Jungkook echó a correr sin más y al girar en una esquina, la silla se reclinó y pareció desviarse de su destino, pero a los segundos de conseguir impulso solo provocó más rapidez.

Llenos de exaltación, de sus bocas se escaparon jadeos de sorpresa y risas llenas de culpabilidad. Pues, si no hubieran terminado de pie de seguro estarían en el suelo.

Taehyung estaba al mando de la travesía y ordenaba a donde ir, mientras que Jungkook no se hacía ni la menor idea de dónde acabarían y simplemente obedecía con curiosidad.

—Ve a ese árbol —indicó de pronto.

Terminaron estacionados al lado de un árbol de alguna plaza central, con sus ramas sobre sus cabezas. De éstas caían algunas hojas de un opaco verde malogrado.

—Hace frío —castañeó el menor, frotando las palmas contra la tela de su sobretodo.

—Pues solo has venido con eso encima —se quejó al verlo congelarse—. Si sabías que saldríamos a estas horas ¿por qué no te abrigaste?

—Acabas de sonar como Sooyoung —se burló susurrando para él mismo, sin embargo no lo suficientemente bajo para su propia discreción.

—Si que eres duro de mollera, eh.

Su entrecejo se frunció ante el comentario. —¡Tu eres el cabezota aquí! —reclamó deteniendo sus acciones de auto-calentamiento.

—Claro que no —rió divertido ante sus reacciones.

—Te recuerdo que fue tu idea el pasear en pleno frío de primavera.

Taehyung negó con la cabeza entretenido y dio un suspiro.

Jungkook era único entre muchos. Taehyung pensó que de una multitud, Jungkook sería aquel que más deslumbra entre todos. Nunca había conocido a alguien como él, y eso solo hacía apreciarle más, y es que con los dos meses que habían vivido juntos todo en Taehyung pareció diversificar para bien. Ahora cumplía con deberes, dejó el café apartado, dormía las horas necesitadas, aprendía a quererse a él mismo y no faltaba a clases, y para Taehyung todo esto era inmenso.

Se sintió conmovido ante los recuerdos al verle junto a él, sonrió ladeado y palmeó sus muslos en señal de acercamiento. Jungkook miró con inseguridad.

—Te digo que te sientes —carcajeó atrapando su palma y parte de su brazo con su mano sobrante, tirando de éste para que se arrimara a él—, te estás congelando —reprochó preocupado. Jungkook terminó sobre sus muslos, sentado con algo de incomodidad pero no se quejó. Sintió suaves palmaditas en su espalda. Se giró a su mayor y lo encontró sonriendo. —Estás pesado —comentó.

—No soy una pluma, hyung.

La curva en sus labios no desapareció en Taehyung y proporcionó algunas caricias a los cabellos castaños frente a él. Intentó acercarle a su pecho con su brazo, y éste solo se dejó abrazar rodeado por sus brazos mientras continuaba frotando sus manos contra sus extremidades, viendo como sus vahos salían de sus bocas y se esfumaban en el aire. Frente a ellos, una fuente se hacía ver azul y reflejaba algo de brillo causado por las monedas que dentro de ella habían, y más allá de aquella fuente, el sol se escondía aún del ocaso.

Jungkook sentía como la mirada de Taehyung estaba incrustada en él, le ponía algo nervioso además el no saber el verdadero propósito de su "paseo".
Hasta que le escuchó hablar.

camaleón ¹ • taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora