Capítulo 10: Un beso olvidado

5.8K 408 34
                                    

ANTHONY

Cerré la puerta de mi habitación detrás de mí y continué caminando hasta llegar al sofá, pero no me senté al igual que Harry me quedé de pie. Mi amigo me estaba mirando con el ceño fruncido, estaba enojado y mucho. Sin embargo, yo estaba relajado, sabía que la única razón por la que Harry estaba molesto conmigo era porque estaba preocupado por mi. Quería explicarle todo, decirle todo lo que había pasado, decirle por qué estuve ausente todo ese tiempo... Preguntarle sobre Cristal... Pero sabía que él iba a hacer algo importante primero, me iba a dar algo que me merecía dese hacía un tiempo.

-Harry...- quise empezar a decir pero me calló de inmediato un dolor inmenso. El puño de Harry impactó fuertemente contra mi mejilla izquierda, causando que me tambaleara un poco. El chico se frotó la mano con la que me había golpeado y me miraba aun molesto. Me froté la mejilla con cuidado, ese chico pegaba demasiado fuerte.

-¿Donde demonios estabas, Anthony?- preguntó en un tono de voz ni muy alto, ni muy bajo.

Sonreí

-¿Me extrañaste mucho?- levanté la mirada para encontrarme con su rostro siendo invadido por una expresión severa. Claro que como conozco a Harry como la palma de mi mano, sabía que dentro de su cabecita estaba muriéndose por abrazarme y reírse conmigo.

-Tonto... Claro que si... Desapareciste sin decir nada, desconsiderado, estaba preocupado por tí...- el peli negro pronunciaba las palabras de una manera fluida; no le costaba nunca decirle cómo se sentía ni cuánto lo apreciaba, tenía confianza conmigo y yo con él. Por eso precisamente no podía ocultarle nada.

Le hice una señal con la cabeza para que nos sentáramos en el sofá, aun sosteniendo mi mejilla, la cual ardía terriblemente, definitivamente necesitaría un conjuro para sanarla. Una sonrisa se dibujó en el rostro de mi mejor amigo. Él nunca podría enojarse domingo por más de cinco minutos. Me observó de arriba a abajo, analizando mi postura o algo que le diera una pista sobre dónde me había metido durante las últimas dos semanas.

-Ok... ¿Por qué estás mojado?- preguntó señalando mi cabello húmedo con el dedo.

-Estaba en un lugar con lluvia... No tenía paraguas y mi gabán no tiene capucha- respondí, sabía que esa no era la respuesta que él esperaba, pero había pasado dos semanas sin molestarlo y era necesario para que el ambiente dejara de estar tan tenso.

-¿En qué lugar con lluvia estabas?- preguntó calmadamente, conteniendo las urgencias de propinarme otro puñetazo por mi arrogancia y mi sonrisa burlona.

-Estaba en Inglaterra... Mejor dicho, en York- respondí sencillamente, contemplando como la expresión del rostro de Harry cambiaba a una llena de sorpresa. Me observó con cuidado, pensando con cuidado qué palabras decir, pues la conversación ya no estaba basada en jueguitos.

-Tu madre...- murmuró de manera suficiente para que yo lo escuchara con claridad.

Asentí sintiendo cómo mi pecho se contraía terriblemente al aparecer el rostro de mi madre en mi mente. Sacudí esa vieja imagen.

-Si... La estaba buscando. Al parecer Paul finalmente decidió decirme algo sobre su paradero...- las palabras las pronuncié cubiertas con una gruesa capa de indiferencia para que no se notara ni una sola de tristesa en mi voz, pero no sirvió de nada, Harry igual se dió cuenta de algo me pasaba y volvió a mirarme interrogante.

-Anthony...-

-No la encontré... O bueno... Sí la encontré, estaba en el suelo...-

-¿Anthony, a qué te refieres con "en el suelo"?- preguntó lentamente con la preocupación reflejada en cada sílaba.

Academia de ProdigiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora