- Alessandra, este no es el futuro que cree para ti.

- ¿Entonces cual es papá? - Me detengo en seco y lo encaro.

- Puedes casarte con Luciano y estar bien, una vida buena, un buen esposo y...

- ¿Casarme con Luciano? ¿En donde queda lo que siento yo? ¿Te has puesto a pensar el porque me quería ir de aqui? Simplemente porque hace mucho tiempo no tienes en cuenta lo que yo quiero para mi vida.

- Estas actuando como una rebelde.

- No vas a decidir por encima de mis sentimientos, no amo a Luciano y no me casaré con él solo para que la familia De Santis siga su legado de renombre en toda Venecia.

- Eres la vergüenza de la familia, siempre lo fuiste, crie a mis hijas con valores y no sirvio en mi primogénita.

- Lorenzo por favor - mi madre intenta persudir lo que mi padre ha dicho, pero ya esta todo hecho, si quería lastimarme con sus palabras lo ha hecho, así que no me detengo más a seguir la conversación, solo avanzó con un nudo en mi garganta, con las lágrimas al punto de salirse y bajar por mis mejillas.

- Si te vas, renuncias al apellido De Santis - dice finalmente y lo único que me limito a decirle en respuesta es:

- Me haces el honor de que renuncie a el.

- Vete olvidando de tu familia, te comportas como una libertina.

- Alessandra - mi madre me abraza y llora, esta enojada con mi padre, pero nunca ha tenido la determinación de hacerlo cambiar de parecer ni menos de cambiar su decisiones, yo hice una diferencia.

- No te preocupes mamá,  te llamaré - le doy una sonrisa y me alejo de la puerta, subo a mi auto y dejo atras lo que era antes mi casa.

El camino nunca se había hecho tan desgarrador, melancólico y solitario que ese, no quería llorar, no quería mostrarme a mi misma  como una débil, asi que intento controlar todos mis ánimos, había tomado una decisión y debía mantenerla.

En mi departamento no hay aún cama, sólo tengo un sofá, un closet que afortunadamente venía incluido en el interior de este, y la vieja tv.

Dejo a un lado mi bolso, y empiezo a desempacar mis cosas, lo primero que deberia hacer es comprar algunos víveres y otras cosas de hogar, ahora seré yo sola, no quería vivir a la sombra de ml familia siempre, y tampoco a la sombra de un hombre que mi padre escojiera como si yo en vez de su hija, fuera la última prenda del mercado vendida al mejor postor.

Me devuelvo a la pequeña mesita que hay en mi vacía sala y tomo las llaves de mi auto para ir al supermercado más cercano en busca de las cosas que me hacen falta.

- Lo siento pero su tarjeta ha sido rechazada - La vendedora me responde una vez estoy dispuesta a pagar las pocas cosas que llevo en la canasta del super.

-¿Qué? ¿Puedes probar con esta otra? - le. extiendo otra nueva y está también la rechaza el sistema.

Mi padre ha cancelado mis cuentas, excepto una, una que abrí con mis ahorros, no hay mucho en ella pero si lo suficiente para pagar las cosas que llevo.

Mi móvil suena cuando estoy metiendo las bolsas a mi auto, es Leo. Quiere verme porque le prometi celebrar mi primer día en el departamento y ahora todo ha salido al revés.

Nos vemos en tu departamento, cabra loca. Besos Leo.

Muchas cosas por contar. Aless.

Suena horrible.

Conduzco de nuevo hasta mi departamento,cuando llegó a este veo Leo quien esta sentado en el pequeño escalón de la puerta, tiene dos bolsas a su lado, bolsas de comida.

Deseo ItalianoWhere stories live. Discover now