Capitulo 5

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Estaba listo, solo tenía que esperar a que uno de los guarda espaldas de Louis venga por mí, me sudaban las manos.

Mi cabeza era un desastre de preguntas, no entendía nada, y eso lo provocaba él. ¿Será que me gusta? Pero ¿Por qué? Dios santo. Quería correr y alejarme de él, estar solo, pero sentía la necesidad de tenerlo cerca y hablar con él, lo sentía. Todo el día pensé cuales iban a ser las noticias, que iba a decirme, quería verlo. Quería verlo, y eso me asustaba más que nada, tenía miedo por él y por mí, que nos iba a pasar, si algo llegaba a suceder.

Estaba vestido casual como me dijo él. Me puse jeans negros ajustados, botas marrones de piel que Gemma una vez me regalo por mi cumpleaños que pensé que nunca iba a usarlas pero me quedaban bien. Una camisa y una chaqueta normal de tela, casual. Mi cabello rizado disparatado que era el mismo de siempre que era casual y elegante siempre. Pensé en si él iba a ir todo elegante como hace para ir al casino, puede ser, me gustaría verlo con su cabello libre de gel de mierda y ver sus cabellos castaños secos y brillantes disparatados al costado en el fleco que llevaba ese día que fui a su finca, se veía adorable. Basta.

Uno de sus guarda espaldas, Nick, vino por mí, tuvimos una buena relación al rato de conocernos, no es uno de esos duros tontos grandotes, este habla por lo menos, podríamos ser buenos socios y amigos si Louis me une a los Doscanters.

Fuimos tranquilos y relajados, me dejo fumar en el auto porque él también lo hacía, me cae muy bien. Llegamos y él me indicó que solo entre al restaurant que por cierto era uno caro como era de suponer, me dijo que solo lo busque y, se fue.

Me paré enfrente y respire, me sentía nervioso de nuevo, me daba un mareo raro, respire de nuevo y entonces fui sin más. Un tipo me abrió la puerta y pase, con la mirada barrí el lugar mirando y mirando hasta que lo encontré y no pude evitar sonreír al ver sus cabellos alborotados como me gustaba y los pensaba. Estaba tecleando algo en su teléfono con expresión divertida y alegre, sonreí y fui hasta la mesa que era solo para dos, me pare y él se dio cuenta por mi sobra. Sus orbes azules claros miraron los míos y sentí nervios, sonreía mucho y se veía, hermoso.

–Hola, Harry. – se paró y se acercó para darme un beso en la mejilla y luego sentarse. – Siéntate, por favor. ¿Cómo has estado?

– Hola, Louis, pues bien creo – dije tomando asiento frente a él, se veía tan adorable.

– Bueno mejor que pidamos algo para comer antes de las buenas noticias. – sonrió achinando sus ojos algo que lo volvió aún más tierno y adorable, este no soy yo definitivamente.

– Si, mejor. – sonreí y me senté mejor.

Pedimos nuestras comidas, muy normales, su celular vibraba mucho y él le echaba unas ojeadas y sonreía aún más, tenía una bonita sonrisa que te alegrabas de verla, decidí preguntarle por qué tanta felicidad.

– Es que, no sabes, el teatro de mis chicos está cada vez más grande y bello, tiene más niños y están muy felices, me han mandado fotos. ¿Quieres verlas? – volvió a sonreír y como resistirme.

Me mostró fotos de niños actuando, muy bonitos con diferentes trajes, otras de los grupos con sus respectivos maestros, luego jugando, pintando, maquillándose para las obras y comiendo. Fotos de niños y niñas muy felices, eso me lleno de orgullo y me sentí feliz por él. Alguien tan rico era feliz con eso, no tenía miedo de nada, no tenía miedo de mafiosos que lo puedan perseguir, no pensaba en eso, pensaba en sus niños, en su sueño, vaya.

– Eso es genial, Louis, eres genial. – dije sin notarlo, fue algo que me salió del alma. Él me miró y me sonrió, pude notar un rubor en sus mejillas y las mías no tardaron en teñirse de rojizo también

Million Dollar Man. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora