Diez

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Pov Meg

Ya ni les pregunte donde estaba la cafetería. Niego y a lo lejos veo un cartel que dice ''Cafetería >>''. Corro hacia él y logró ver un gran puesto de cafetería. Suspiro y me acerco el.

—¿Qué se le ofrecéis señorita?—preguntó una señora.

—Ahmm...quiero...un Capuccino y una dona de chocolate, un pay de fresa con queso...Ah...y...un panque—pido.

  —Okey—me entrega mi pedido en una bolsa—Son 510 pesos.

Que caro. 

A regañadientes se los doy.¿Cómo tengo esa cantidad?, digamos que por Chica.

Me siento en una banca alejada, hay varias personas, algunas me miran, otras me ignoran, otros me guiñan el ojo, pero estoy siendo ignorante a todo eso.

Comienzo a beber y comer. En realidad esto es delicioso.

 —¿Eso era francés o alemán?—dijo una voz, sobresaltándome.

  —¿Te refieres a lo que dije?—pregunto viendo a Foxy sentarse a mi lado—Francés, además el Alemán está lejos de parecerse a lo que dije.

  —¿Cómo sabes francés?

  —¿Esto es un interrogatorio?. ¿Me llevarás presa?—bromeo el ríe.

 —No, solo tengo curiosidad—dice.

  —Respondiendo tu pregunta, sé francés porqué tengo un libro de varios idiomas con varias palabras, ¿soy inocente o culpable?

 —Inocente—dice sonriendo—Dudo que los idiomas sean culpables de algo.

Nos quedamos callados, no sé que decir, ni siquiera sé porqué se sentó aquí conmigo. 

 —Y...¿qué dices sobre...ser amigos?—pregunto.

—Ah...pues...no sé...

—¿No lo sabes?

—Es que es raro. Eres mi profesor.

—¿Y?

—Ahmmm...—suspiro y lo miró—De acuerdo seamos amigos. 

El sonríe enormemente.

—¿Te comerás todo eso?—pregunto sorprendido.

—Sí, ¿por?

—Nada…—me miró raro—¿Cómo mantienes tú figura?, raro.

—No sé. Pero tengo que disfrutar de está bendición!
Foxy se levanta y sonríe.

—Nuestro ensayo, recuérdalo. Serás la mejor de mi clase, más bien, de esta Academia.

Me sonrió dulce, y no se porqué, eso me aceleró el corazón, sentí mi rostro caliente y agache la cabeza.
Él es mi Maestro, sólo eso.

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Estaba dirigiéndome a mi cuarto, con la esperanza de encontrar a Chica, entre y la vi, concentrada con sus lentes, saque los chocolates que compre y sigilosamente me acerqué.

—¡Buh!—grite y ella se sobresalto—¡JAJAJAJA!

—¡Eh, eso no se hace!—exclamo—¿Qué es lo que quieres?

—Para ti—le di los chocolates, ella sonrió levemente.

—Aw, gracias.

—¿Estoy…perdonada?

—¿De que?—comienza a comer los chocolates
—Nunca me enoje contigo—reí—¿Cuanto tiempo llevas con los chocolates?

—Ah, diez minutos.

—Estoy sorprendida!

—¿Por?

—Por qué no te los comiste en esos diez minutos.

—¡Eh!—me queje.

En eso mi celular sonó.

—Tengo que irme, chao—me despedí y salí.

Era hora de ir con Fox. 

Al llegar, me sentí muy nerviosa, suspiré.
No era una cobarde.
O quizá sí…
Lo vi ahí sentado en una de las bancas, me acerqué a él y sentí como mis manos sudaron.

—Ahí estás—sonrió dulce— Ven, es hora de entrenar.

Tomó mi mano.
¡Tomó mi mano!

Aguarden, no es momento para gritar como fangirl.
Suspiré y tartamudie.

—Ah, ah…ahmm, eh, eh, mmmm…¿Qui-quieres tu hamburguesa con mostaza o ketchup?—pregunte.

—¿Qué?—pregunto.

¡Estúpido trabajo de Mc'donalds!

—¡Nada!—me sonroje.

—Bien, empecemos.

Y así comenzó una tarde de entrenamientos.

 Enamorada De Mi Maestro ↠FxM↞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora