42| Fragmentos borrosos

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“JaeRim, JooHyuk y yo éramos muy unidos

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“JaeRim, JooHyuk y yo éramos muy unidos. Inevitablemente nos volvimos inseparables pronto sentía que me ocultaban algo, comencé a sentirme excluida de sus vidas...

JaeRim era mi mejor amigo, crecimos juntos y por ende para nuestros padres fue fácil comprometernos, querían mantener las empresas entre la familia así que JaeRim se convirtió en mi "novio" por decisión de sus padres y aunque sabía que todo era planeado no podía evitar amarlo, él era mi todo y siempre lo había sido. Cuando yo alardeaba de nuestra relación él no negaba nada así que eso me hacía sentir segura, segura de que siempre lo tendría a mi lado.

Entonces la familia de JooHyuk se mudó a la vieja mansión de nuestro vecindario, el chico era algo sombrío pero rápidamente se volvió nuestro amigo.

Si yo hubiese sabido que la "amistad" que se iba formando entre ellos iba a ir más allá de eso, jamás le hubiese dicho a JaeRim que era buena idea invitarlo a mi cumpleaños.

JiHyun abrió los ojos de golpe, su respiración estaba agitada y sus latidos demasiado acelerados. De nuevo estuvo soñando con el pasado. Se bajó de la cama y entró con rapidez a la habitación que pertenecía a SeokJin.

Nada. No había nadie.

— ¡Lo sabía, maldita sea! — gritó furiosa. Nunca debió haberse dejado llevar por las estúpidas promesas hechas por su hijo.

Él era como su padre. Un mentiroso.

Cuando mintió diciendo que me sería fiel para toda la vida, cuando mintió diciendo que dejaría de verse con él porque tendríamos un hijo. Siempre fueron mentiras, su vida estuvo llena de verdades a medias.

–Dejare de verlo, por ti, por nuestro hijo. Empezaremos de nuevo–”

Y yo creí en sus palabras, en sus sucias palabras que endulzaban mis oídos. Porque todos pensaban que el perfecto era JaeRim, porque logro engañarlos a todos con su dulzura.

Mientras yo me consumía en un odio enfermizo debido a su infidelidad con quién solía ser también mi amigo. Ambos reían conmigo y luego se reían de mi.

–Por favor, SeokJin nos necesita juntos, no me dejes por él–

–No lo haré, JiHyun, tú eres mi esposa y SeokJin es lo que más amo en el mundo. Estaré contigo y con él–”

Pero de nuevo me engañó, a escondidas se veían manteniendo su romance más vivo que nunca.

JiHyun comenzó a tirar todo a su alrededor, gritando y llorando desesperada por ser rescatada del pozo del odio que ella misma se encargó de llenar. En el cual alejó a la única personita que aún la ama sin importar nada.

Su hijo. El niño que solía hacerla reír cuando estaba deprimida, que la hacia emocionarse al sentir las pataditas en su estómago, el que creció en su vientre y se adentro a su corazón.

Lo había tratado como si no fuese su hijo solo por ser físicamente idéntico a su padre, por recordarselo incluso con la voz.

¿Dónde estaba ahora SeokJin?.

Nunca debió aceptar que la operación se llevase a cabo porque ahora él la había abandonado.

Estaba tan sumergida en su depresión y negación que no noto aquella carta que cayó al suelo con los miles de vidrios rotos del florero.

Simplemente dijo adiós a ese cuarto oscuro y a su soledad que cada vez la consumía junto al odio de su corazón.








— JaeRim... — murmuró sin aliento y con las piernas temblorosas.

—No. Soy su hijo — respondió un SeokJin con el cabello más largo y con un brillo especial en aquellos profundos ojos color avellanas.

En tu mirada| YOONJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora