– Muchas gracias, significa mucho. – esta vez sonrió sin mostrar los dientes, una sonrisa calida.

– Lo sé, Louis – el que sonrió esta vez fui yo, los dos reímos.

– Bien quería contarte acerca de las noticias, voy a adelantarte una, estas dentro conmigo, necesito tus habilidades de juego en mi equipo. – lo mire con los ojos muy abiertos, estoy en los Doncasters. ¡ESTOY CON LOS DONCASTERS!

– Oh por Dios, Louis no lo puedo creer. – dije agarrándome de los cabellos. Joder que estaba contento, estaba dentro, mierda estaba dentro. – No sabes lo agradecido que estoy, no lo sabes.

– Si lo sé, Harry, estas dentro y ya eres uno, no tienes que pasar por nada si es lo que pensaste. – rio. Los dos reímos para ser exactos y en ese momento llego nuestra comida, nos miramos y nos sirvieron, sin quitar nuestra mirada él dijo. – Deseo que lo disfrutes.

– ¿No vienes mucho a bares, Harry? – preguntó Louis tomando su cerveza de un largo trago.

– Si, pero con el tema de la universidad apenas puedo, voy a los que trabaja mi mejor amigo – comente tomando mi cerveza y mirándolo. Luego de comer decidimos venir a un bar de la vuelta para hablar mejor. La música sonaba fuerte y era agradable, era rock y me gustaba mucho y al parecer al pie de Louis también porque marcaba el ritmo con él.

– Ya veo, entonces, ¿Quieres hablar sobre la otra noticia? – dijo mirándome directo a los ojos.

– Claro, adelante. – no sabía en lo más mínimo de que podría tratarse así que el nerviosismo volvió.

– Bien, quiero que lo tomes a bien y algo como un regalo, o un premio, por ser buen jugador, y un buen chico, Harry. – asentí. – Bueno, pague tu deuda con Vlamir, toda, no le debes nada. – mi mandíbula  cayó. ¿CÓMO PUDO HACER ESO ESTA LOCO?

– ¡Louis! – lo tome por el hombro – ¿Por qué no me avisaste? – traté de mantenerme firme pero me senté sin poder creerlo, yo en verdad quería hacerlo. Y pensé, Vlamir seguro me tiene como el marica que por gustarle a Louis se le resuelve todo, mierda no.

Quería mantenerme en buena altura a ese ruso de mierda. Mire a Louis de nuevo y veía terror y decepción en sus hermosos ojos. Decidí solo negar y sonreír para que se calme. Me frunció el ceño y rio.

– Lamento no avisarte, pero la verdad quería hacerlo, Harry, me caes de maravilla, no va a pasar nada. – y tomo de su cerveza.

– Gracias, Louis, tú también me caes de maravilla no sabes cuánto lo aprecio pero la próxima me dices por favor. No quiero ser como un carga o que los demás piensen que solo por agradarte tienes que hacer las cosas por mí.

Louis me sonrió e hizo que hagamos un brindis por esa noche de felicidad y muchas sorpresas, y vaya que muchas sorpresas se esperaban.

El sudor pegado en mi frente se hacía notar y el olor más que nada, no sabía dónde estaba pero parecía una especie de galpón. Me levante de repente y un mareo cayó sobre mi haciendo que me toque la cabeza, como si fuera que la iba a perder. Abrí bien los ojos y los talle, visualicé bien el lugar y vi una gran puerta donde se podía ver la luz del sol.

Camine medio cansado hasta poder salir, era todo malditamente verde y brillante por el radiante sol que se asomaba, se notaba que era de mañana. Mire para todos lados pero no encontré nada más que pasto y algunos árboles, no entendía que mierda pasaba. El viento era abundante y eso me aliviaba, comencé a respirar profundo y despacio a tranquilizarme.

– Hola, Harry. –me di vuelta con la velucidad de un demonio y vaya mierda. Louis. Pero no era no normal, estaba totalmente sin camisa, dejando ver su tatuaje de pecho, algunos vellos, sus tatuajes que lucían infantiles en su brazo derecho y uno en el izquierdo, con unos jeans negros y descalzo, no entendía nada. – No entiendo por qué te sorprende verme así. –lo miré extrañado, quería hablar pero no podía, no se formaba ninguna palabra y no podía articular una sola, mierda.

Louis rio y dijo el conocido chiste macabro, “te comieron la lengua los gatos”, no era gracioso, tenía miedo.

– Bien, Harry, solo vamos a jugar un juego, en el cual yo te toco y si hace algún sonido, risa o gemido vas a tener un castigo. – qué carajos estaba pasando.

Louis sonrió malicioso y se acercó a mí, en ese instante me quise alejar pero no podía moverme, no podía hablar, no podía hacer nada. Primero puso sus manos en mis rizos, los acariciaba y eso me daba cosquillitas de placer, amo que me toquen el cabello. Su mirada cayó en la mía pero la de este era más azul, más profunda, estaba excitado. Bajo sus manos por mi cuello, a mi nuca y volvían, suaves caricias, tan suaves que mis ojos se cerraron y mi boca pedía sacar un jadeo, salió.

– Vaya, pensé que eras de otra calle, veo que eres de la misma que yo, lo siento Harry, te siento.

Siguió bajando a mi torso tatuado y algo formado, sus labios hicieron una mueca, y termino pasándose la lengua por ellos, mierda, era hermoso. Delineaba mis abdominales con sus dedos, haciendo que mi miembro palpitase de emoción. Sabía que iba a tener una erección. Louis respiraba hondo y luego normal, yo lo hacía pesado, trataba de liberarme pero no podía articular palabras, solo sonidos.

Sus manos fueron a mi vientre, donde en el gimnasio trato de marcarme un poco la apreciada V, él la toco y yo solté un gemido, Louis sonrio.

Nunca pensé que iba a estar haciendo, o que me iban a estar haciendo esto, sobre todo un hombre, pero era Louis, el hombre más hermoso que vi en mi vida. Su piel dorada, sus ojos que al sonreír se arrugan, su voz profunda al estar serio y chillona al estar feliz, era Louis, era perfecto. Debía aceptarlo, me agradaba Louis. Y yo le agradaba a él.

Siguió descendiendo hasta llegar a mi entrepierna la cual con la palma de su mano rozaba, suspire, y profundos gemidos de mi garganta se liberaban.

– Vamos, Harry, esto será divertido. Cumplo deseos. –y desapareció.

Sentía la saliva a mitad de toda mi puta cara, asqueado me la saque con la sabana. Mire a mi alrededor y estaba en mi habitación. Todo había sido un jodido sueño.

Pero he descubierto dos cosas, babeo mucho y, me gusta Louis.

Million Dollar Man. (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now