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Todos creían que mi vida era perfecta, para los demás, para las personas del exterior, éramos una familia perfecta y unida. Teníamos todo lo que queríamos y cuando queríamos, podíamos viajar, permitirnos lujos caros... Pero la realidad era diferente.

Mis padres ni me hablaban, mi hermano y yo casi siempre discutíamos, mi padre me pegaba palizas prácticamente todos los días, y por si fuera poco fui violada y tuve un hijo, que fingíamos que era mi hermano cuando estábamos con otras personas; pase toda mi infancia siendo palizada, maltratada. Pero cuando crecí decidí que no quería seguir con ellos, y la mejor manera de salir de aquel infierno era irme. Y eso es lo que voy a hacer.

Después de ser palizada otra vez por mi padre, me quedo tirada en el suelo llorando. Espero un rato a que el dolor de los golpes cese y me levanto del suelo, cojo la mochila con las pocas cosas que me llevo, luego cojo el porta-bebes, meto a Bruno dentro, y salgo por la ventana de mi habitación, comienzo a caminar por las calles, que estarían desiertas de no ser por la presencia de algunos hombres y chicos jóvenes que caminan por la calle borrachos y algunos vagabundos; de vez en cuando, noto la mirada de los hombres posada en mí, otras veces simplemente veo como me pegan un repaso sin disimulo alguno y me guiñan el ojo o me silban.

Llevo caminando ya 6 horas, y ya no puedo más, los pies me duelen, y el sueño y el cansancio parece que no tienen intención de remitir. Paro un momento y observo a Bruno, que duerme tranquilamente, le acaricio la cabecita y sigo caminando, de repente, noto como alguien me agarra por la espalda y me pone un trapo tapando mi boca y mis fosas nasales, entonces caigo al suelo, oigo las voces de unos hombres

- Coged al niño - es lo último que escucho que dicen antes de quedar totalmente inconsciente

···········Horas más tarde···········

Me despierto con un horrible dolor de cabeza, miro a mi alrededor. Estoy en una habitación muy pequeña, en la que tan solo hay una cama y un retrete con una pica incorporada y un bidé, busco a Bruno con la mirada y me percato de que no está aquí, luego me fijo bien en la habitación.

El suelo esta ennegrecido por el polvo que parece que esta incrustado en el suelo, el esmalte de los retretes esta desgastado, el colchón es viejo y esta deshilachado, tan solo el cabecero de la cama parece estar mínimamente bien.

Intento levantarme pero me caigo, estoy muy débil. Noto algo atado a mi pie, miro hacia abajo y veo que estoy atada con una cadena de metal a la pata de la cama, me siento y comienzo a intentar quitarla, hasta que oigo como se abre la puerta detrás de mí. Me doy la vuelta y veo entrar a 6 hombres, robustos, tatuados y con cara de mafiosos - Miren chicos pero si la princesa se ha despertado - dice uno de ellos

- Donde está mi hijo - pregunto

- A él bebe, no tienes que preocuparte por él, estará bien, yo que tú me preocuparía más por ti -dice otro con malicia

- No me hagan daño por favor - suplico

- No te haremos daño si colaboras - dice otro de ellos mientras se acerca a mí, me coge del pelo y me levanta del suelo

- Au me haces daño - me quejo

- Cállate - dice mientras me tira a la cama, los otros no paran de reír - Muy bien, quien quiere ser el primero en disfrutar de ella - dice

- Yo - dice uno de los chicos

- Adelante toda tuya - dice el que me ha lanzado a la cama

El chico se acerca a mí, y rompe toda la ropa que llevo dejándola inservible, luego se quita el la ropa - No, por favor, todo menos eso - digo, pero eso solo los hace reír más, intento zafarme del agarre del chico, pero este me agarra con más fuerza - Suéltame, no quiero acostarme contigo - digo mientras pataleo para evitar que me haga nada, el me coge con fuerza y me inmoviliza

- Cuanto más te muevas peor - dice, yo hago caso omiso de sus palabras, entonces el me pega, luego comienza a tocarme, cuando se cansa, me penetra, yo comienzo a llorar, y a gritar que me dejen en paz. Es la primera vez que volvía a acostarme con un hombre desde la violación.

Ellos solo se ríen, van turnándose para acostarse conmigo y abusar de mí, después de 5 rondas de maltrato físico y violaciones, decido dejar de resistirme y dejarles hacer lo que quieran conmigo - Solo has tardado 1 hora en darte cuenta de que sería mejor si no te resistías - dice el chico que está chupando y jugando con mis partes íntimas inferiores, me mira unos instantes y luego sigue a lo suyo.

Después de 6 horas de tortura, esos chicos se van, dejándome destrozada, tirada en el suelo después de haberme pegado durante 5 minutos sin ningún tipo de compasión, paso mucho rato tirada en el suelo, recuperándome de la paliza. Me levanto con dificultad y me tumbo en la cama.

Al rato entra alguien por la puerta, me asusto y me pongo en una esquina de la cama. La luz se enciende y es uno de los chicos que me han violado, tiene a Bruno en brazos - Dale de comer - me ordena mientras me lo entrega. Cojo a Bruno y le doy el pecho, luego lo acuno hasta que se queda dormido y el hombre se lo lleva, no sin antes aprovechar a tocarme durante un rato.

Los días iban pasando y siempre la misma rutina, me despertaba, traían a Bruno, le daba de comer y luego pasaban todo el día violándome, me pegaban brutales palizas y me dejaban exhausta, pero había un chico que de vez en cuando aparecía y les hacía irse, luego, me traía ropa limpia y mantas, que al día siguiente después de las violaciones quedaban inservibles, también traía comida, y se sentaba en una silla en una de las esquinas de la habitación y esperaba a que acabará de comer, luego cogía la bandeja y se iba.

Ya habían pasado 2 meses desde que me secuestraron, cuando de repente un día mientras me violaban entro un hombre dando un portazo.

Me convertí en una mafiosaΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα