Capítulo 11. Te estás poniendo roja

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Número desconocido

Última hora de conexión 5.47

Número desconocido: hola Clarke.

Número desconocido: he llegado a casa sana y salva, muchas gracias por preocuparte por mí y quedarte conmigo.

Número desconocido: voy a dormir a ver si se me calma el dolor de estómago, buenas noches, Clarke.

Estaba de camino a casa, ya había terminado aquella noche tan loca, porque había sido una noche realmente de locos.

Iba en un taxi junto a Raven y decidió mirar su teléfono móvil, había estado desde que se fueron Lexa y Octavia pendiente de él, porque su hermana Ontari había tenido la maravillosa idea de meterle un papelito en el bolsillo de la chaqueta a la de ojos verdes. Un pequeño papel con su número de teléfono.

Se lo dijo en el momento en el cual Octavia estaba maldiciendo de forma bastante malhumorada a los del restaurante.

Fue por eso que decidió acercarse a ella y darle un pequeño abrazo de despedida, donde le susurró que mirase su bolsillo al llegar a casa y le dijo que se cuidara, porque se había notado que estaba bastante mal esos últimos minutos de la noche. Se había ido muy pálida, totalmente encogida y sujetándose el abdomen por el dolor de estómago.

– ¿Por qué coño sonríes al móvil a las seis de la mañana, Clarke? – La pregunta que le hizo Raven la devolvió un poco a la realidad, notando que estaba siendo, nuevamente, demasiado evidente.

–Nada, ¿he visto un meme? – Contestó con otra pregunta, poco creíble y frunciendo el ceño. Definitivamente eso de disimular nunca se le había dado bien y ahora no iba a ser la excepción, por supuesto que no.

–Ya claro, un meme. – Dijo Raven devolviendo la mirada unos microsegundos hacia la ventanilla del coche.

Unos microsegundos que hicieron que Clarke bajase totalmente la guardia, porque en un movimiento lo suficientemente rápido para dejarle con cara de boba y los ojos totalmente abiertos por la sorpresa, mientras dijo un claro «a ver», con voz de niña pequeña, fue lo que necesitó Raven para arrebatarle el móvil de la mano y ver porque sonreía al móvil a las seis de la mañana.

Comenzaron un forcejeo en la parte trasera del taxi, uno donde se veía implicada a una Raven que reía a carcajadas por la situación y una cara de gato enfadado por parte de Clarke, un forcejeo donde ella solamente refunfuñaba cada vez que la latina alejaba el móvil de su alcance, dándole a entender que no se lo iba a devolver. Al menos no hasta que mirase porque sonreía a la dichosa pantallita.

Finalmente se rindió, no quería terminar de dar el espectáculo al taxista que miraba a ambas a través del espejo retrovisor y que cada vez ponía una cara de enfado más notable, por lo que decidió no forcejear más y darse por vendida. Dejó que Raven mirase aquella conversación con el número desconocido. Ni siquiera le había dado tiempo a guardar su contacto ni a contestar.

– ¿Con quién te has quedado esta noche y de quién te has preocupado? ¿Quién ha bebido tanto para tener un dolor de estómago? Si estábamos todos dentro, ¿no? – La latina le dijo todas esas preguntas de carrerilla y casi sin respirar. Vaya pulmones.

– Si no hubieses estado toda la noche pegada con pegamento extra fuerte a Luna, quizá te habrías dado cuenta de que esta noche habían dos personas más en el grupo, guapa.

Raven le enseñó el dedo medio a modo de burla.

– Ya sé que soy guapa.

–Y creída también.

Performance - Clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora