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Después de conducir alrededor de cinco minutos, llegamos a la tienda de comestibles.

—¿Quién irá a comprar las cosas? —preguntó Ashton mientras tamborileaba los dedos sobre el volante.

—No seas un flojo, además, tú quieres carne seca —le reclamó Michael.

—Yo conduje hasta acá —se excusó.

—Yo voy —dije finalmente. Siempre hacía lo mismo, me ofrecía a hacer las cosas porque sabía, que nadie más las haría.

Salí de la camioneta y entré a la tienda haciendo sonar la campanilla. En mi mente solo tenía carne seca y Red-Bull. En el cajero había un chico de lentes, cabello oscuro y rizado que miraba despreocupado su teléfono. La campanilla de la tienda sonó de nuevo, Michael entró a la tienda, saludando al chico. No creía que lo conociera, Michael saludaba a todos. Caminó llegando hacia mí.

—Ashton y Calum quieren papas fritas y algunas Dr. Pepper. —rodó los ojos.

Asentí y caminé por los pasillos de la tienda buscando la carne seca, Michael estaba en las bebidas mirándolas atento. Encontré la carne seca y tomé varias bolsas, agarré varios dulces y las papas fritas, Michael seguía escogiendo varias cosas. Caminé al refrigerador en donde estaban las bebidas energéticas, la campanilla de la tienda sonó de nuevo y una voz femenina se escuchó, saludando al chico del cajero.

Tomé mi Red-Bull y sentí pasos detrás de mí, voltee sin mucha importancia y una chica pelirroja, de cabello trenzado en dos hasta los hombros y piel pálida caminaba en mi dirección, me sonrió ampliamente, le devolví la sonrisa apretando los labios. Ella abrió uno de los refrigeradores y dió un pequeño salto, intentando alcanzar el té verde que estaba hasta arriba, repitió esto un par de veces, sin tener éxito.

Me acerqué torpemente, sin saber muy bien cómo articular las palabras. Ella me miró a los ojos, tenían un color avellana, entre marrón y verdoso. Vestía una camiseta amarilla y una chamarra de mezclilla azul.

—¿Quieres que...? —hablé entrecortado, haciendo señas hacia el refrigerador.

—Te lo agradecería siempre —dijo pasando sus manos a los lados de su cabeza, deteniéndolas sobre su cuello.
Ella no era tan bajita, pero mi ventaja de estatura era la diferencia entre su té y ella.

Estiré una mano y tomé el té frío, mi camiseta de Bon Jovi se alzó, haciéndome sentir el frío del refrigerador en el abdomen, bajé el té rápidamente y se lo di a la chica, acomodé mi camiseta.

—Gracias...

—Luke —le dije rápido, interrumpiéndola. No sabía porque le había dicho mi nombre, no era algo que fuera necesario, pero muy en el fondo, quería que lo supiera.

—Gracias, Luke —me sonrió en respuesta y caminó hacia los pasillos de snacks, no me había dicho su nombre.

Giré sobre mis talones y  mis ojos se encontraron con Michael, que estaba mirándome desde el otro lado del pasillo, tenía una sonrisa burlona y alzaba y bajaba las cejas. Caminó rápido hasta estar a mi lado, vi que tenía dos six-pack de cerveza junto a las demás cosas.

—Está linda —dijo.

—¿Eh? —me hice el desentendido.

—La pelirroja, tonto. Es bastante linda.

Caminé junto a Michael a la caja registradora, miré hacia atrás en busca de la chica, ahora estaba viendo algunos lentes de sol que estaban junto a las gorras. Se probó unos con marco rojo cereza. Michael llamó mi atención con un ligero codazo y el chico de la caja registradora me miraba atento. Empezó a chequear las cosas, sentí pasos acercándose, era ella, tenía los lentes de sol puestos, una botella de whisky bajo su brazo y el té helado en la mano. Tomó una cajetilla de cigarrillos y una paleta de cereza. El chico de la caja registradora se detuvo cuando Michael le entregó las cervezas.

Los calcetines de Carrie (l.h.fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora