La enfermara se acerca y nota mi presencia, sonríe al verme y me deja pasar, para que los pueda cargar, mis ojos se abren de asombro al tenerlos en mis brazos, mis dos pequeños puntos, mis dos pequeños Ángeles, son tan bellos.

No existen palabras para describir el momento, porque me siento totalmente feliz, aun mas cuando él sostiene a uno en sus brazos, y luce tan tranquilo cargándolo.

Paso al menos un mes, en las terapias con los bebés, en mis terapias, y para cuando nos dan de alta, solo chillo de alegría, empaco cada cosa en la maleta mientras Dimitri llena el formulario de salida, la enfermera acerca a mis bebés, Daniela tiene sus ojos azules oceánicos, Sebastyan es un poco mas pequeño, su cabello es mas parecido al de Dimitri y tiene ojos grisáceos, los bebés cambian de color de ojos, así que puede que varíen a unos más oscuros o más claros.

- ¿Están listos? - la voz del ruso se hace presente mientras los tengo en mis brazos.

- Lo estamos - él sonríe y le paso a Dani-. Ella es más apegada a él. Se calma en sus brazos, es como si hubiera sacado su malhumor, porque es más inquieta que su hermano. Sebastyan solo duerme, come y duerme.

El camino a la mansión se hace eterno, pero feliz y reconfortante, el respirar el aire de afuera de nuevo es maravilloso, y aun mas cuando pisamos las puertas de nuestro hogar, Viktor baja las cosas del auto, mientras que Dimitri me ayuda a entrar con los bebés a la casa, y encuentro a todos reunidos allí, a Melanie, a Enzo, a los mellizos y a Leah, que quiere ver a los bebés.

- Parecen muñequitos - sonríe al verlos.

- Díganle hola a Leah - muevo una de sus manitas y Dani bosteza.

- Oh Ross son tan adorables - Melanie sonríe y le hace caras a los bebés-.

- Los llevare a su habitación.

La habitación de los bebés es enorme, esta pintada con rosas, y un hermoso bosque, las cunas son características porque una es rosa y la otra es azul para Dani compras ositos de peluche, y para Sebastyan elefantes, el álbum que compre está en la mesita de noche, y en ella están las ecografías de los siete meses, hay algunas en las que aparezco con una enorme panza en el invernadero, entonces soy consciente de que no hay ninguna reciente, ninguna en la que estemos los cuatro reunidos.

Dimitri entra al poco tiempo mientras termino de acomodar Sebastyan en la cuna, toma el álbum en sus manos y sonríe al ver las ecografías.

- Hace falta una - sonríe cerrándolo.

- ¿Te parece si al tomamos cuando despierten? Podemos tomarla en el invernadero.

- En donde sea se verá bien - se sienta en el pequeño mecedor que hay en la habitación y yo siento que lo va a partir con su peso-. Ven aquí me incita a sentarme encima suyo pero niego con la cabeza.

- Eso no aguantará el peso de los dos - rio y vuelve a colocarse de pie acercándose hasta donde estoy me toma de la cintura rodeandome con sus brazos hundiendo su rostro en mis cabellos.

- Te amo Rossalie - fija su vista en mi y sonríe sus labios se juntan en un solo movimiento a los míos y le devuelvo el beso de manera dulce y delicada embrigandome de su aroma y de el tacto de mis manos con su pecho firme.

- Te amo - sonrió como una idiota, como una mujer extremadamente enamorada del hombre que tengo enfrente del hombre que me ha entregado todo en su vida y al cual le he correspondido.

- Lamento interrumpir - la voz de Enzo se hace presente y me sonrojo al verlo parado en el marco de la puerta, Dimitri da un gesto de irritación y se pasa la mano por la sien.

Esencia RusaWhere stories live. Discover now