24. Reacción Física

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—¿Otra vez? ¿Qué tanto andan conversando ustedes dos? —interrumpió Solae.

—Pregúntale a Anton. —respondí mirándolo con odio.

—Danos cinco minutos, mi Sol. No tardo. —dijo él, dándole un beso en la frente que a ella la convenció al instante, mientras que en mí me provocaba el efecto contrario. Cuando Solae se alejó lo suficiente, me dirigí de nuevo hacia a él.

—¿Notaste que Solae acaba de recordar que nos tomamos esa foto, verdad?

—¿Sabes cuántas fotos guarda Solae en su celular? Entre las diez mil que debe tener, seguro que en alguna debes salir, y la confundió con esta.

—¿En serio seguirás fingiendo que no le borraste la memoria?

—Es que además de ser un genio de los deseos, ahora tengo la capacidad de borrar recuerdos. Vaya Alex. No sabía que me creías tan superpoderoso.

—¡¿Por qué mierda sigues negándolo si ya sabes que lo sé todo?! Y además me amenazas con perderla el sábado para siempre. ¡Ya déjanos tranquilos de una puta vez! —le grité. Parece que había elevado demasiado el volumen de mi voz, porque empecé a notar que estaba llamando la atención de más gente.

—¿Sabes lo ridículo que suenas? Lo único que veo, Alex, es que estás buscando culpables para justificar que Solae no está interesada en ti. Asume que ya perdiste tu oportunidad. Que Solae esté enamorada de mí es porque yo sí la trato bien y yo sí la hago feliz.

—¡Feliz y qué mierda! ¡Ella cree que te quiere solo porque la estás manipulando! —No pude evitar empujarlo, pero mi fuerza no bastó para que retrocediera tanto como hubiese querido.

—¿Manipulándola? —Me miró extrañado-. Piensa lo que quieras, pero nada va a impedir que la pierdas. Con Solae seguiremos juntos y haciendo lo que queramos. Y sí Alex. También la haré mía. —resopló esto último dentro de mi oído, disfrutando el sonido de cada palabra que pronunciaba.

-¡No le tocarás un pelo! -grité, esta vez embistiéndolo con aún más fuerza, pero él regresó a mí, empujándome contra la pared.

—Creéme que le tocaré mucho más que eso. —dijo, con una sonrisa triunfante.

El golpe que le encajé en la cara fue inevitable.

Mi puño había actuado mucho más rápido que mi mente. «¡Ella nunca se acostaría con un hijo de puta como tú!» habría querido gritarle, pero mi agresión ya había dicho más que mil palabras.

A pesar de la sangre que comenzaba a brotar de sus labios, Anton apenas se inmutó. Se limpió con el revés de su mano, dejando a su paso una sonrisa en su rostro. ¡Por Dios! Este idiota era un cliché de película. Hasta herido emanaba superioridad. Miré mi mano que comenzaba a doler punzantemente y definitivamente se veía más afectada que su rostro. ¡Por la puta que dolía! ¿Es que este imbécil tenía la mandíbula de piedra?

—¡Anton! —Corrió Solae hacia él, preocupada.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien? —le preguntó, poniendo su mano sobre su mejilla y de inmediato se giró furiosa hacía mí.

—¿Qué mierda fue eso, Alex? —dijo empujándome, más como reproche que con intención de hacerme daño. Su mirada contenía una mezcla de rechazo y decepción. También parecía confundida y verla así fue mil veces más doloroso que si Anton me hubiese devuelto el golpe.

Yo era el chico violento que no era capaz de controlar sus impulsos, y él era la pobre víctima de la situación, por lo que naturalmente todos estaban poniéndose de su lado. ¿Cómo podía justificarme bajo esas circunstancias?

Solae seguía esperando una respuesta que no era capaz de darle. Permanecí inmóvil con la mano hecha mierda; y solo, frente a la pareja favorita de todos. Nos rodeaba una audiencia compuesta por compañeros de curso, chicos de otros niveles, además de gente que paseaba por la calle y no tenía nada mejor que hacer. Todos juzgándome y disfrutando el espectáculo que yo había comenzado.

—Y yo que te creí cuando dijiste que querías ser nuestro amigo —dijo Solae con frialdad, dándome ahora la espalda.

—No, Solae, yo... —musité sin saber como continuar.

Ignoraba cuánto había escuchado de nuestra conversación, pero sabía que en ese momento no entendería razones. Menos si intentaba decirle la verdad.

Miré a mi alrededor, sin sentir el apoyo de nadie. Ni yo mismo entendía que me había pasado, pero al darme cuenta de que no era capaz de mirar a Solae los ojos y sin poder seguir soportando tanta atención, opté por huir. Por irme sin dar explicaciones, sin disculparme y correr como el cobarde que era y que siempre había sido.




🌟🌟🌟

Muchas gracias por seguir leyendo ❤
Saber que les gusta mi novela es mi motivación diaria.

Por favor no sufran por Alex. Para animarlos/as un poco, les adelanto que el próximo capítulo les hará ver las cosas desde una perspectiva diferente.

La pregunta de esta semana:

¿Con qué personaje de NMC se sienten más identificados y por qué? ❤
Muchas gracias a YethroSalazarOssandn por sugerir la pregunta por twitter, ya que estaba sin ideas y me gusta conocer sus opiniones e interactuar con ustedes :).

¡Que tengan una linda semana!

🌟🌟🌟

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