- Grazie – fija su vista primero en mí, se con la intención con la que lo hace simplemente lo ignoro, no dejare que me intimide de nuevo.

Durante todo el tiempo en el que dure dando la conferencia Giorgio no despego su vista de mí, sabía que su plan era desestabilizarme como siempre lo hace, pero ignore las estúpidas sensaciones que se crean en mi cada vez que lo veo y una vez veo que está dialogando con los demás socios salgo de allí evitando que crucemos palabra alguna, me dirijo a la salida de la empresa, mientras me toma del brazo haciendo que lo encare.

- Alessandra espera hablemos.

- Suélteme señor Bonatti usted y yo no teneos nada de que hablar.

- Yo creo que si, por favor suba al auto.

- No voy a subir a su coche de lujo y escuchar lo que me tenga que deir.

- Sé que me comporte como un cabron ese día, yo de verdad lo siento, intente comunicarme contigo pero me fue inútil.

- No creo que tenga que darme explicaciones de sus actitudes señor Bonatti, es lo que me dijo que pasaría solo una noche con usted y nada más.

- Alessandra lo que paso esa noche entre los dos va más allá de cualquier cosa, no sé cómo explicarlo.

- Pues yo creo que usted estaba muy feliz al lado de esas mujeres.

- Actué como un mujeriego engreído ese día, lamento que tuvieras que haber visto eso.

- Oh que considerado de su parte, ahora se disculpa, claro y la tonta Alessandra vuelve a creerle, suficiente.

- Te dije que no acostumbro a mentir – suena furioso esta vez sus ojos reflejan un brillo particular-. Fue diferente, lo que sucedió entre los dos fue diferente, jamás había.. – no termina su frase porque lo interrumpo

- Déjeme en paz, no vuelva a buscarme a mi trabajo, yo ya no tengo motivos para pisar su mansión – me retiro de allí ye me adelanto hasta mi auto, esta noche acorde salir con Luciano y nada lo va a impedir, le sugeriré ir a su bar, le hare tragar sus palabras, si cree que puede venir y burlarse de mi de nuevo está muy equivocado.

Una vez llego a mi casa me cambio de ropa, me coloco un vestido elegante pero sofisticado para un club, Luciano acepto el que cambiara de lugar, y yo sé perfectamente lo que tengo que hacer si me encuentro a Giorgio, actuare como debí haberlo hecho mucho antes de conocerlo, actuare como una total desconocida ante él.

Luciano llega al alrededor de las ocho a recogerme, aparca el auto en bar y yo entro en medio de la multitud en búsqueda de Leo, lo encuentro en la barra, él nota que esta vez ando acompañada y abre sus ojos en símbolo de asombro.

- ¿Qué estás loca? – masculla entre dientes

- ¿Porque?

- ¿Trajiste a ese hombre a su bar? Estas jugando con el diablo Alessandra.

- No tengo porque darle explicaciones de mi vida personal.

- Se va a cabrear.

- Creo que le dará igual, él hace lo mismo siempre, se rodea de mueres, ¿porque no puedo hacer lo mismo? no mantenemos ninguna relación, estoy soltera, y él no es quien para mandarme..

- No lo he vuelto a ver con ninguna mujer.

- Pues dije que me daba igual – vuelco mi vista hacia Luciano quien está moviéndose al ritmo de la música-. ¿Quieres bailar? – grito por encima del sonido de la música.

- Por supuesto – me da una sonrisa y me acompaña a la pista de baile, estamos riéndonos y divirtiéndonos al ritmo de la canción que esta sonando de fondo, el acercamiento se hace cada vez más corto entre los dos así que lo tomo de los hombros para seguir el ritmo-. Eres muy hermosa – susurra en mi ido.

Deseo ItalianoWhere stories live. Discover now