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Hey eliza

Te dejo esta carta a ti Eliza, como una despedida, no tenía el valor de ir a verte como debía y en su lugar está esta carta. Después de la muerte de mi padre me sentía ajeno a este lugar, aunque siempre estabas tú con tu linda sonrisa que me impedía irme.
Pero luego estaba mi padre, el siempre deseo viajar y así igual yo desde que tengo memoria, haré este viaje en homenaje a mi padre y me duele dejarte, creo que a cualquiera le dolería dejar a su primer amor, pero debo admitir que ya no era el mismo y eso no era justo para ti. Extrañare tus sonrisas, tus comentarios absurdos y demás.
No se si regresare algún día, espero que si y así podré contemplar a la gran mujer en la que sé que te convertirás.
Siempre se tu misma y no cambies por alguien más, si no te quiere de la forma que eres, entonces no es el correcto.
Gracias por el apoyo que me ofreciste en el tiempo que tuvimos juntos.

Gilbert.

Al instante comenzó a llorar, ¿Que había pasado con todo? Ella estaba en el cuarto en el que durmió la noche del incendio pero claramente no estaba igual que antes, se vio en un espejo y no se reconoció, ya no era aquella niña de 13 años si no que lucia de 25 aproximadamente, noto que no recordaba nada desde el incendio, Tom y su sobrenombre tampoco estaba, no había nadie con ella y no tenía la mínima intención de salir a buscarlos.

Unos golpes en la puerta sonaron sacándola de su triste momento, se paró limpiando algunas lágrimas y abrió la puerta—El tiempo acaba.

Dijo un hombre con un traje blanco—Que quiere decir?—Dijo con una voz débil.

—Es tiempo de irse señorita Cárter—Dijo con una voz monótona.

—Pero qué pasó? No quiero irme... quiero a Anne y a Diana, quiero a Gilbert—Respondió.—Esto no tiene sentido, en donde está Peter?—Pregunto alejándose de el hombre que ya había pasado por la puerta.

—Nada nunca tuvo sentido señorita, es tiempo de despertar.

—No, no quiero irme!—Comenzó a correr pero el sueño le ganaba por alguna razón, sentía como el piso se volvía aguado e imposible de caminar.

La mano del hombre con traje le detuvo—Es tiempo—Dijo tocándole el pecho lo que le hizo soltar un grito desgarrador.


Abrió los ojos gritando del dolor que sentía en el pecho, estaba en una camilla con un suero y miles de cosas pegadas a ella, un grupo de doctores que estaba alrededor se alejó con la impresión en los ojos.

Una enfermera tenía las placas de R.C.P en manos—Que pasó?—Pregunto con un hilo de voz, no obtuvo una respuesta—Que pasó?!—Grito una vez más en pregunta.

El doctor se acercó a ella para recargarla y bajara su ritmo cardiaco—No me toques! En donde están todos?!—Dijo arrancándose el suero y despegando las cosas que estaban pegadas a ella.

—De quien habla señorita?—Respondió—Somos los únicos aquí.

Quiso bajar de la cama pero cayó, no sentía las piernas—En donde están?—Comenzó a arrastrarse lejos de los doctores quienes le veían preocupados.

—En donde está la pelirroja Anne?—Pregunto llorando—Y Ruby con su voz chillona? Diana y su hermana? Gilbert y su amabilidad? En donde están todos?!—Grito mientras chocaba con una pared

—Tranquila señorita Cárter—Dijo un doctor acercándose con cuidado—acaba de despertar de un coma y paro cardiaco, pudo a ver sufrido alucinaciones.

—Yo no alucine nada! Estaba con Gilbert! Después del incendio en casa de Ruby, eso era real!—Replicó—Muy real!

Uno de los doctores corrió a ella inyectándole lo que tenía que para calmarla, y así quedó dormida.

—Podemos tener esta pieza?—Pregunto Gilbert frente a ella ofreciéndole la mano, está la tomó confundida y se paró—Has estado distraída Eliza, pasa algo?—Pregunto un confundido Gilbert.

—Eh, no solo... me siento un poco mal—mintió viendo el lugar, era un baile, todos usaban ropas coloridas y elegantes, se vio a ella misma al pasar por una fuente, se veía como antes solo un poco más grande.

—Me gustas Eliza—Sus palabras quedaron al aire y los colores se movían hasta crear una escena nueva.

—Eliza! Pinte mi cabello de verde—Dijo una llorosa Anne—Un hombre llegó a mi puerta y dijo que haría mi cabello negro! No verde! Esto es increíblemente horroso—Chillo con su cara roja, Su amiga sin saber qué hacer e increíblemente confundida le abrazó pero al momento sintió como era jalada hacia atrás, cerró los ojos de golpe y los volvió abrir.

Estaban ahora en el campo, todos hacían un picnic, frente a ella estaban sus amigas de la escuela, en todas había una linda sonrisa sincera, unos brazos le levantaron y volteó.

Era Gilbert, tomó su mano y fueron al bosque—Me gustas mucho Eliza, y... no lo sé. Se que somos jóvenes y tontos pero creo que podríamos darnos una oportunidad—Dijo con una mueca—Eliza Cárter... serías mi novia?—Dijo de manera sencilla con una honestidad total en su voz.

En un parpadeo ahora veía la escena en tercera persona, escuchó un "si" de su parte y vio el beso que se formó entre ellos dándole ganas de llorar.

Ahora estaba en una cama, se sentó y vio a Anne, Diana y Ruby a su lado dormidas, se percató de la situación y los recuerdos que venían a ella—Adiós chicas—Se despidió, probablemente nunca podría hacerlo así que era ahora o nunca—Las amo demasiado—Dijo soltando unas lagrimas, Ruby abrió los ojos confundida pero Eliza no vio más solo negro, una vez más.

𝐓𝐢𝐦𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐯𝐞𝐥; 𝑎𝑛𝑛𝐸 Where stories live. Discover now