Capítulo doce

157 21 9
                                    

POV LUCÍA.

Una vez que llegó a casa de Nick, voy a la sala de estar, donde ellos están siempre jugando cuando llegó del trabajo. En cuanto estoy en la puerta, observó a mi niño sentado sobre el regazo de Nick, tiene los ojos tristes, y le pregunta lo que hace tiempo estaba esperando.

Le pregunta por su papá.

Mi sonrisa se va en el mismo momento que se va la de Nick, e instantáneamente mis ojos se llenan de lágrimas. ¿Estoy siendo una mala madre? ¿Lo estaré criando mal? ¿Se sentirá solo conmigo?

Miles de posibilidades se cruzan por mi mente en cuestión de segundos. La sola idea de no ser suficiente para Ben me parte el alma, me quiebra en dos.

Me prometí desde aquel día, cambiar, para bien, estar siempre atenta, a no hacerle faltar nada, a acompañarlo, mimarlo, a ser la madre que el siempre quiere que sea. De las que aman a montones. De las que le cocinan galletas en cuanto llega a casa luego del colegio, o a llevarlo a tomar su helado los fines de semana.

Nick levanta la vista y me observa, sabe que los escuché. No me mira con lástima, el no es así. Siempre trata de estar al tanto de lo que pasa conmigo y Benja, que es este mismo momento, cumplió un rol que no le correspondía.

Nick mira a Ben con tanto amor, que me abruma, le da obsequios todo el tiempo y en varias ocasiones, lo lleva a pasear mientras estoy trabajando.

No me había dado cuenta de que había quedado tan perdida en mis pensamientos que no escuché a Ben hablar, siento su mano agarrar la mía suavemente y me agachó para estar a su altura. Es tan lindo, tan perfecto, pero aunque lo quiera negar, es muy parecido a su papá. Sus facciones, sus ojos, su pelo. Me hace acordar a la foto que me mostró años atrás cuando veíamos un álbum de el de pequeño.

— Te extrañe mami.

— Yo también mi niño. ¿Qué tal tu día.?

— ¡Excelente! Hoy por la tarde Nick me llevo a dar un paseo y luego... — escucho atentamente cada palabra que me dice. Realmente Benja adora a Nick, lo nombra en cada oportunidad que puede, y tiene en sus ojos ese brillo especial de amor.

Encargamos pizza y mientras la esperamos nos dedicamos a poner la mesa. Hablamos barbaridades y finalmente nos sentamos a cenar.
La pizza está deliciosa. Pero no puedo permitirme comer mas de lo que mi estómago pide. Aparte, tengo una bola de nervios en mi estómago.

Sé que llegó el momento de hablar con mi niño sobre su papá.

Así que mientras espero que terminen de cenar, voy pensando seriamente lo que le voy a decir con palabras justas para no desilucionada a un niño.

Cuando veo que terminaron, Nick ve mi decisión por lo que solamente asiente, suspira y me ayuda a recoger las cosas de la mesa.

Sabe que llegó el momento.

Mientras tanto, mando a Benja a ponerse su pijama y a lavarse sus dientes. Le digo que me espere un ratito en la habitación que ya voy a hablar con el.

Una vez solos en la cocina, Nick se acerca a pasos lentos.

— ¿Estás segura de esto? — No. No estoy segura. Pero pronto lo va a tener que saber, antes de que sea tarde.

— Si — contesto. Mis dedos duelen de tantos apretarlos, mi corazón late a mil y mis piernas tiemblan. No es una buena combinación.

Nick me mira y no puedo ver otra cosa que no sea amor.

— Está bien. Si me necesitas, solo grita mi nombre. Sabes que tienes mi apoyo, siempre. Mi solecita.

— Gracias amor.— le doy un beso suavemente en su boca.


Salgo de la cocina y me dirijo a la habitación.

Muy bien. Allá voy.

ContigoWhere stories live. Discover now