Capítulo 39

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Me levanté deprisa en dirección al baño.

Corrí con mi mano en la boca mientras aguantaba las náuseas.

Vomité al llegar finalmente y me quedé unos segundos descansando.

Ahí, junto al retrete.

Llevaba días así, y la cabeza ahora no dejaba de darme vueltas por este asunto.

Valerie no estaba en casa, por fortuna.

Si supiera que seguía con vómitos probablemente ya le hubiera corrido a contar a mamá y a papá.

Y era algo que no quería.

No había visto a nadie desde los últimos días.

Cole me había mandado mensajes, diciendo que entendía como me sentí y porque pasaron las cosas esa noche, pero que me quedara tranquila pues él sabía cuanto amaba a Ross.

En pocas palabras, comprendía que había sido un gran error.

No le conté a Abigail, ni a Valerie, mucho menos a Rydel.

Me levanté después de tirar de la cadena y me limpié la boca con un pedazo de papel.

Lo hice bolita y lo aventé molesta en el cesto de basura.

Salí del baño ligeramente mareada y busqué mi celular y mis llaves, junto con algo de dinero

Tenía que quitarme las dudas de una vez, y el momento era ya.

Salí de la casa y caminé hasta el auto, subiéndome y dirigiéndome a la tienda de autoservicio más cercana que hubiera.

Estacioné el auto y entré al lugar, recorriendo varios pasillos sin encontrar nada.

Me acerqué al mostrador de la pequeña farmacia y le sonreí a la señorita que atendía.

-Buenos días. ¿Puedo ayudarla en algo?- Me preguntó amablemente.

-Hola...¿Tiene pruebas de embarazo?

Pregunté, con algo de nervios.

Sonrió ligeramente y me mostró algunas.

Tomé la más efectiva y la pagué, para después salir corriendo y regresar a casa.

Subí al auto y manejé de vuelta sin dejar de pensar en esa prueba que ahora venía a mi lado, en el asiento.

La miraba de reojo mientras manejaba y no podía dejar de recordar la vez anterior que me hice una.

Cuando me embaracé por primera vez.

Bajé del auto al llegar y la tomé entre mis manos, para después entrar de nuevo y tirarme en el sofá.

Tomé mi celular y decidí en hablar con alguien, pero no encontraba a quien contárselo aún.

Mi hermana Valerie llegó de repente, cargando varias bolsas y haciendo un terrible escándalo mientras hablaba por teléfono con alguien.

-¡Volví! Espero no me hayas extrañado hermanita.

Me dijo en voz alta, sin darse cuenta que estaba en el sofá de la sala.

Escondí la prueba detrás de mí y me saludó, con un beso en la mejilla.

-¿Shopping?- Le pregunté, mientras dejaba todas las bolsas sobre la mesa del comedor.

-Si. Danielle y yo salimos de compras.- Me miró sonriendo y asentí con la cabeza.

Decidí dejar de darle vueltas al asunto y entré al baño con la prueba entre mis manos.

Me preparé mentalmente para cualquiera de los dos posibles resultados y por fin me atreví a hacerla.

AMNESIA // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora