- El señor duro la mayor parte del tiempo encerrado en el mini bar, creo que rompió un vaso de la rabia, nunca lo había visto asi.

Es mi culpa, debi decirle desde un principio, te lo mereces por mentirle Ross.

- Mencionó que viajaría a Venecia ¿Qué sabes de eso?

- Irá a visitar al señor Bonatti, por negocios.

- ¿Cuando se irán?

- El martes de la semana entrante.

¿Iré con él? ¿O me dejará en la casa? Ya ni se que pensar, esto se ha salido de las manos, ni siquiera he podido conversar con él, quiero explicarle que le mentí, porque no quería causar problemas, pero él piensa que no le tengo confianza. Y la mayor culpa la tengo yo, soy una estúpida.

- ¡Viktor! - su grito se escucha por toda la sala.

- Dígame señor

- Prepara el auto, regresaremos en la noche.

- Como ordene señor.

¿Regresará en la noche?¿A donde va? Nunca sale tan temprano en las mañanas.

El ruso sube las escaleras y me deja atrás mientras yo lo siguo, en cuanto entro a la habitación, lo veo guardando dos armas en la pretina de su pantalón.

- ¿A donde vas? - mi pregunta no hace que gire su vista en mi, ni siquiera contesta a ella.

- Dimitri de verdad lo siento, siento mentirte, yo estaba asustada, no quería llenarte de problemas y no se me ocurrió más que ocultarlo - lloro revelandole la verdad, nunca había llorado tanto confesandole algo alguien. - Entiendo que estés enojado y que me este ignorando, pero porfavor perdóname.

- Me defraudaste Rossalie, no te importo en lo absoluto lo que yo pensara, es lo menos que esperas cuando convives con una persona, ya no puedo tenerte confianza - aprieta sus puños y me mira fríamente.

- En verdad lo siento, no sabes cuánto me duele no habértelo dicho antes.

- Hay mentiras que duelen más que la traición.

- Te iras a Venecia, ¿debería empacar mis maletas?

- Tú te quedas,esta vez no iras conmigo – Dimitri sale de la habitación y me deja con lágrimas en los ojos, a pesar de ser el hombre frio y temperamental que es, demuestra lo contrario cuando está conmigo , ha sido un caballero y siempre ha sido honesto conmigo,la culpable soy yo, la que rompió su confianza y la que lo defraudo.

El día se hace tan eterno, no se a dónde demonios se ha marchado, no sé qué esté haciendo en estos momentos, y jamás pensé decirlo pero solo quiero que llegue a casa y diga cualquier estupidez, que al menos me hable y vuelva todo a la normalidad.

Le pedí el favor a uno de sus hombres que me llevara a un banco cercano, abriría una cuenta a nombre de Melanie, quiero destinar el dinero que gane al orfanato y una parte a Melanie, solo por si la enfermedad avanza y no puedo utilizar el dinero en mí, aunque de igual forma una parte de ese dinero lo donaría al lugar en el que crecí.

Una vez hago lo que me indican en el banco regreso a la mansión, ya ha anochecido para entonces y veo a Viktor en la entrada.

- Bienvenida señora, el señor la espera en la oficina.

¿De que querrá hablar Dimitri? Me tiemblan las piernas de tan solo pensar lo que vaya decir, de seguro me pedirá que abandone la casa, es lo más lógico que haga, no importa, lo aceptaré, está en todo su derecho de pedirme eso. Subo las escaleras directo a la oficina y al entrar lo encuentro sentado con su mirada puesta en un vaso de whisky a medio beber, su cabello rubio que generalmente luce perfectamente peinado, se ve alborotado, pero aún  conserva la imagen de hombre deslumbrante, su vista se levanta y la fija en mí.

Esencia RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora