Capítulo dos.

21 0 0
                                    

2014, Enero 26.

Hoy llegaste más temprano que de costumbre, después de tanto tiempo. No te imaginas lo feliz que me sentí, no podía pedir más anhelaba tanto tu compañía, anhelaba tanto tus besos, tus miradas, tus sonrisas y risas, anhelaba tu cuerpo, anhelaba simplemente tenerte conmigo. Para mí, después de mucho tiempo tenerte por unas horas más eran la gloria.

—¡Baekhyunee~ estás en casa!—

En mis palabras no había nada más que emoción, tú me miraste con una hermosa sonrisa, aquella era cansada sin embargo tú eras hermoso aunque no era una realmente sincera. Camine hacia ti con emoción, tiré de tu pequeño cuerpo y te abracé fuertemente y ¡Demonios!, Te hechaba de menos.

—Chan..nie e-estas aplastandome—

—Lo siento.—

Lo sé soy un bruto, afloje un poco mi abrazo sin embargo no te solté, no podía, quería disfruta cada segundo porque no sabría cuando volvería ocurrir, suena triste ¿Verdad?, No quiero sentirme de esa manera porqué se que para ti también es complicado, pero no te preocupes mi amor yo sé entenderlo.

Lamentablemente mi abrazo no duró más de un minuto, sonreí amplia mente cuando tomaste mi rostro entre tus pequeñas y lindas manos y me miraste como solo tú sabias hacerlo y joder, ¿Acaso planeabas hacer que mi corazón saliera de mi pecho?, Porque si es así, lo estabas logrando. Juntaste nuestros labios en un deseoso beso y tome tu cintura juntando tu cuerpo con el mío lo más que pude, no hubo tiempo de decirte lo mucho que te extrañaba, pero yo sabía que te darías cuenta. Cada mirada, cada toque incluso el sabor de nuestro beso desbordaba anhelo.

Quería continuar besándote, pero comprendía que estabas cansado y necesitabas una ducha. Por supuesto, como en los viejos tiempos. En lo que tu te duchabas yo prepararía algo para la cena. No sabia exactamente que preparar, nadie mas que tu que mis dotes culinarios dejan mucho que desear, pero por ti incluso me inscribiría a una clase de cocina. Que loco, ¿no?

Los minutos pasaron escuche tus pequeños y ágiles pasos detrás mio. Mi corazón no había perdido la costumbre y cada vez que sentía tu cercanía o tu aroma natural se aceleraba de sobremanera. No lo culpes, el te ama tanto y necesita de ti cada vez mas. Quizá estoy siendo ridículo, lo siento. Es lo que siento.

Tus pequeñas manos se enredaron en mi cintura, tu mentón pegaba en mi espalda y quise reír. Eras tan pequeño y tierno a diferencia de mi. La cena estaba lista, justo a tiempo para que comieras. No era la gran cosa, pero realmente me esforcé para ti. Me voltee hacia a ti y te mire con una sonrisa, me incline a ti y bese rápidamente tus labios para después continuar a servir la cena. Me sonreíste y me ayudaste a llevar todo a la mesa.

Tu sonrisa era y es lo que mas amo, era tan hermosa como tu. Me sentía tan feliz de verte tan contento con tu trabajo, sabia perfectamente que tu sueño era convertirte en un excelente abogado como también sabia que lo lograrías. Me contaste de tu nuevo caso podía ver tus ojos lo emocionado que estabas. A decir verdad no entendía mucho, pero me encantaba escucharte.

No se exactamente cuanto tiempo paso, ambos habíamos terminado la cena de manera buena, me contaste después de mucho tiempo todo lo que pasaba al rededor de ti y estaba agradecido honestamente. La comunicación entre nosotros siempre había sido realmente buena. Pero últimamente no pasábamos de las buenas noches y comenzaba a extrañarte. Sé que sueno egoísta y lo siento de verdad. No puedo evitar sentirme triste ante tu ausencia, entiendo que amas tu trabajo y no puedes dejarlo tirarlo debido a mi. Cómo explicarlo no estoy acostumbrado a estar sin ti.

La primera vez que faltaste a una de nuestras citas lo entendi, la segunda lo entendí menos que la primera, y lo sé de nuevo estoy siendo egoísta.

Después de la cena quería que te fueras a ala cama, pero siempre conseguías lo que quieras y yo jamás podría decirte no. Me ayudaste a levantar la mesa y a lavar los trastes sucios. Ahora me sentía realmente mal, a pesar de tener un día muy pesado, estuviste conmigo y me ayudaste a limpiar. Estaba siendo un completo idiota.

Los trastes y la cocina estaban limpios, solo quedaba ir a la cama. Tomaste mi mano y ambos caminamos a nuestras habitacion. Al girar la perilla de la puerta mis labios atacaron tus labios y mis manos tu cintura. Tú correspondiste de esa manera tan exacta y amorosa. Debía admitirlo quería ir más allá de unos besos, pero me detuviste. No reclamé porqué esta vez no sería un idiota y me iría a dormir felizmente contigo, por qué te amaba y amaba que tú estuvieras feliz.

Con amor, PCY.

Twelve Months My Love © || ChanBaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora