—Hunter, ¿estás loco?— reí— no hagas el ridículo y sigamos caminando.

Bufó.

—Debes agradecer que sea así, ayer te salvé de serle infiel a tu querido novio.

—¡Estaba borracha!— me justifiqué.

—Igual no te creas que cerraré la boca así como si nada— sonrió malvadamente.

—¿De qué hablas?

—Mmm, harás dos cosas que yo te pida si es que quieres silencio de parte mía.

—Sabía que no eras tan bueno— rodé los ojos— dime.

—Verás, estamos organizando una fiesta de disfraces para hacer, y el trato es que bajes toda la noche a la fiesta, vestida como yo te lo pida.

—¿Estas bromeando? No me harás vestir nada ridículo, ¿no?

—No soy tan bueno— okey, esto comienza a darme miedo— te vestirás de algo que para ti, es mucho peor que hacer el ridículo.

—Dime ya que me estás asustando.

—Sexy. Te pondrás la ropa más corta y caliente que tengas. Tal vez de policía, o mucama, aún no lo sé. Pero parecerás una actriz porno, o una prostituta. Es más, ya que estamos aquí, te compraré el traje ahora.

—¿Es en serio?— estaba comenzando a enojarme— ¿me obligarás a ser el blanco de todas las tocadas de culo solo para que no me veas en toda la puta noche?

—tocadas de culo, senos y algún que otro miembro parado— estalló en carcajadas.

Lo miré mal.

—Sigue con el otro "favor" antes que me obligues a matarte.

—Mmm, nop. Primero el traje, luego el favor.

Rodé los ojos y caminamos en busca de un negocio que vendiera ese tipo de cosas.

—Aquí— Hunter miró la vidriera en la que había trajes de ese estilo.

No puedo creer que vaya a hacer esto.

Entramos, y apenas puse un pie dentro, pude sentir mis mejillas arder.

Una de las vendedoras de acercó hacia nosotros.

—Déjenme adivinar— dijo— ¿alguna ropa interior sexy para la señorita para una noche hot entre ustedes?— guiñó un ojo.

Me puse el triple de roja de lo que ya estaba y negué con la cabeza.

—En realidad, queremos ver algunos trajes, nada más— respondió Hunter— pero no estaría nada mal llevar algo para una noche hot entre ambos, ¿O no, amor?

Le di un codazo sin que la chica viera.

—Solo estamos viendo, gracias— le dije y se retiró.

Hunter soltó una carcajada.

—Eres un idiota.

—Ya, buscaré un traje perfecto para ti.

Suspiré y me senté en el suelo a esperar.

Vi como Hunter recorría el negocio de punta a punta buscando disfraces, pero ninguno lo escogía. Hasta que agarro uno, que no llegue a distinguir de que se trataba. Lo miró y luego a mi, sonrió.

Esa sonrisa no me gusta para nada.

—Encontré el traje perfecto— vino a mi con las manos tras su cuerpo— espero que te guste.

Lo sacó de detrás suyo dejando a la vista un disfraz de porrista prostituta que consistía en un traje de dos piezas. Era una falta roja co detalles blancos extremadamente corta. Pero no corta normal, tan corta que medio trasero podía quedar afuera. Y creo yo que es justamente por eso que la escogió. La otra parte del traje era un top, o mejor dicho brasier. Era rojo e igual tenía detalles en blanco, tenía marcada unas siglas también en blanco. Aparte tenía unos tacones de varios centímetros en los que probablemente no pueda dar dos pasos segundos sin caerme. También traía unas medias de red negras y unas diminutas bragas, de esas incómodas que se te meten en el trasero y prefieres pegarte un tiro en la sien antes que seguir usándolas.

—Olvídate— me negué.

—Bien— aceptó— llamaré a Liam en este instante y...

—¡Bien! ¡Lo usaré!— acepté.

Me levante del suelo y lo miré mal.

—¿Para qué son las diminutas bragas?— pregunté.

—Porque la falda deja afuera como medio trasero, las usaras y quedarás sexy a la vista de quien te mire.

—Hunter juro vengarme de esto.

—Hazlo, mientras iré a pagar esto.

Fue a hacerlo y yo salí del local.

Minutos más tarde salió Hunter junto a una bolsa que contenía todo el disfraz de prostituta. Luego de esa noche, no va a quedar nada de mi dignidad.

—Ahora, dime la otra condición. Ya de una vez, así terminamos con este sufrimiento.

—Muy bien, esta es más sencilla y puedes hacerla aquí y ahora.

—Dime.

—Quiero un beso tuyo.

Viviendo con playboysحيث تعيش القصص. اكتشف الآن