Capítulo 14: Mi otro yo

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Ojalá todo se hubiera acabado allí y las disculpas de su padre hubieran sido reales. Daría su vida por volver al pasado y borrar todo el daño, todas las borracheras, todas las veces que su padre había pegado a su madre en frente de ellos... Pero, sobre todo, borraría las veces en las que la valiente Elizabeth se había soltado de su agarre y había corrido a ayudar a su madre recibiendo también ella los golpes. Louis también los había recibido, pero esos eran los que menos le dolían.

Afortunadamente la señora Collins se había dado cuenta de todo aquello al ver el cuerpo magullado de Elizabeth durante las clases en la escuela primaria. Ella había avisado a la policía y tras varios juicios su padre había acabado entre rejas, condenado a pasar gran parte de su vida en aquella prisión. Aunque Louis sabía que, tarde o temprano, él iba a salir de allí e iba a buscarles.

Tras aquello su madre había caido en una horrible depresión. Se pasaba los días encerrada en casa mirando la televisión mientras se fumaba un cigarrillo, sin importarle si debía lavar la ropa o cocinar para sus hijos pequeños. Y con el paso de los meses el tabaco dejó de ser la única cosa que fumaba. Johannah se metió en el mundo de las drogas muy fácilmente, sin saber lo difícil que sería después salir de allí.

Se gastaba todo el dinero de la pensión que cobraba por tener a su marido en la cárcel en drogas y en alcohol, y pronto las deudas comenzaron a ahogarla. Louis por aquel entonces ya no era un niño y entendía de que iba todo aquello. Intentó ayudar a su madre y hacerla entrar en razón pero ella era demasiado adicta ya para poder dejar todo aquello. Su única salida para poder pagar a los camellos (*) era vender su cuerpo.

Desde entonces su madre ya no vivía con ellos en casa y apenas llamaba de vez en cuando. Todos los meses les enviaba algo de dinero para pagar el alquiler y los gastos de la casa. Louis tenía que ingeniárselas para vivir y comer con ese dinero.

Un par de golpes en la puerta sacaron al chico de sus pensamientos.

—Lou, ¿puedo pasar?

El ojiazul abrió la puerta, encontrándose con su hermana que lucía más hermosa que nunca con el vestido rosa palo que le había regalado su prima en su última visita. Ella, Jenny, vivía en Argentina por lo que podían verse muy pocas veces en el año. El ojiazul la agradeció mentalmente por aquel regalo y lo preciosa que estaba Eli en aquellos momentos.

—Wow, peque, pareces una princesa —dijo mirándola de arriba a abajo.

—¿Sí? —contestó ella entrando a la habitación emocionada —¿Entonces te gusta como me queda el vestido?

—El vestido, los zapatos, el peinado, el maquillaje... ¡Todo! Te ves espectacular te lo aseguro. Liam va a flipar cuando te vea.

Elizabeth soltó una carcajada y se colgó del cuello de su hermano dándole un tierno abrazo. Le alegraba saber que aunque Louis no tragara del todo a Liam, estaba haciendo un esfuerzo por dejarla ir al baile con él y que fuera feliz por una noche.

—Es el primer baile al que voy... Estoy un poco nerviosa —la chica se sentó en la cama cruzando sus piernas.

—Si te soy sincero, yo también. No sé por qué accedí a ir si ni siquiera tengo que ponerme.

—Eso lo arreglo yo en un momento.

Louis vió como su hermana se acercaba a su armario y rebuscaba hasta encontrar lo que quería: unos pantalones negros realmente ajustados.

—¿En serio crees que me voy a poner eso? —arqueó una ceja.

—Sí —afirmó ella entregándole la ropa—. Te lo vas a poner con la camisa azul y... Bueno, tus zapatillas de siempre. Habrá que conformarse.

El ojiazul no estaba muy seguro de aquello. Ni siquiera estaba seguro si realmente quería ir al baile. ¿Por qué había accedido? Ah, sí, porque Harry era un pesado que no se iba a dar por vencido hasta convencerle. Y aunque no entendía ese empeño de que fuera... Le hacía sentir cosquillas en el estómago el pensar que el ojiverde realmente quería ir con él. Podía ir con cualquier chica que quisiera pero había elegido ir con su compañero de equipo, aunque no fuera una cita como ellos querrían.

Como si Harry supiera que Louis estaba pensándo en él llamó al timbre en ese mismo momento, haciendo que Eli se levantara de la cama y corrierra escaleras abajo para abrir la puerta esperando que fuera Liam. El ojiazul mientras se apresuraba a vestirse con las prendas que su hermana había elegido para él.

—Hola —oyó esa voz tan conocida para él en el piso de abajo y un escalofrío recorrió a Louis.

Corrió con una sola zapatilla al baño para terminar de arreglarse el pelo. Lo suyo era llegar tarde a todos los sitios.

—Hola Harry, pasa —contestó Elizabeth abriendo la puerta amablemente.

Harry entró y en seguida comenzó a inspeccionar el interior de la vivienda con la mirada, como hacían todos al entrar por primera vez. Se veía antigua pero acogedora.

—¿Quieres beber algo? Louis va a tardar un poco en bajar —preguntó la chica mirándole.

—No, no. Gracias —contestó el con una sonrisa.

En ese momento comenzó a escuchar pasos bajar por las escaleras y dirigió su mirada hacia allí. Se quedó en shock al ver lo bien que se veía Louis con aquellos pantalones ajustados y aquella camisa de niño pijo. Su pelo, que habitualmente se encontraba desordenado, estaba bien peinado dándole un toque sexy y elegante.

—¿Sabeis que es incómodo que te miren así mientras bajas? —dijo Louis dirigiéndose tanto a Harry como a su hermana.

Elizabeth se rió y simplemente se metió en la cocina, mientras que las mejillas del ojiverde se teñían de un tono rosa adorable. Él iba vestido con unos pantalones también negros y una camisa blanca con una pajarita. Se sentía un poco ridículo por este último complemento pero amaba las pajaritas.

—¿Nos vamos? —preguntó Louis.

Él asintió colocándose los rizos, señal de que estaba nervioso al igual que su compañero. Ambos salieron por la puerta en silencio y bajaron las escaleras hasta el portal. Era un cuarto piso pero no tenían ascensor, a lo que el ojiazul ya estaba acostumbrado. Cuando salieron Louis pudo ver la moto negra de Harry aparcada delante de la puerta.

—Lo siento si no es una carroza...

—Mientras que nos lleve al baile como si es una bicicleta.

(*) camello: persona que vende droga.

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Hello lovely readers!! Perdón de nuevo por subir tarde ¿Qué os han parecido los capítulos?

Yo aún no me creo que haya ido al concierto y les haya tenido a unos metros de mí!! Estoy como en una nube.

Quería preguntaros si entendeis bien todo lo que escribo. Me he dado cuenta de que la mayoría de mis lectores sois latinos y la mayoría de las expresiones que uso son españolas. Cualquier cosa que no entendais no dudeis en preguntar :)

Y perdón también por las faltas de ortografía que pueda tener. Subo desde el móvil y por más que reviso siempre me dejo alguna.

Estos capítulos se los he dedicado a @honey181999 por sus comentarios en el maratón y a @paomhs, a la que le mando un apapacho de oso más grande que el culo de Louis :)

Seguid votando y comentando e intentaré poder dedicaros capítulos a todos. Muchísimas gracias por vuestro apoyo xx

-Faty

El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora