¡Maldito! Es el ser más despreciable de esta tierra. Quisiera que tan solo nos dejara en paz una sola vez en su vida. Me siento sobre la cama, llorando. La maldita angustia me consume. Quiero a Dimitri con todo mi corazón, pero no puedo arriesgar a los que amo. No de esa manera, en ocasiones hay que sacrificar lo que más quieres por la felicidad de otros. Y eso es lo que estoy haciendo, porque justo ahora estoy aterrada, horrorizada, y perdida en mi misma.

La tarde trascurre tan lenta y tan fría como su ausencia, es como si se tratase de un purgatorio, en el cual estuviera pagando por el pecado de enamorarme de un hombre como él. Miro de nuevo mi móvil y veo varios mensajes de Emma acerca de que no me olvide de la cena.

Oh si la estúpida cena.

Me dirijo al clóset y saco un vestido de flores de allí, arreglo un poco mi cabello, y me dispongo a salir de la mansión.

Luka me espera a la salida, le indique el lugar con la dirección que me dio mi amiga. Llego a mi destino y lo primero que veo al bajarme del auto es que no es un restaurante, es un bar, en la entrada Emma esta junto a Harry, es como si fueran gemelos o algo por el estilo, siempre van juntos a todos los lados.

- ¡Ross! - me grita una vez me ve.

- Dijiste que sería una cena.

- Bueno.. los chicos dijeron que era mejor venir a divertirnos un poco.

Ruedo los ojos ¿cómo puedo siquiera divertirme cuando mi familia está en peligro? Es una completa locura, una absurda y estúpida locura.

- De acuerdo - es lo único que me limito a decirles.

- Entremos, Zoe y Logan vendrán en un rato.

Entramos al bar, el cual está a reventar y además la música es ensordecedora, tomamos una mesa junto a la barra, mientras Harry pregunta acerca de las bebidas.

- No puedo beber alcohol – respondo a su pregunta. – Estoy tomando medicinas.

- Oh.., te traeré una soda entonces.

- Para mí que sea un martini – responde Emma.

Harry se dirige a la barra mientras quedamos solas en la mesa.

- Esta buena la música – grita Emma moviendo sus hombros siguiendo el ritmo de la canción. – ¿Hace cuanto no sales a una fiesta o si quiera a un sitio como este Ross?

- Creo que no era de estos ambientes – me encojo de hombros.

- Acá están las bebidas y tu soda Ross.

Tomo la soda en mis manos y me quedo dialogando con los chicos. Hablan de todo tema, de las clases, de que hacer con sus vidas una vez terminen la universidad, de que si querrán formar una familia, y yo solo estoy ida en el hilo de un solo pensamiento, ¿dónde está Dimitri? en cuanto lo extraño, en cuanto me dolió haberle dicho aquellas palabras, fui tan dura con él.

- ¿Quieres bailar Ross? – Harry se aclara la garganta y me da una ligera vista. – ¿Te aburrimos hablando?

- Oh por supuesto que no- niego con la cabeza. – Es solo que estoy pensado en como adelantarme en clases. He sido una despistada.

La morena sonríe y me da un golpe en el hombro.

- Yo te presto los míos –guiña un ojo.

- ¿Entonces que respondes a mi pregunta? – vuelve Harry a insistir.

- Bueno.. no soy muy buena bailando, soy pésima.

- Eso no importa – el castaño me arrastra a la pista de baile y comienza a mover sus brazos de manera exagerada, rio con ello. – Dime ¿no te gustaría estar de nuevo soltera?

Esencia RusaWhere stories live. Discover now