Capítulo 6. Orange

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Cuando Tony recuperó la consciencia, aún estaba volando en el aire a una velocidad impresionante, producto de la explosión. Su traje estaba casi inútil, a duras penas y podía contar con si IA. Aprovechando esa única herramienta, pudo adivinar posibles lugares de aterrizaje y darle a VIERNES sus últimas órdenes. Debido a su retiro del heroísmo, había planeado ir a algún lejano y qué mejor oportunidad que esta, si es que sobrevivía. Mientras aún tenía la posibilidad, le ordenó a su fiel IA que apagara y cuidara a sus bots, que destruyera cada una de sus armaduras y eliminara toda información sobre ellas y cómo construirlas. Además le ordenó quedar bajo la jurisdicción de Los Vengadores y de Pepper. Sí, luego de conocer su nueva situación médica decidió redactar un testamento para que en caso de muerte o desaparición -algo muy posible debido a sus extremadamente continuas y peligrosas luchas como vengador solitario- le quedara a Pepper el liderazgo y completa tenencia de sus industrias, siendo estás legalmente de Jarvis, pero hasta que éste decida reclamarlas, serían de ella; además de que dejó una gran suma para los tratamientos de Rodhes y otra más para Peter Parker, este último tenía además un traje esperándole en la habitación que le fue reservada en el complejo.

VIERNES intentó reactivar la armadura, pero estaba lo suficientemente dañada como para no poder lograrlo. Cuando el genio, en medio de sus giros sin control en el aire, divisó el cada vez más cercano suelo se dió cuenta de que ya había perdido el contacto con su IA.

Fue un aterrizaje estruendoso, la gruesa capa de nieve que amortiguó levemente su caída fue mandada a volar. Un largo y profundo sendero fue el camino que dejó IronMan cuando finalmente dejó de rebotar contra el suelo, tan profundo fue que alcanzaba un metro profundidad desde el inicio de la fría tierra.

Nuevamente recuperó la consciencia, como pudo se deshizo del traje y salió de aquel pozo en el que se encontraba. Miró con ojos ausentes el atardecer que se podía observar perfectamente desde la nevada cima de la montaña donde estaba. Desde ese momento dejó completamente de ser IronMan, dejó de ser el millonario, genio y filántropo que las multitudes conocían. Decidió olvidar que era un Stark, un hombre que a los ojos del mundo seguramente murió, un hombre destrozado y con muchos problemas emocionales, un hombre que nunca nadie intentó conocer realmente. Decidió ser simplemente Tony, alguien que nadie conocía.

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Había viajado quién sabe cuánto tiempo. No estaba seguro de en qué país había aterrizado, solo supo que luego de bajar la montaña y llegar a un pueblito, su siguiente destino tomado al azar fue Turquía, luego terminó en Noruega, allí se coló como polizón en un pequeño barco, que lo abandonó en alguna costa de Canadá.

Recorrió la primer ruta que vió, pasó por ciudades, terrenos baldíos, y pueblitos cada vez más pequeños y lejanos hasta acabar en un lugar perdido en el bosque, frente a una cabaña pequeña y abandonada. Estaba muy descuidada, especialmente el techo que tenía varios agujeros y la pared del frente la cual tenía su única ventana destrozada. Sin dinero ni comida y sus únicas pertenencias siendo la ropa gastada y rota que tenía encima, decidió que se quedaría allí.

Agotado y hambriento como estaba, intentó sin éxito reparar el techo, cuando la llovizna llegó se rindió y decidió entrar a la choza, cayendo rendido sobre el suelo dejó que las gotas de la lluvia recorrieran su piel. Las fuerzas lo abandonaban y el sueño le pesaba en los párpados, ya sin ganas de resistirse se dejó llevar a la oscuridad sin miedo a no despertar nuevamente, de todos modos, no había nadie que lo extrañara ni razón alguna por lo que seguir intentando vivir.

Yo lo sé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora