— Por supuesto que no, — respondió. — Jimin tendrá que aceptar que no le pertenezco. Nunca he hecho nada malo como para defraudar su confianza.

Tae sintió su corazón comprimirse, Sanae no era capaz de destruir a Jimin, pero el chico no era igual y lo sabía. No pretendía dejar ir a otro amor. No de nuevo.

(****)

Jimin se puso de pie y se aproximó a su closet, desesperado, comenzó a buscar un par de prendas para vestirse. Arrojó la ropa a la cama y de prisa comenzó a vestirse. Sin mirarse al espejo, tomó una gorra y se la puso, acomodó el tirante del overol negro que había elegido y salió de su habitación a prisa.

Entro a la habitación de JungKook sin tocar la puerta, su hermano no se encontraba en casa, por lo que no lo considero necesario. Tomó las botas favoritas del chico y se las calzó. Necesitaba verse intimidante, porque incluso cuando Taehyung era un par de centímetros más alto que él, Jimin necesitaba dejar claro que no se quedaría con los brazos cruzados.

Salió de su departamento sin pensar en lo que sus acciones podían provocar. Su mente no podía ser manejada con claridad, sus piernas se movían por sí solas y su imaginación viajaba a un lugar que no deseaba tocar.

Jimin no podía comprender la clase de amor que su madre deseaba que descubriera, pero sabía que amaba a Sanae más que nada en el mundo. Una vida sin la chica, simplemente no valía la pena ni siquiera imaginarla.

(****)

Cuando hubieron recorrido cada área de la exposición, Sanae y Taehyung se dirigieron a una pequeña cafetería para tomar un refrigerio. El sitio era acogedor y silencioso, la música que sonaba de fondo animaba el ambiente y la conversación que ambos mantenían parecía llevar al resto del mundo a un segundo plano que ni siquiera les importaba.

No obstante, Sanae no conseguía sacar a Jimin de su cabeza, el miedo que sintió por la posibilidad de perder a su novio, provoco una pequeña inestabilidad en su corazón. Adoraba al muchacho y le dolía descubrir el que chico aún no terminaba de comprender sus sentimientos.

Taehyung continuaba hablando del alocado color de cabello que había adoptado JungKook. Sanae comenzó a reír.

— Seguramente EunJae lo sugirió, jamás creí que a Kook le gustasen los colores fantasía — dijo.

Tae asintió.

— Ni yo.

Jimin siguió la energía espiritual de Taehyung hasta que finalmente diviso a su hermano sentando frente a Sanae.

Ambos parecían mantener una conversación entretenida; de pronto, Jimin sintió una enorme rabia liderar sus sentimientos. Entró en la cafetería y caminó a prisa hasta la mesa, presionó sus puños al mirar a su hermano. Deseaba golpearlo, pero sabía que no podía hacerlo en un sitio público, además,  Sanae jamás se lo perdonaría.

Sana se puso de pie y miró al chico sorprendida. Taehyung esbozó una sonrisa que desafiaba al muchacho e igualmente se puso de pie.

— Jimin... — musitó.

Sanae tomó la mano de Jimin, desconcertada.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó.

Park no respondió y en su lugar, alejó la mano de la chica con brusquedad.

— Sí continuas con esto, juro que te arrepentirás. — declaró, desafiando a Taehyung.

El moreno comenzó a reír y se encogió de hombros.

— No comprendo a que te refieres — replicó.

Sanae posó la vista en ambos sin saber cómo actuar.

— Sabes de lo que hablo, Aarde. Cuida tu posición, porqué sabes que puedo terminar contigo en un segundo. — Jimin se relamió los labios y posó la vista en Sanae, tenía demasiadas cosas que decir, pero no encontraba las palabras adecuadas. Negó con la cabeza y se giró para volver a casa.

Sanae no pretendía seguirlo; Jimin sabía que tal vez tendría que hacer un millón de cosas para conseguir el perdón de su novia, pero no estaba de humor para si quiera intentarlo.

Taehyung sintió la amenaza de Jimin en el fondo de su corazón, sin embargo, no respondió. Sabía el potencial que poseía su hermano y que incluso si lo intentaba, terminaría perdiendo.

De pronto, la chica habló, mucho antes de que Jimin consiguiera alejarse por completo.

— Jimin, esto no puede seguir así, tenemos que darnos un tiempo.

Park se detuvo por un momento al escuchar aquellas penetrantes palabras. No obstante, decidió que no ceder. Continuó con su camino, dejando la voluntad de la chica en el aire.

Sintió su corazón agrietarse una vez más y aunque las lágrimas amenazaron en aparecer un par de veces, Jimin no estaba dispuesto a sumirse ante sus sentimientos. Porque el fuego odiaba con todo su corazón y sobre todo, no sabía perdonar. 


Capítulo DDaeng.

Jeongsin. pjm BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora