"Se Una Niña Buena."

"Sere Una Niña Buena."

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Estaba saliendo de casa para ir a una cita con mi novio... Hacia poco que habíamos empezado. Era la primera persona que salía conmigo, de echo jamas he besado a nadie.

— ¡Mama! Ye ma voy — Le grito con una sonrisa en los labios. Estaba muy entusiasmada.

— ¡Pásalo bien amor! — Mi madre me grito de vuelta, ella estaba en el sofá viendo su telenovela.

(Llevaba puesto esto)

Encontré a mi novio en la calle cuando salía, él parecía estar esperándome desde hace un rato. Soy bastante lenta para vestirme.

— Hola amor.— Le saludé con una gran sonrisa tomando su mano como las parejas hacen por la calle.

Derrepente tiro con fuerza de mi brazo sin siquiera devolverme el saludo, él normalmente era bastante serio y cortante pero ahora estaba siéndolo demasiado.

— Para, me haces daño. — Me quejó en un puchero intentando zafarme de su agarré.

Él no hablaba, yo me mantenía todo lo tranquila que pudiera, jamas alzaba la voz, nunca hablaba de mala manera y menos me enfadaba.

— ¿Ya la tienes? — Pregunta un desconocido a mi novio, no se quién es este chico.

— Si fue fácil. — Contesta de vuelta con una risa que no había escuchado antes. Esto empieza a darme miedo.

— ¿Seguro que es virgen? — Esta conversación entre los dos empezaba a ver muy extraña. Tengo que salir de aquí cuanto antes.

— Seguro, mirá...

Observo lo que hace esperando que haga algo o me diga algo, estaba empezando a ponerme muy nerviosa y quería respuestas.

— Amor. ¿Que ocurre?— Le preguntó mirando a todos lados, el coche se movía. ¿A donde me llevan?

— ¡Cállate niñata! — Grita de repente mirándome con una expresión de asco, como si le diera repulsión.

Me sorprendí por su grito, eso me asustó mucho más. Él poso la mano en mi pierna subiendo por el interior de mi pantalón corto. Me sorprendí por lo que hizo, causando que saltara hasta el final del asiento. ¡¿Por qué hace eso?!

— Ves, es demasiado inocente.— Sigue riendo de forma tenebrosa mirando a su amigo quién también reía.

Mis ojos se llenaron de lágrimas por los nervios, me tape la cara para que no me viera llorar. Pero no sirvió de nada, esto parecía hacerle mucha gracia.