—Lo más seguro es que vivas en una granja.
—¡Eso no tiene sentido!
—¡Ya! Lo haremos en mi casa, nos veremos mañana después de la escuela, ¿bien? Perfecto.
Sana salió de ahí, arrastrando a Nayeon dejando a Tzuyu sola en el aula. Le regaló una sonrisa y corrió junto a las otras dos japonesas y Jeongyeon.
—No te ves muy contenta— Jihyo platicaba con su pareja de proyecto, Sowon, acercándose a Nayeon. Ella estaba contenta por quien le habían asignado.
—No sabes, realmente estoy muy felíz.
—Nayeonnie, a ti no te va el sarcasmo. Y no te quejes, te pudo haber tocado con Momo, y seguramente ya te hubieras aventado del quinto piso.
—Pero me tocó con su mejor amiga, que es igual de torpe, y con la satánica.
El día concluyó, la cena pasó rápido y se dirigió a su cuarto a preparar las cosas de mañana para comenzar el proyecto. Cuando tenía todo listo, se dispuso a practicar su canto. Estaba trabajando duro, estaba tan cerca de poder cumplir su sueño de ser una cantante profesional.
—Hola Nabongs— se escuchó afuera de su ventana.
Pero habían ciertas cosas que la alejaban de llegar a su meta. Y Momo era una de ellas.
—¿Cómo vas con eso?
—Iba bien, pero ya sabes, llegaste a interrumpir. ¿Qué necesitas? Rápido antes de que te eche de aquí o Mina venga a buscarte.
—Hey, ¿por qué tan agresiva? Sólo venía a ver como estás, tú sabes que siempre vengo a verte.
Se quedaron en silencio, pues Momo acomodaba los peluches de la cama de Nayeon, mientras ésta pensaba.
—¿Alguna vez dejarás de venir a verme?
—¿Qué?
Se maldijo así misma por haber soltado eso sin haberlo pensado antes.
—Nada, nada, estoy pensando en voz alta.
Y nuevamente el silencio se hizo presente, así por varios minutos. Nayeon escribía algunas cosas en su libreta y Momo jugaba con los peluches.
A Nayeon le gustaba eso de componer canciones, le hacía sentir más profesional, pero había veces en las que no tenía idea de que escribir, muchas de las cosas que escribía terminaban en su bote de basura.
—No pienso dejar de venir a verte, Nabongs. Lo he hecho desde hace años y lo seguiré haciendo— a pesar de que Nayeon le diera la espalda a Momo por estar sentada frente a su escritorio, sintió como la menor se sentó en la esquina de la cama, mirándola. —Estoy consciente de que no te gusta mi compañía, pero a mí me gusta estar contigo, aunque me ignores y casi siempre quieras que me vaya, yo seguiré estando aquí, seguiré aquí hasta que tú te vayas a Seúl y triunfes.
—Gracias, supongo.
Momo se levantó y se acercó a ella, besando su cabeza, y se sentó en la ventana.—Si Tzuyu te hace algo a ti o a Sana, no dudes en llamarme— y salió de ahí completamente, regresando a su casa.
Cerró la ventana con seguro, apagó la luz y se recostó en su cama, sin cerrar sus ojos, sin dejar de pensar.
Nayeon se odiaba en ese momento. Se odiaba por sólo haberle dicho un simple gracias, cuando Momo dijo algo sincero y no estúpido, cosa que pasa cada década. Se odiaba tanto por hacerle sentir a Momo que no la quería, que le fastidiaba su presencia.
—Realmente me frustras, Hirai— apretó sus ojos fuertemente, para así caer dormida.
[...]
—Ellos son mis abuelos, no los vayan a abrazar, son sólo míos, y mis padres, si quieren a ellos si los pueden abrazar.
—¡Sana, no seas grosera!— regañó su padre, quien miraba la televisión junto a sus respectivos padres, conocidos como los abuelos Minatozaki.
—Nosotros las llamaremos cuando la cena esté lista— sonrió la mamá de Sana.
