- ¿A donde vas? - le pregunto una vez lo veo en dirección al baño.

- A cambiarme luzco tetrico, luzco peor que un vagabundo - sostiene un mechon de su cabello rubio y lo retira con su soplo.

- No creo que un vagabundo luzca así - rio con ello-. Respecto a lo sucedido en el bar le debes una disculpa a Mishenka.

Gira su vista hacia mi y me mira incrédulo.

- ¿Que? - levanta una ceja y ríe.

- Se la debes y lo sabes - me cruzo de brazos-. No debiste decirle tal cosa.

- Yo no me disculpo con nadie y menos con ese cabrón.

- Pues tendrás que hacerlo, pienso organizar una cena,para todos. Giorgio, Mishenka, Camila y Bruno. Y desde luego nosotros.

- ¿Porque quieras traer gente a perturbar nuestra tranquildad? - rueda los ojos.

- Porque son tus amigos - digo obvia.

- Imagina a una manada de toros encerrados en un pequeño corral, ¿crees que si quiera no pasarían la cerca y se convertirían como bestias salvajes? Es exacto lo que sucede cuando nos reunimos, no pasan ni dos segundos y estamos discutiendo.

- Porque son unos infantiles - refuto-. Tendrás que guardar la compostura y dejar de un lado tu mal genio.

- Pues tendrás que esperar hasta una semana, Bruno y Camila están de vacaciones en Cartagena.

- Esperaremos a que lleguen entonces. Hay algo más que quiero comentarte.

- ¿De que se trata?

- ¿Has considerado la idea de ir a Rusia y ver a tu padre?

- Ya hemos hablado de ese tema - responde con tono de irritación.

- No lo hagas por él, hazlo por ti, por dejar salir ese rencor, esa rabia y resentimiento acumulado en tu ser.

- No puedo Rossalie, no puedo y lo sabes. Fueron más de quince años sumido en un completo infierno. Y no me genera ningún tipo de interés verle a la cara-. Espero no volver a discutir esto contigo.

Hay decisiones en la vida de él que ni siquiera yo puedo cambiar, tal vez con el tiempo recapacite y lo considere. O tal vez haga lo que siempre hace sumirse en él mismo.

Mientras Dimitri toma una ducha, bajo los escalones rumbo a la cocina, Tiffany se aprende al verme y sonríe como una niña.

- Señora volvió, la casa se sentía muy vacía sin usted.

- Me alegra verte de nuevo Tiffany.

- ¿Quiere que le prepare algo?

- Muero por chocolate.

- Vaya creo que no hay nada,ni un tarro.

¿Qué? Me voy a volver loca sin mis adorada nutella. ¿Que haré? Mis antojos son puro chocolate. El mundo no puede ser tan cruel.

- ¿Estas segura que no hay nada?

La empleada asiente.

- Usted se comió el último tarro hace más se una semana. Pero hay frutas y..

- Quiero Nutella, muero por un tarro de Nutella - me estoy comportando como una niña caprichosa, si no estuviera embarazada ese no seria un problema, pero no puedo dejar de pensar en saborearla.

Me siento derrotada en la isla de la cocina y suspiro de manera frustrada hasta que lo veo bajar cambiado, luce apuesto y varonil como siempre.

Me acerco rápidamente hasta él y le sonrio.

Esencia RusaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum