Capitulo 18

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Me bajo del coche y cierro la puerta de un portazo. Mi corazón va a mil por horas, hacía tanto tiempo que no estaba aquí. Hacía tanto tiempo que no pisaba este jardín. Todo sigue igual, aunque el viejo naranjo ha sido cambiado por un bonsái, para mi gusto horrendo. Eric me coge de la mano y la aprieta. Lo miro y me muestra media sonrisa,esa que tanto me tranquiliza.

-¿Estás bien?

-Si,solo necesito cinco minutos mas.

-De acuerdo, estaré esperando sentado en aquel banco.

Eric se aleja de mi y de pronto siento nauseas, no quiero estar sola.Todos estos acontecimientos me han hecho más fuerte, pero no puedo negar que estoy aterrorizada. Tengo pánico de que esos hombres salgan de algún escondite y nos disparen. Tengo miedo de que esa mujer encapuchada vuelva a hacerme daño. Tengo miedo, y eso no puedo negarlo. De pronto me fijo en la hiedra que cubre el techo del jardín y recuerdo los años en los que me sentaba bajo ella a jugar con las muñecas. En ese momento pensé que no era feliz, pero estaba equivocada. Supongo que hacen falta pasar por malos momentos para valorar los buenos. Creo que me estoy haciendo mayor, tanto que la añoranza empieza a gritar dentro de mi. Tanto que al mirarme al espejo solo veo ojeras y tanto como una persona puede envejecer al perder un hijo. Siento una punzada en el corazón y paso la mano por mi vientre. Me consuelo con tener mil cosas en la cabeza que me hacen olvidar por un rato la perdida. Cruzo el jardín delantero hasta que llego hasta la puerta. Le hago un gesto a Eric y viene hacia mi.

-¿Estás lista?- me pregunta inseguro.

Asiento y me besa en la frente. Luego posa su nariz en mi pelo e inspira.Pulso el timbre y espero nerviosa a que alguien abra la puerta. Sin embargo, al cabo de diez minutos aun seguimos esperando.

-No hay nadie, tal vez haya salido.

-¿Crees que le ha podido pasar algo?- pregunto inquieta.

-No lo se, espero que no. Tal vez este trabajando o en casa de alguna persona. Tal vez este en la comisaria esperando novedades del caso,quien sabe.

Sin embargo sus intentos de tranquilizarme no sirven de nada. Vuelvo asentir una fuerte presión en el pecho. Cierro los ojos e intento calmarme. Los vuelvo a abrir y observo mis zapatos nuevos. Bajo ellos las lozas de color caramelo de miel que tanto detestaban mis padres. Eric vuelve a tocar el timbre. Entonces lo recuerdo. Me agacho rapidamente y comienzo a buscar.

-¿Qué haces?- pregunta Eric asombrado.

-Recuerdo que cuando vivía aquí siempre me dejaban una llave bajo algunas de estas lozas para no quedarme en la calle cuando salían sin avisar. Tiene que ser alguna de estas- le explico intentando levantar las con ayuda de los dedos.

-Tal vez cuando te fuiste a vivir a Madrid fijaron esa loza Emma.

-¡La encontré!

Eric se agacha a mi lado y me ayuda a levantarla.

-¿Ves? Está suelta. A esa edad tenía los dedos mas finos y podía levantarla sin esfuerzo, ahora me cuesta un poco mas.

-Espera-dice Eric sacando las llaves del bolsillo-.Tal vez con esto lo consigamos.

Mete el borde de la llave entre los dos azulejos y girándola consigue levantarla. Meto la mano en el hueco vacío y saco la llave.

-Aun sigue guardándola- digo con lagrimas en los ojos.

-Emma cariño, ¿por qué lloras?- me pregunta Eric sorprendido.

-No lo se,- digo limpiándome las lagrimas- se que solo son unas tontas llaves pero me he emocionado.

Eric me coge del brazo y me atrae hacia el para abrazarme. Cualquiera que nos viera arrodillados frente a una puerta ajena pensaría  que estamos locos. Una tonta llorona y un loco que la consuela.

-¡Emma!

Un grito nos interrumpe y al girarme veo a mi madre apoyada en el marco de la puerta con las manos en la boca.

-Mama..-digo en con un leve hilo de voz.

Mi madre se arrodilla frente a mi y me abraza muy fuerte. Escucho su agitada respiración y su llanto desesperado en mi cuello. Sus manos acarician mi pelo y su fuerte olor a perfume llena mis pulmones.

-¡Dios mío estás a salvo!- dice cacheandome todo el cuerpo con sus largos dedos- Pensaba que te habían secuestrado o algo mucho peor, pensaba que te habían asesinado.

-Estoy bien mama.

-Mi niña- rompe de nuevo en una llanto- perdóname por favor, perdóname.He sido una mala madre, no se como he podido comportarme así contigo. Lo siento, lo siento.

Miro a Eric, que está apartado observando la situación. Su mirada debería ser de rencor y de odio, sin embargo sus ojos vidriosos me sorprenden. Está a punto de llorar. Mi madre se da cuenta de que mi mirada se ha desviado hacia Eric y se aparta de mi.

-Gracias por salvar a mi hija.

Eric levanta la mira sorprendido y suspira. Una lagrima cae por su mejilla y de pronto aparta la mirada hacia el jardín, no tiene ganas de hablar.

-Será mejor que entremos- dice al fin- ya tendremos tiempo de hablar.

Se levanta y me ayuda a levantarme. Luego le ofrece la mano a mi madre,que dubitativa la acepta y se levanta también. Los tres entramos y escucho tras de mi como mi madre echa tres cerrojos. Me giro y la veo observando por la mirilla, comprobando si alguien nos ha visto. Ella también está asustada.

-Necesito que me deje usar el teléfono de su empresa.

-¿El teléfono de mi buffete? ¿Para qué?

-Porque si conocen de su existencia seguramente tengan pinchado el suyo.Necesito llamar al inspector Casas y decirle que estamos bien.

-Creo que lo mejor será que llamemos a mi abogada, ella nos ayudará en el caso- dice mi madre marcando un teléfono en su móvil.

Pero Eric se lo quita de las manos y lo tira en el sofá. Mi madre está apunto de rechistar cuando de pronto Eric se le adelanta.

-No se si lo sabe señora, pero su hija y yo estamos siendo perseguidos por personas que quieran asesinarnos. Esto no es la típica demanda que se suele poner cuando el perro del vecino se caga en tu jardín,esto es serio. Así que si me hace el favor, déjeme el teléfono de su despacho para llamar al inspector Casas y a sus hombres.

Se hace el silenció en la casa, tanto que creo escuchar el latido del corazón de mi madre a mil por hora. La tensión que hay en el salón podría cortarse con un cuchillo.

-Está bien, acompáñame.

Y se alejan hasta el despacho de mi madre mientras pienso en lo que voy a tener que aguantar con esos dos en la misma casa.

Recuerda que te quieroWhere stories live. Discover now