Las tres subieron hacia el cuarto de Sana para comenzar con el proyecto, el cual no tenían la más remota idea de como hacerlo. Debían hacer una maqueta relacionada a su ensayo de cinco hojas sobre la globalización.
—No sabía que nos quedaríamos a cenar— dijo Tzuyu, un poco avergonzada por la hospitalidad de la familia Minatozaki.
—Yo tampoco, pero me alegra que se queden, a pesar de que no me caigan muy bien las dos— sonrió inocentemente Sana. Las otras dos chicas se quedaron confundidas.
—Y bien...¿cómo empezamos?— preguntó Nayeon.
Pasaron dos horas y no tenían idea de como empezar.
—Ohh, podríamos hacer una maqueta del mundo con personitas de plastilina agarradas de las manos con corazones gays— propuso Sana, recostada en el suelo.
—Eso es muy infantil —dijo Tzuyu, lo cual es irónico porque terminaron haciendo eso. Sólo les faltaba el escrito, pero decidieron distraerse un rato.
Platicaron de muchas cosas, Nayeon y Sana se dieron cuenta que Tzuyu no es tan mala después de todo, que realmente es agradable, sólo que dice todo lo que piensa.
—Entonces Momo y Mina son novias, vaya...y yo que pensé que tenían algo ustedes dos— Tzuyu señaló a Nayeon.—Pero igualmente hacen una muy bonita pareja.
El ambiente se tornó incómodo, Sana buscaba la manera de cambiar de tema, pero Nayeon habló. —Nunca habrá algo entre Momo y yo, sólo somos vecinas desde hace años, y supongo que sí hacen linda pareja.
Tzuyu se sintió mal por haber hablado, mientras que Sana sintió una punzada en su corazón, pues sabía que Nayeon estaba mintiendo, y difícilmente lo dejaría de hacer. Al ver que todo nuevamente estaba incómodo, bajaron a cenar.
Al finalizar el trabajo, Nayeon y Tzuyu partieron a sus casas.—Hey, Im, lamento lo que pasó aquella vez en mi fiesta, no quería incomodar a tu amiga ni que las cosas se volvieran pesadas entre ustedes y conmigo, realmente me agradan y me gustaría pasar un rato con ustedes en vez de-
—¿Las plásticas de tus amigas? Está bien, igual me agradas, y supongo que a Sana también— sonrió mostrando sus dientes, cosa que hizo sonreír a Tzuyu.
—Por cierto, ¿sabes si ella es soltera?
—Tienes como a media escuela a tus pies y te fijas en las tontas de mis amigas.
—Ah, entonces sí son tus amigas, es sólo que sueles ser muy cortante con ellas, más con Momo.
—Momo es sólo mi vecina de años atrás, ya lo dije, buenas noches Zhou, nos vemos.
—Descansa.
Nayeon caminó a su casa pues Sana no vivía tan lejos, pasanso por casa de Momo, y notó que la luz de su cuarto estaba prendida, probablemente estaba con Mina todavía. Llegó, sin saludar a sus padres, sólo llegó a recostarse. Una noche más se sentía mal, se odiaba por no aceptar la realidad, por mentir sobre que Momo ni siquiera era su amiga, que no era más que la chica que vivía en su mismo vecindario.
Ni se molestó en practicar su canto un rato, o en escribir más partes de alguna de sus canciones. Le puso seguro a su ventana y se puso la pijama, dispuesta a dormir.
Definitivamente Momo no iría esa noche, ni muchas otras más.
Y Nayeon odiaba haber permitido eso.
Ahora sí se viene el dramarama. Este capítulo está dedicado al fantasma que evitó que borrara esta historia. Gracias Gasparín. ❤
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A dos cuadras.
أدب الهواةPorque el amor puede estar hasta el otro lado del mundo, o puede estar a dos cuadras... 18.02.18 #2 en Monayeon; 11.05.18 #1 en Namo; 11.01.19 #2 en Monayeon; 11.01.19 Portada hecha por Anni. Primer fic Namo que escribí, más no me atrevía a publicar...
siete
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