Capítulo 28

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Me desperté de golpe en cuanto escuché el teléfono de la casa.

Me había quedado dormida en el sofá, junto a la horrible sorpresa de la noche anterior.

El resto de la noche me la pasé haciéndome preguntas, atormentándome, investigando e intentando unir cosas utilizando de ayuda mi pizarrón.

Hasta que finalmente el sueño me venció.

Corrí hacia la cocina y tomé el teléfono.

- Llamada Telefónica -

Summer: Hola, ¿quién habla?- Pregunté, intentando guardarme un bostezo.

Abigail: Soy Abbey. Te había estado marcando a tu celular desde hace como una hora, Summer.

Summer: Dios, no tengo idea de que hora sea.

Abigail: Diez de la mañana, y te tengo una noticia importante.

Summer: Dime.- Abrí el refrigerador mientras la escuchaba.

Abigail: Ross movió los dedos de una mano, el doctor quería hablar contigo Summer.

Summer: ¡No puede ser! Voy hacia allá ahora mismo.

- Fin de la Llamada -

Terminé la conversación sin siquiera despedirme, o agradecerle por haberme avisado.

Ross había movido los dedos de una mano, Ross había reaccionado.

Ross estaba progresando, porque vaya que era un progreso.

Subí las escaleras y caminé hacia mi habitación, buscando algo de ropa decente.

Tomé unos jeans bastante cómodos, junto con una playera tipo polo, blanca.

Unos tenis del mismo color y tomé la primer sudadera que encontré.

Me la puse también y me recogí el cabello en una coleta alta.

No tenía mucho tiempo y me urgía llegar al hospital.

Busqué una bolsa y bajé las escaleras después, para buscar mi celular.

Lo encontré, escondido detrás de los cojines del sofá.

Lo metí a mi bolsa y miré la caja detenidamente.

Sentí escalofríos de nuevo, algo de nauseas también.

Tomé el sobre con la nota y las fotos, y las metí a mi bolsa, fijándome antes si la pintura o la cosa que fuera ese líquido ya estuviera seco.

Tenía que hablar con Abigail sobre esto.

Incluso hasta con la policía.

[...]

Abigail y Cole me miraron mientras yo terminaba de hablar con el doctor que atendía a Ross.

Me explicaba que Ross estaba respondiendo a los estímulos en ciertas partes de su cuerpo, y que ese movimiento de dedos, pudo haber significado una respuesta o un reflejo, por lo tanto, era un avance en su caso y Ross empezaba a estar consciente.

Incluso hasta me adelantó que en un par de semanas, Ross podría despertar.

Caminé hacia ambos de mis amigos y lancé un suspiro.

-¿Cómo está entonces?- Me preguntó Abbey.

Sonreí.

-Va mejorando, tal vez se recupere muy pronto.- Respondí sonriendo.

Mi mañana iba bien, hasta ahora, e intentaba olvidarme del incidente.

Pero antes debía contarles.

AMNESIA // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora