demás razas, asesinado y sometiendo por "Justicia", ¡Todos ustedes me tienen enfermo! No son mejores que nadie, ni siquiera son mejor que los cazadores.— Haziel dio otro paso e Isaac se le retorció el estomago, aquello se estaba volviendo peligroso y cada vez más confuso.— ¡Nosotros debimos ser escogidos para resguardar los libros, no ustedes! Los ángeles somos los guerreros de dios, seres puros, no como los guardianes, barbáricos y despiadados... No cabe duda que son un error... ¡Una aberración!
Un ataque combinado, tan rápido y coordinado que Isaac no fue capaz de verlo claramente. Miranda y Xie, derecha e izquierda respectivamente, ambos frente a frente contra Haziel, con los puños en el aire y los rostros furiosos. Los ojos de Miranda brillaron de ambos colores, azul y dorado, y sus puños se cubrieron de un resplandor amarillento, mientras que los ojos de Xie se llenaron de fuego azul al igual que sus puños. Todo ocurrió en cámara lenta, el fuego, el brillo, el viento y las alas se desataron, todos los elementos juntos provocaron una fuerte explosión de fuego, tierra y piedras. El rubio volvió a cubrir su rostro, formando una "x" con sus brazos frente a él.
       —¡Arrepiéntete!— escuchó antes de que se descubriera los ojos. Un grito de rabia de esos que queman la garganta y presionan la traquea. Isaac retiró los brazos de su cara y observó atónito lo que pasaba. Justo frente a él una nube de polvo espeso rodeaba el lugar donde había estado Haziel, cubriéndolo todo por completo.— ¡hazlo, maldito bastardo!— se escuchó el grito de rabia de nuevo, pero estaba vez fue irreconocible, inhumano. Fue más parecido al gruñir de un animal herido y furioso.
Xie gritaba, y una luz azul fue emergiendo poco a poco desde el interior de la nube de polvo hasta salir a la superficie, seguida de una fuerte corriente de energía que dispersó la nube. Isaac pudo ver la escena claramente, como Xie y Miranda se encontraba casi suspendidos en el aire, con los puños cerrados con fuerza y el poder llameando a su alrededor. Haziel estaba en medio de ambos, pero los puños de los hermanos no lo tocaban directamente a él...
       Un par de enormes y majestuosas alas negras salían de la espalda de Haziel, y ambas estaba flexionadas justo frente a él, cubriéndolo y reteniendo a los hermanos sin hacerse ningún daño
       —¡No puedes hablarnos así!— Miranda aumentó la fuerza de su golpe y Haziel retrocedió menos de un paso.— somos los elegidos por los libros, te guste o no, y nosotros solo seguimos las leyes del libro de la existencia  y el libro de la fe.
       —Eres solo un niño con un berrinche, ¡no sabes lo que dices!— gruñó Xie, pero Haziel no respondió nada.— los libros nos escogieron por algo, somos familiares directos, en cambio, tú fuiste creado por la raza humana...
Las alas de Haziel se movieron tan rápido que Isaac solo pudo ver un borrón negro, lanzando a los hermanos de nuevo hacia la pared y con otro movimiento, giró 360 grados como un remolino y un montón de plumas negras salieron despedidas hacia Xie y Miranda, más ninguna dio en el blanco, solo se clavaron en su ropa, atascandola contra la pared.
—Ustedes son los niños aquí, yo vengo directo de un libro y ustedes son los hijos de los hijos y así por muchas generaciones que provienen del mismo, ¿En serio creen que su poder se compara al mío?— Haziel soltó un gruñido y comenzó a caminar hacia los hermanos, con las alas extendidas. Isaac apenas podía ver a Xie, quien tenía la cabeza agachada y los brazos extendidos contra el muro.— tenemos prohibido pelear o involucrarnos en cualquiera de los asuntos de otras razas pero a mí no termina de importarme, por Isaac, soy capaz de perder mis alas... Debí haberle hecho caso a la señora Windsor y tomar cartas en el asunto con...
—¡Cállate, cállate, cállate!— los gritos de Xie interrumpieron al muchacho.— tu palabras no tienen ningún significado para mí...— Isaac caminó hacia un lado para poder ver al pelinegro, quien seguía en la misma posición pero a diferencia, que esta vez una delgada capa de fuego azul lo cubría completamente, comenzando a quemar las plumas que lo aprisionaban. Antes de que se moviera, Haziel llevó una mano a su espalda y sacó una espada plateada enorme, que ninguno había visto ahí y no estaban seguros de cómo la había conseguido.— no puedo creerte nada, si en realidad...— Xie levantó el rostro, con los ojos más azules cada vez.— ¡Si en realidad lo amaras tanto no lo hubieras dejado morir solo, yo fui quien lo salvó! ¿Y dónde estabas tú, buscándolo? No sé porque no te creo.
—¿Y quién eres tú para juzgarme? ¿A caso piensas que no sé quién eres?— preguntó Haziel, empuñando la enorme espada de doble filo, recta y brillante, con una enorme gema amarilla en la empuñadura, el chico la levantó para dar un gran tajo hacia el Alexie.— ¿crees que no se lo que haz hecho? ¡Es patético que aún sigas fingiendo que nada ha pasado!
Isaac se movió más rápido de lo que jamás había pensado y en segundo estaba parado frente a Haziel con los brazos extendidos, protegiendo a ambos hermanos.
—No.— susurró, mirando al muchacho con la espalda frente a sus ojos. La camisa blanca de Haziel estaba desgarrada y manchada de su propia sangre, lo que dejaba ver su bien torneado cuerpo y sus grandes alas extendidas.— no los toques, tendrás que atravesarme con esa espada antes de llegar a ellos.— Haziel abrió los ojos de par en par, y en menos de un segundo, sus alas desaparecieron en medio de una ventisca que levantó de nuevo el polvo, su espada también se había esfumado cuando la nube de polvo se hubo disipado.
—¿Qué estás haciendo? Levántate de ahí, tu vida vale mucho más que la de ellos dos, no...
—No me importa, ellos me ayudaron cuando lo necesité, me trajeron aquí y por uno u otra razón mi madre quería que viniera con ellos... ¿No lo entiendes?
—No, no lo entiendo... No fui contemplando en los planes de tu madre por lo que veo.
Antes de que Isaac pudiera siquiera pensar en preguntar algo, una llamarada salió detrás de él, dirigiéndose directamente hacia Haziel. El estomago del muchacho se encogió en cuanto vio como las llamas alcanzaba el brazo del Ángel y soltó un grito como si la quemadura le doliera a él más, Haziel ni siquiera se movió. El brazo por donde el fuego había pasado estaba rojo y con quemadura grabes, pero en menos de unos segundo, el color comenzó a normalizarse y las quemaduras se estaban haciendo más pequeñas hasta desaparecer.
       —Tus esfuerzos siempre serán inútiles,— Haziel bajó la mirada, analizando cómo su brazo curaba inmediatamente y sonrío, exasperado.— me han quemado, cortado, golpeado e incluso congelado y mírame, sigo vivo, me he enfrentado a rivales de tu especie mucho más poderosos... Como tu padre....
       —¿Qué no entiendes que me importa una mierda lo que hayas hecho o a quien te hayas enfrentado?— la voz de Xie se hizo tan presente como si fuera sólida y todos pudieran tocarla.
       —Ni siquiera tienes una razón para pelear conmigo.— inquirió el ángel, como si de un momento a otro hubiera cambiado de ideales y ahora tratara de llevar las cosas tranquilas.— ese es el problema de tu especie, piensan que todo está hecho y dedicado únicamente para ellos.
       —Mi especie...— trató de replicar, pero Haziel extendió su mano haciendo que parara.
       —Guarda silencio por favor, te lo he dicho antes, mi asunto no es contigo ni con tu raza.
       —Si tu asunto es con él...— comenzó Xie, apuntado a Isaac con un dedo.— ¡seguramente es de mi incumbencia!— Haziel no le tomó demasiada importancia, tomó a Isaac por la muñeca y lo obligó a levantarse. Al chico rubio se le detuvo el corazón con las palabras de Xie.
       Haziel se alejó un poco aún sujetando al rubio muchacho, quien con tal de que no siguieran peleando no puso oposición.
—Isaac, ven conmigo...— susurró Haziel, tomando la otra muñeca de Isaac y acercándose a su cara.— ahora, por fin puedo llevarte conmigo, sabes que nunca me ha importado nadie mas que tú, por favor, acompáñame...— podía sentirse como el corazón de Haziel latía cada vez más lento, esperando una respuesta. Isaac apretó sus manos, y algo en su cabeza le dijo que su lugar estaba al lado de Haziel en algún remoto lugar, sin que nadie los alcanzará nunca, pero de repente una enorme llamarada azul se interpuso en sus recuerdos.— a donde te llevaré, jamás sentirás dolor o tristeza y conmigo a tu lado, nunca te sentirás solo de nuevo, solo ven...
       —No lo hagas...— Isaac escuchó el susurro de Xie, tan distante que solo fue un sonido perdido en el viento.— no te vayas, no ahora.— Haziel no pareció darse cuenta, porque solo se limitaba a mirarlo a él.— no te vayas nunca.
       —Haziel, yo, no puedo.— Isaac agachó la cabeza, incapaz de verlo a la cara, pero aun así estaba seguro de que había oído como su corazón se partía a la mitad, no quería dejarlo ir, pero tampoco quería alejarse de Xie.— en verdad lo siento, pero creo que estoy aquí por algo, en mi sueño mi madre me dijo que viniera aquí... Yo... Yo creo que...— Isaac tomó con fuerza a Haziel y lo alejó lo más que pudo. El lugar ahora estaba solitario, todos habían huido despavoridos e incluso la recepcionista se escondía tras el mostrador de piedra,— no sé qué es lo que pasó entre nosotros, pero sentí algo dentro de mí cuando me besaste, no puedo explicarlo pero era cálido y brillante.
       —¿Pues besarte una última vez?— preguntó Haziel, con una mirada suplicante.— sé que ya no me quieres a tu lado y...
       —No es eso... Hay muchas cosas que tengo que hacer ahora, por ejemplo descubrir quien asesinó a mis padres, porque me buscan a mí y un millar de asuntos más.
       —La venganza es un arma de doble filo, no te enseñaron a hacer eso, tus padres querían que vinieras aquí para que estuvieras a salvo, ¿con quien puedes estar mas a salvo que con tu propio ángel guardián?— Haziel cada vez estaba más cerca.
       —Claro que conmigo.— opino Xie a la distancia, pero Haziel ni siquiera se giró para verlo.— eso es un hecho.
       —Oh, claro, el novio falso, o lo que sea que es...
       —Tienes razón, él no es mi novio, yo ni siquiera lo he besad...— Haziel frunció el entre cejo, molesto.
       —¿Besado?— preguntó sonrió, una sonrisa torcida y nada feliz.— ¿Porqué si quiera piensas en eso?
       —¿Porqué será? Le gusto, y la verdad no lo culpo, ¿cómo podría? Solamente mírame, nadie soporta más de dos días conmigo sin enamorarse de mí.— se entrometió Xie de nuevo reincorporarse lentamente, sonriendo. Esta vez Isaac fue quien contesto, defendiendo su honor.
       —¡Yo no estoy enamorado de ti! Cállate de una vez o...
       —¿O qué? ¿lo besaras?— Isaac giró la mirada de nuevo hacia el ángel y lo soltó de inmediato, pasando la lengua por sus labio y mirándolo como si acabara de insultarlo.... ¿Eso era un reto, Haziel? Pensó Isaac, pasando la mirada por los labios de Xie sin querer. Miranda estaba a su lado, mirando a Isaac sorprendida.
       —Tal vez lo haga.— dijo el rubio, dando unos pasos atrás pero sin perder de vista a Haziel.
       —Tal vez lo deje.— opinó Xie, ganándose la atención de su hermana.
—Tal vez sea una mala idea.— opinó Miranda con una risa nerviosa.— no aquí Alexie... No aquí.

Moonlight Race: Alma de fuego.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora