Sally la nieta de la mucama

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Sofía y Axel volvieron a cenar al castillo. El ex rey Garrick se encontraba a la cabecera de la mesa, sin importar que su hijo ya fuera el rey de Albuquerque. Axel estaba a su mano derecha y Hugo a su mano izquierda.

Sofía se encontraba sentada junto a su prometido y no podía evitar sentir la mirada de Hugo puesta sobre ella.

~Es una cena espléndida ¿No crees Hugo?, Hablo Axel haciendo que el príncipe desviará la mirada.

~¡Maravillosa!, Es un placer que Sofía nos acompañe esta noche. Hace mucho tiempo que ninguna mujer se sentaba a la mesa con nosotros.

Sofía se sonrojo y Axel tomó su mano por debajo del mantel.

~Agradezco mucho su invitación.

Las puertas se abrieron y una viejecilla entró en compañía del mayordomo.

~¡Señora Raquel! Es un honor volver a verla. Gritaron ambos príncipes corriendo a su encuentro.

Parecían un par de niños en compañía de su abuela.

~Veo que han crecido mucho, deje de verlos hace más de dos años. Son unos muchachos muy guapos, ahora sé porque son la conversación de muchas jovenes del pueblo.

~¡No diga eso señora Raquel! Solo les subirá el ego. Hablo Garrick dándole la mano.

Sofía se encontraba parada al fondo del comedor, esperando ser presentada por Axel, pero esto no sucedió.

~Señora Rachel, le presento a la princesa Sofia de Encantia, es la prome... Prometida de Axel. Hablo Hugo con la voz cortada.

~Un gustó señorita, veo que es tan hermosa como la describió Sally.

~¿Por qué no vino ella? Intervino Axel.

~Vendrá más tarde.

~Muchas gracias, el placer es mío. Contesto Sofía con alegría.

Axel ordenó que se incluyera una silla más a la mesa y la viejecilla se sentó alado de Hugo.

~Recuerdo que cuando eran pequeños solía cantarles para dormir, era la única manera de hacerlo. Tenían una energía tremenda.

Sofía soltó una pequeña risista y ambos jóvenes se sonrojaron.

~O cuando Hugo quería patinar sobre hielo, pero tenía miedo de decirle a su padre. Él venía cada noche y se abrazaba a mi, no decía lo que le ocurría, pero podía ver la tristeza en sus ojos. Afortunadamente todo pudo arreglarse gracias a una pequeña niña que había robado el corazón de nuestro pequeño príncipe.

Sofía se asombro y Hugo giro la vista.

~De eso ya mucho...

~¿Quien era ella?, Pregunto con curiosidad.

~Era yo... Contesto Sofía.

Axel apretó la mandíbula y la viejecita se tapó la boca.

~¡No! Y ahora tú te casarás con Axel, Hugo debe estar sufriendo mucho, no paraba de hablar de ti.

~¿Vieron lo hermoso que está el día? Alzó la voz Hugo.

~Pero está lloviendo. Contesto Axel con molestia.

~Creo que debería irme... Mis padres se preocuparan por mi.

~¡Aún no!, Se escuchó una voz.

~¡Sally! ¡Qué gusto verte! Hablo el rey Garrick levantándose de su asiento.

~Es un placer volver a verlos, no quiero molestar, pero debo recoger a mi abuela.

~¿Por qué no te quedas?, Recién empezamos a comer. Hablo Axel.

~Claro, sería como en los viejos tiempos. ¿Recuerdas cuando salíamos a jugar en los días de lluvia?

~Y nos mojabamos en los charcos. Río el pelirrojo observando a la joven

Sofía se encontraba a un lado sintiendo que no encajaba en la conversación y por alguna razón Hugo no parecía feliz con la presencia de Sally.

~Y... Uno de esos días me besaste, me diste mi primer beso de amor. Susurro con una leve sonrisa en los labios.

Todos lo presentes se quedaron impactados incluyendo al rey Garrick que no tenía idea de eso.

Axel correspondió la sonrisa y Sofía comenzó a inquietarse.

~¡Lo siento mucho Sofía! Eso pasó hace años, no debes molestarte. Alzó la voz Sally con aparente hipocresía.

~Oh... Yo lo sé, comprendo muy bien los amores de niñez. Contesto observando a Hugo.

Axel noto este gesto y se aclaró la garganta.

~¡Vaya! Es muy lindo recordar, pero creo que es tiempo de que acompañe a Sofía a su castillo.

~¡No!, Acabo de llegar y aún hay muchas cosas de las que podríamos hablar, estoy emocionada por conocerla, por saber lo que le gusta hacer. Creo que llegaremos a ser grandes amigas, a decir verdad tenemos los mismos gustos, almenos en hombres. Río con alegría.

~Bueno... Creo que me gustaría conocerte. Contestó Sofía con apatía.

Cuando la cena termino, Garrick dirigió a la señora Raquel hasta su estudio, pensaba pedirle que regresara a trabajar en el castillo.

~Hagamos un juego para saber cuánto se conocen. Habló Sally apenas salieron de la habitación.

~¡Me parece bien! Debes conocer a Sofía perfectamente. Intervino Hugo.

~¿Cual es su deporte favorito?

Axel apretó los labios y recordó a Sofía patinando sobre hielo.

~Adora el patinaje encantado.

~¡Error! Sofía ama el Derby volador. Corrigió Hugo.

~¿Y así pretendes desposarla? Eres un caso Axel. Intervino Sally.

~Bueno... ¡No tenemos que probar nada! La gente se puede enamorar sin la necesidad de conocerse y sé que tendremos mucho tiempo para hacerlo. Respondió Sofía con molestia.

Axel se sintió feliz al escuchar las palabras de Sofía. Por un momento notó que ella hablaba con el corazón y defendía su amor por encima de todo. Ahora sus sospechas se habían ido, Sofía lo amaba a él y no a su hermano.

~Es muy cierto, creo que eso no tiene nada que ver. Puede haber una persona que conoces desde hace años y no te causa ningún sentimiento, por el contrario puedes conocer a alguien esa misma noche y causarte miles de sensaciones. A tal grado de decidir que quieres pasar todos los días de tu vida a su lado. Esto último me pasó con Sofía. La noche que la conocí decidí que era la persona indicada para mí, sin importar lo que la gente pudiera pensar o los corazones que pudiera romper.

~Me parece que eres egoísta, eso me demuestra que piensas solamente en ti y te da igual pasar por encima de las personas que te quieren. Exclamó Hugo apretando los puños.

Sofía bajo la mirada, pues reconocía que era cierto. Incluso cuando se comprometió, ni siquiera tenía sentimientos por Axel, pero ahora las cosas eran diferentes e incluso se sentía celosa por la proximidad que tenía con Sally.

Atrapada en el amor  (Sofia y Axel)Where stories live. Discover now