En nuestro caso era necesario, la boda de las Vegas fue solo una boda por un trato, no el tipo de boda que cualquier mujer desea.

- ¿Porque no mira algunos diseños señora? Puede que le guste alguno.

- Si Ross mira un vestido, además a ti todo te queda bien ¿Cierto Dimitri?

- Va ser la novia más linda del mundo, mi esposa es la mujer más bella que he visto.

- Esta bien miraré modelos.

- Puedes desfilar y mostrarlos si quieres - me guiña un ojo.

- No creo que eso suceda, ¿Acaso no es de mala suerte ver a la novia con el vestido antes del matrimonio?

El ruso rueda los ojos.

- Yo vi el vestido de novia antes de que nos casaramos en las Vegas, y aún seguimos casados - replica.

- Si pero eran circunstancias diferentes. ¿Lo olvidas?

- Bueno, no hay porque enojarse. Sigame le mostraré los modelos - la chica me conduce hasta una sala en la que hay varios vestidos colgados, algunos tienen una enorme cola de novia, y otros son en seda-. Estos son de la última colección, su esposo se ve un hombre serio, hacen una muy bella pareja.

- Gracias - recorro con mi mirada el estante y visualizo tres posibles vestidos. Los tres son blancos y me gusta el diseño que tienen.

- ¿Le gustan esos?

- Si. Son justo como los buscaba.

- Puede medirselos.

- Leah quédate aca mientras me los pruebo ¿Vale?

- Si Ross no me iré a ningún lado.

Desde lo de Melanie he sido un poco desconfiada y cuidadosa. No quiero que ha mi familia le suceda nada.

- Vale, no demorare - entro en el vestier dispuesta a medirme cada uno de ellos.

Pruebo el primer vestido y este es demasiado ajustado en la parte del escote, es un hermoso modelo pero mo me gusta la forma en la que se ve.
Así que paso al segundo probándolo y tampoco me gusta.

Debiste tomar la opción del ruso y decirle que si trajera uno de Francia.

Sigo probándome los vestidos. Ocho en total, hasta que encuentro el ideal.

- ¿Qué tal este Leah?

Leah abre sus ojos y aplaude.

- Pareces una princesa - sonríe y me abraza.

- Es muy bonito - me miro al espejo y doy media vuelta con el.

- Falta el velo - la chica trae uno y lo coloca.

Quiero llorar, y así lo hago. Son lágrimas de felicidad. Lágrimas de alegría.

- Lo llevaré - limpio mi mejilla y le sonrío a la encargada.

Una vez me cambio de ropa y escojo el vestido de Leah. Me encuentro a Dimitri con su frente en las rodillas. Levanta su mirada y la fija en mí.

- Tres horas escogiendo un vestido.

- No fui consiente de que pasarán tantas horas - digo mientras miro el reloj y veo que están las tres horas pasadas.

- Casi me hago anciano en esa silla - suena furioso.

- Que exagerado - bufo.

- ¿Y bien? ¿Escojiste el vestido?

Asiento con la cabeza.

Esencia RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora