5. La llamada

Depuis le début
                                    

Apagué la luz de mi cuarto y cerré la puerta.

Me dirigí hacia el comedor. Ahora, el único rincón que permanecía en la luz, las sombras no podían consumirlo, aunque lo intentaban. El lugar era amplio: Al fondo del todo, había la puerta que daba a la cocina y a los lados de esta, unas estanterías con objetos antiguos guardados en su interior; la mesa del comedor oscura quedaba justo delante de la puerta, encima de la mesa había jarrones con flores de todos los colores posibles; delante de la estantería de la entrada con el cuenco de las llaves, se encontraba un largo y reconfortante sofá beige en el que podía hacer las mejores siestas; justo en el centro del sofá, enfrente, un televisor que debía tener unos cuántos años ya. A veces, tenía que darle unos pequeños golpes para que funcionara, al igual que el mando.

Por suerte, las paredes eran lo más modernas de la sala, y, en general, de la casa. Cada habitación se relacionaba con un estado de ánimo, así el hogar se veía más animado. Lima era el color que representaba el comedor. Me acordé de cuando tenía unos 7 años y mi madre decidió que debíamos reformar la casa, pidió todos los colores del arcoíris, y entre las dos fuimos pintando las paredes entre bailes y risas; la mayoría tuvo que hacerlo ella porque no llegaba a la mitad. De la comisura de mis labios, salió una sonrisa nostálgica ante aquellos tiempos felices.

Volví a la realidad. Me preguntaba si el mundo ya conocía la noticia del accidente que se produjo hacía unas horas cerca de Brian's Bar. Solo tenía una forma de averiguarlo. Encendí la televisión y salió News24.

En ese momento, oí como si algo se deslizaba en algún lugar del comedor. Me giré, pero no vi nada. Si alguien entrara en casa, me hubiera enterado, ¿no?

—¿Hola? —pregunté al vacío. No recibí respuesta.

Investigué los puntos ciegos del comedor: Debajo de la mesa; en la cocina; a los laterales de las estanterías que quedaban junto con la puerta de la cocina... Nada. Habría confundido el ruido con algo de la televisión o de la calle. Si un ladrón entrara, ya lo hubiera descubierto.

Caminé hasta quedar frente a la televisión. Como su nombre decía, hacían noticias durante las 24h del día. Me di cuenta que empezaban a dar la primicia sobre el accidente; suspiré de alivió al saber que había llegado justo a tiempo. Al ver la imagen, ya sabía que estaban hablando del accidente de tráfico que había habido enfrente de Brian's Bar. La reportera situada a la izquierda de la pantalla, se la veía novata en el mundo del periodismo. Llevaba una larga melena ceniza y clásica. Estaba situada delante de los coches siniestrados, a un lado de la ambulancia. Decían que iban a aclarar lo más pronto posible la causa de la muerte y del accidente.

Al verlas, me acordé de los fantasmas. Como se levantaron y se fueron de repente, sin avisar. Apenas les dio tiempo de sentir algo en sus últimos momentos. La sombra del sombrero parecía estar obsesionado con ellos, como si fueran un blanco fácil o algo.

¿Por qué ellos y no otros? Me preguntaba. Debía haber algún motivo. De toda la gente que había, precisamente ellos. Por no hablar de la manera que tenía de entrar en su mente y manipularlos a su antojo.

No solo eso, sino que estaban contentos de irse, como si no les afectara de lo que había pasado. Tal vez, sería porque les tocó a ellos dos o les dijo algo antes de que los viera. Solo con sentir la presencia del fantasma del sombrero, me hacía sentir escalofríos. Su mirada.... su sonrisa... era paralizante y llena de malicia.

Miré alrededor. Me dio la sensación de que alguien me observaba. Ya hacía un rato que, de vez en cuando, se escuchaba algún sonido, como si algo se estuviera escondiendo o vigilando en silencio. ¿Y si no fuera un ladrón? ¿Qué sería entonces?

Sonó el teléfono; era pesado, cansino. Estaba situado al otro lado del comedor, en la estantería de al lado de la mesa para comer. Anduve hasta ahí lo más rápido que pude. Se me hizo eterno. Hacía poco que lo había cambiado, y aún no me acordaba de lo oscuro que era. Con el dedo, pude desbloquear la pantalla de mi móvil. Brian me había llamado dos veces después de que me fuera a casa. Estaría preocupado por mí.

Los ojos de Lea #PGP2023✅Où les histoires vivent. Découvrez maintenant