Capítulo 18: Los Obscuros

1.6K 112 52
                                    


CRISTAL


Me sentía muy inútil en este momento. Mi mente estaba en blanco, no tenía ni idea de qué hacer. Anthony y yo estábamos en el centro de la biblioteca rodeados de libros esparramados en el piso. Anthony parecía haber estado buscando algo y había revisado cada uno de ellos a velocidad luz antes de dejarlos caer en la alfombra e ignorarlos por completo. El rubio había conseguido un hechizo para poder comunicarme con Harry por unos segundos. Había sentido su dolor y había conseguido localizarlo, pero aun no sabíamos cómo llegar a él. Mi Harry estaba en peligro y no podíamos ayudarlo. Alexander y Marco estaban bien; Anthony había conseguido hablar con ellos también y asegurarse de que estaban vivos.

Sabíamos que nuestros amigos estaban en el castillos de Los Obscuros, aquel al que me habían llevado los Prolions la primera vez; pero al parecer no había manera de llegar hasta allá por magia común y corriente. Se necesitaba un hechizo en específico y Anthony no lo encontraba y tampoco me dirigía la palabra, así que no sabía cómo ayudarlo.

Esto me estaba estrezando.

  —No entiendo...— Anthony se detuvo sobre sus paso pero no volteó a mirarme. Continué con mi pregunta —Aquella noche, tú me salvaste... ¿Cómo conseguiste llegar al castillo sin saber el hechizo?—

  Suspiró cansado.

—Mira White...— 

—No me llames así... Sabes que no me gusta...—

  —Está bien... Cristal, no te voy a mentir... Sé la respuesta, pero es exclusiva para ti, y prefiero no decírtela hasta que sea totalmente necesario.— Dijo sin voltear a mirarme, solo siguió ojeando libros y dejándolos caer.

 La sangre me hervía y la cabeza me palpitaba.

¿Harry estaba en peligro y él se iba a poner a guardarme secretos QUE PODÍAN AYUDARNOS A ECONTRARLO?

Sin poder contenerme, como una niña malcriada, estampé mi pie contra el piso. El golpe de energía que salió de mí hizo que por un momento, los libros en el suelo se dispararan para arriba y luego cayeran de nuevo estrepitosamente. 

Solo en ese momento el rubio me dirigió la mirada.

  —Eres un idiota...— lo miré fijamente a los ojos y pude sentir cómo, atrás de mí, varios libros combustionaron espontáneamente.

—Cris...— 

—¡Cállate!— grité volviendo a estampar mi pie y recibiendo la misma reacción por parte de los libros —Eres un idiota por no decirme nunca nada. No me dijiste quién eras haste traerme aquí, lo hizo Harry;  no me dijiste cómo te sentías, sino que esperaste a que casi te mataras para hacerlo ¿Y ahora no me vas a decir cómo llegar al maldito castillo, porque "preferirías no hacerlo"?... Anthony Muller: eres un idiota

Estaba llorando. 

De la impotencia, la rabia, la preocupación, la tristeza...

Anthony no dijo nada. Hizo un movimiento con su mano y los libros que ardían se apagaron. Caminó hasta mí y me rodeó con sus brazos.

Intenté apartarme, golpeé su espalda y traté de empujarlo pero no lo logré. Él se mantuvo firme y no me soltó. Finalmente me rendí, y me quedé inmóvil, dejándome proteger de mí misma.

  —Te amo— Repitió y mi corazón sintió cosquillas que me avergoncé de sentir en este momento  —Lo he hecho desde hace mucho tiempo y no te dije nada. No te dije por miedo a mí, por miedo a los demás... Por idioteces. No quería lastimarte. Creo que aquella noche que te encontré, lo hice porque estaba destinado a hacerlo, del mismo modo que estoy destinado a amarte. No fui porque supiera que estabas ahí, fui porque sentí que debía hacerlo. Crucé el portal de la Academia sin decir a nadie y simplemente aparecí en el Castillo... No sé cómo... Por eso no sé cómo llegar a Harry...—

Academia de ProdigiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora