Parte 12

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LICUADORA

Metí en una licuadora los restos de amores terminados. Una foto de a dos, una canción que abrió heridas (que creí cerradas) y la impotencia de un amor a medio camino que no se resuelve pero es mejor así. Todo eso, mezclado. Primaveras y otoños, cumpleaños y aniversarios. Y lloré un rato. Lágrimas: detergente que usa el alma para limpiarse.


UNIVERSO PARARELO

Escribo desde nuestro lugar, desde ese terreno virtual donde sólo puede acceder nuestra parte etérea. Donde los cuerpos se dejan a un costado de la ruta y se sigue camino flotando entre nubes y otras almas desesperadas, a veces, como las nuestras. No hay formas ni tiempo. Ni gestos ni olvido. Se parece mucho a un aleph: un punto del espacio que contiene todos los puntos. Y mientras tanto el mundo sigue con sus millones de insignificancias cotidianas que forman un todo incomprensible. No me siento a gusto en ningún lugar, porque allá arriba siento ganas de tocarte y salpicar con lujuria tanta pulcritud celestial. Y acá abajo el barro, de vez en cuando, me tapa la cara y no puedo verte. ¿Entonces, qué hacemos? ¿Dónde nos escondemos para darle sentido a la existencia aunque sea por un instante?


NO ES CUESTIÓN

No es cuestión de descargas explosivas solitarias ni de hacerle un bien al cuerpo aliviando tensiones acumuladas. Es algo más complejo que un impulso sexual instintivo. Se trata de dos silencios unidos por una mirada. Se trata de abrazos y caricias; del tacto puesto al servicio del alma. Se trata de escuchar otra respiración como la nuestra que se acelera, se desvanece, se pierde en el afuera de esa amalgama de cuerpos.


EL PESO DE LOS BESOS

Los besos hay que darlos porque si no se pudren adentro. Si no encuentran destinatario se achicharran como pasas de uva y huelen a podrido. Y vamos por la vida con el peso enorme de los besos sin dueño. Y eso se nota en la cara. Y en la actitud hacia los demás. Y en el sabor amargo de tener tantos besos guardados para alguien que no llega.


AUSENCIA DE TEXTOS

Los papeles reemplazan a los amantes y las letras a las caricias y a los besos. Ausencia de textos. Caligrafía torpe, de manos que aprenden a caminar en nuevos relieves.


ASÍ FUE Y ASÍ SERÁ

Seguimos en universos paralelos porque la realidad nos obliga con sus caprichos de kilómetros y circunstancias. No podemos rebelarnos porque sería condenar a muerte a esta historia de calles a contramano. Tu voz desde el ruido de un bar y el eco de mis palabras en un cuarto del centro. Listos, ya! A intercalar lágrimas de rabia por lo que no es y lágrimas de alegría por lo que fue.


DECISIÓN

Terminemos con este juego idiota de querernos.

Latitud 38 SurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora