Capítulo 6. Miradas

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Tardó en llegar unos 20 minutos desde que colgó el teléfono y ya estaba en la puerta de la casa de su hermana, lista para llamar al timbre y ver a un pequeño terremoto correr hacia ella.

Echo vivía en una casa casi a las afueras de la ciudad, era un barrio nuevo, por donde empezaban a extenderse nuevas casas, no muy grandes pero tampoco muy pequeñas, y que a pesar de estar por las afueras tenía buena conexión con el centro.

Llamó al timbre y la puerta de casa no tardó en abrirse, contemplando a una Echo con un look de estar por casa a unos escasos metros y una pequeña melenita morena correr hacia ella.

- ¡Tita! ¡Tita! - Era lo único que se escuchaba por allí, junto a unos leves pasitos rápidos.

- ¡Ven aquí, pequeña osa! - Así es como le decía a Madi, pequeña osa, porque la niña sentía predilección por dichos animales.

La pequeña niña, de pelo moreno, igual de oscuro que el de su padre, y los ojos azules, igualitos a los de su tía, se abrazó al cuello de Clarke, que la recibió dándole numerosos besos por la cara y haciéndole cosquillas a base de pedorretas en el cuello.

Amaba a esa niña, con todo su corazón, realmente no quería tanto a nadie como quería a su sobrina Madi.

- ¿Cómo estás, cariño? - Le preguntó con amor a la vez que comenzaba a avanzar con ella en brazos hacia el interior de la vivienda.

- ¡Bien! - Fue la escueta respuesta que le dio la niña de 3 años, casi 4, con la mayor sonrisa que le podía regalar.

Echo veía desde la puerta de casa como avanzaban Clarke y Madi, una estampa terriblemente enternecedora, a lo largo del pequeño jardín de unos 10 metros y decorados con pequeñas figuras, que casualmente resultaron ser osos. Eran nuevas, porque la última vez que la rubia fue a visitar a su hermana, no los tenía. Seguramente fue capricho de Madi y su obsesión por ellos, que los vio en alguna tienda y obligó a sus padres a comprarlos.

- ¿Yo no me merezco también recibir amor como ella? - Preguntó la mayor de las Griffin cuando llegaron a la puerta, a la par que se cruzaba de brazos y hacía un ligero puchero, haciendo reír a la pequeña.

- ¿Le damos mucho amor a mamá? - Le preguntó directamente a Madi a la vez que le guiñaba un ojo.

No le dio tiempo a decir nada más a ninguna porque se fundieron en un abrazo conjunto.

- Vamos entrando que aquí hace frío.

Se dirigieron al interior de la casa, Clarke aún llevaba enganchada al cuello a su sobrina, que parecía no querer separarse de su tía.

La casa no era excesivamente grande, era de una sola planta. Constaba de un pasillo donde estaban todas las puertas de distintas habitaciones y al final se encontraba un pequeño salón.

Tenían tres habitaciones, una era de la pareja, otra la de Madi y otra la usaban como estancia de juego o para los invitados que se quedaban a dormir. Un cuarto de baño, una cocina, y dentro de esta última, habían otras dos más pequeñas, una hacía la función de despensa y la otra la función de lavadero, que tenía una puerta que además daba al jardín.

Se dirigieron al salón, donde tenían una pequeña chimenea cerrada que caldeaba toda la habitación y se sentaron en el sofá.

- ¿Qué me has preparado para cenar? - Preguntó Clarke a la pequeña, haciendo que esta simplemente negara con la cabeza y señalara a su madre.

- ¿Yo? Pero si me habías dicho que tú le ibas a preparar la cena a la tía Clarke. - Dijo Echo haciéndose la sorprendida.

- ¡No! ¡Mentira! - Fue lo único que dijo Madi, escondiéndose en su cuello, ya que seguía abrazada a ella.

Performance - Clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora