Capítulo 9: Confesiones

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Hello lovely readers!! En el capítulo anterior @meliandre me pidió que hiciera una maratón y bueno, me gustó la idea. Son sólo tres capítulos pero espero que os gusten :)

Maratón parte 1/3

La motocicleta se detuvo ante la luz roja del semáforo. El chico de rizos sonreía dentro del casco que cinco minutos atrás llevaba puesto Louis. ¿Cómo había podido cambiar todo tan drásticamente de un día para otro?

Harry no era alguien supersticioso. No creía en el karma, en la suerte, en el destino o en ninguna de esas cosas que la gente solía creer; pero sabía que todo aquello no podía haber ocurrido porque sí. El chico más raro del instituto, el solitario, al que nadie se atrevía a hablar, le había sonreído a él.

Su corazón se desbocaba, latía a velocidades incalculables cuando estaba junto a él. Los nervios, la timidez y esas cosquillas que sentía en el estómago hacían que el ojiazul comenzara a pensar que aquello ya no era sólo curiosidad. Y tenía miedo. Había tenido novias, había llegado a querer a algunas pero... Aquello era total y escalofriantemente distinto.

La luz verde del semáforo se encendió de nuevo y el chico de rizos aceleró para continuar hacia el apartamento que compartía con sus tres amigos. Bueno, últimamente no tenía tan claro que ellos siguieran siendo sus amigos. La estaba cagando, y mucho, y sabía que los chicos no seguirían aguantando aquello por mucho tiempo. Sentía una horrible presión en el pecho ante el pensamiento de quedarse solo.

Cuando llegó a su calle aparcó la moto y entró al edificio en el que vivía. Su apartamento era uno de los áticos más altos de la ciudad lo que le hacía tener unas preciosas vistas. Él y los chicos solían montar fiestas en su enorme terraza de las cuales la gente se pasaba semanas hablando después. Se montó en el ascensor y pulsó el botón del último piso.

Mientras tarareaba inconscientemente la canción que sonaba de fondo, su mente repasó por cuarta o quinta vez lo que había ocurrido en las últimas horas. El beso a Elizabeth, la pelea con Tomlinson, las risas mientras limpiaban la última clase, la vuelta en moto... ¿Dónde había quedado el Harry malhumorado de días atrás? Louis le hacía desaparecer.

Sin darse apenas cuenta ya se encontraba tirado en el sofá de su apartamento con su vista fija en la nada. Se sentía extraño, como si algo dentro de él estuviera cambiando. Lo único que le apetecía era parar de pensar y dejar su mente en blanco, y sabía perfectamente como hacerlo.

No se oía ningún ruido en toda la casa por lo que dedujo que seguramente los demás habrían salido. Recordaba a la perfección donde guardaba Zayn la llave del armario de las bebidas, dentro de su libro favorito, por lo cual sólo tuvo que sacarla de allí. Se dirigió a la cocina y abrió el armario. Había tantas botellas que segúramente nadie lo notaria si faltaba una, últimamente estaba escaso de dinero para comprar alcohol por sí mismo.

—Harry —oyó de repente a sus espaldas. Prácticamente pegó un brinco del susto que se había llevado—. ¿Qué haces?

El ojiverde se giró para encontrarse con el chico rubio apoyado contra el marco de la puerta, con los brazos cruzados. Tenía el ceño fruncido y su mirada inquisitiva parecía analizar a Harry de arriba a abajo, como haciéndole una radiografía.

—N-Niall —titubeó despacio—. Yo sólo... Comprobaba que hubiese de todo, ya sabes... Para el fin de semana...

—Aún es martes, Harry, no cuela.

El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry StylinsonOù les histoires vivent. Découvrez maintenant