Chapter 1

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Siempre me considere una persona muy cerrada, muy fría y calculadora, muy superficial, incapaz de poder expresar cada una de las cosas que pasaba por mi mente y mi corazón. Debido a eso es que tengo pocas amigas pero para mí son las mejores. Debido a eso fui tratada por la mayoría de las personas como un “bicho raro”.   

Tengo mucho que decir sobre cómo es que llegué hasta aquí, sobre como mi vida dio un drástico giro desde que lo conocí y sobre cómo gracias a un suceso inesperado aprendí muchas cosas importantes que me ayudarían más adelante en la vida para ser mejor, pero para eso empecemos desde el principio

Era un día lluvioso y nublado en la secundaria WildWind, y como siempre debíamos entrar, sentarnos y esperar 20 tediosos minutos hasta que el primer profesor se presente. Realmente era una pérdida de tiempo, tiempo que podría gastarlo en hacerme una manicura, cambiar mi color de esmalte, comprar nuevos maquillajes, ropa…

-Es increíble. ¿Cómo es posible que con la humedad que haya en el ambiente tu pelo esté intacto?- preguntó Cassidy sacándome de mi ensimismamiento.

Al girarme me quedé espantada, esto debe ser a lo que llamaban un crimen de la moda. Cassidy era un espanto hecho persona: tenía todo el pelo mojado, algunas partes a medio secar, toda la ropa arrugada y hecha agua. Era como si la hubiese atacado un tsunami antes de venir a clases.

-¡Vamos cuéntanos tu secreto Xenovia!- exclamó Celina

-¿Qué? Ah… jamás se los develaré- declaré- Y tú, ven acompáñame al baño- le dije a Cassidy arrastrándola de la mano hacia el pasillo -Veré qué puedo hacer en tan poco tiempo-

Cuando llegamos al baño de chicas, planté a Cassidy frente al espejo y me dispuse a buscar lo que necesitaba en mi gran bolso que había tomado antes de venir aquí.

-No es necesario que hagas esto por mí, estoy bien así- dijo Cass negando con las manos.

-Sí, lo haré. No quiero excusas. Además para estas ocasiones están las amigas ¿No?- dije logrando sacarle una sonrisa.

-Eres una gran amiga Xenovia-

-Tú lo has dicho- sonreí ante su comentario, pero al ver que se estaba acercando con los brazos extendidos con la intención de abrazarme, inmediatamente mi cara cambió.

-¡Oh no! ¡Que ni se te ocurra!, o por lo menos no hasta que haya terminado- dije poniendo mi brazo derecho extendido diciéndole silenciosamente que esa era la distancia que debía respetar entre nosotras.

-Está bien, lo intentaré pero no te prometo nada- Cass emitió una pequeña risita al decir esto –Es que cuando dices cosas como esas no puedo evitar pensar en abrazarte- esta vez Cassidy cambió su alegre mirada por una nostálgica.

-Ay por favor, no me vengas con cursilerías-dije frunciendo el ceño.

-¡Siempre haces lo mismo! ¿Por qué no te muestras como en realidad eres?- preguntó exasperada Cassidy Scott.

En momentos como este desearía no tener amigos: siempre preocupándose por ti, hay veces en las que llegan a ser un verdadero estorbo.

Ella no sabe por lo que tuve que pasar para ser tan insensible como ella dice, es más, jamás se lo contaré porque ese es mi secreto, mi pasado.

-Veamos… ¿Dónde está esa bendita toalla?- dije pensando en voz alta para prácticamente ignorando lo que me había dicho hacía tan sólo unos instantes.-Oh, aquí está. Bien comencemos secando tu pelo-

-Ok, estoy ansiosa por saber que look me harás estrenar hoy-.

Lo único bueno que tenía Cass era la poca concentración. Le era imposible concentrarse en un mismo tema por más de un minuto y debido a eso no le iba para nada bien en la escuela, por lo que siempre nos juntábamos las tres: Cassidy, Celina y yo a estudiar o mejor dicho a que les explique cada uno de los temas del examen.

Ese día pasó con la lentitud de los árboles al florecer. Fue horrorosamente lento, hasta que finalmente sonó el timbre de salida. Junté todas mis cosas más rápido que a la velocidad de  la luz, aunque eso sea prácticamente imposible y me reuní con las chicas en el pasillo.

A medida que avanzábamos hacia las escaleras, Lina y Cass iban susurrando entre ellas, hasta que se dieron cuenta de mi existencia y me incluyeron en la charla. No es que me importara pero no había otra cosa mejor que hacer y el pasillo se me volvió interminable.

-Xenia, ¿No estás emocionada por mañana?- Lina fue la primera en hablar.

-¿Y por qué habría de estarlo?- dije con la mirada al frente sin ningún punto fijo.

-Oh, ya veo, no lo recuerda- dijo Cass sonriéndole a Lina con complicidad.

-¿Pueden decírmelo de una vez? ¿Qué sucede?- exclamé abrazando fuertemente uno de mis libros nuevos, en un intento de reprimir mi ira, realmente me sacaban de quicio.

-Está bien, tranquila, ¡Qué carácter!, te lo diremos- dijeron las dos al unísono.

Lo único que pude hacer fue rodar mis ojos provocando que las dos estallaran en risas irritantes “en serio, estoy empezando a preguntarme por qué son mis amigas”.

-Ok, ok no quiero recibir un golpe así que… dile Cass- declaró Celina secándose las lágrimas que la risa le había provocado-

-El tema es… que ¡Mañana es la salida anual al bosque que realiza la escuela!- exclamó haciendo “manos de jazz” en el aire.

-¡Ta, dan!- dijo Lina imitando a Cass.

-Sigo sin entender ¿Y cuál es el punto de todo esto?- pregunté despectivamente.

-Sí que eres difícil, mujer- exclamó Cass.

-A ver si lo entiendes de esta forma Xenovia: todos los cursos, turno mañana y tarde, al paseo por el bosque y eso incluye… no lo sé… veamos… ¡A todos los chicos lindos de la escuela!-

-Entonces, sí que será un día agotador- dije dando un suspiro de resignación.

Primero, olvidé que la salida era mañana por lo que debo llegar a casa y preparar todas las cosas  que necesitaré al día siguiente lo más rápido posible. Y segundo, tendré que soportar a mis amigas babeándose como perros hambrientos por idiotas neandertales del género opuesto. “Dios, ya puedo sentir la frustración del día corriendo por mis venas”.

Al volver a la realidad, me di cuenta de que ya estábamos saliendo de la escuela. Una carga menos, ahora solo me quedaba preparar los bolsos y lidiar con la situación que se presente en casa. Me incomoda tanto que me atosiguen a preguntas.

Sin otra opción a dónde ir me dispuse a caminar silenciosamente, antes de que oscurezca, hacia esa prisión de cuatro paredes a la que muchos le dicen hogar.

Susurros de una mariposa #shining2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora