[30] Segunda Oportunidad

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Nina

¿Qué es la vida después de alejarte nuevamente de la persona que tanto quieres?

Estaba dispersa, con los pensamientos en cualquier lado menos en mí, que no me percate de la presencia frente a mí.

—Nina ¿puedo hablar contigo?

Me quede observandola una rato como si tratará de entender a que se refería. Pero asentí.

—¿Qué ocurre?

—Lo admito. He sido egoísta, me equivoque...—Suspiró pesadamente.—En todos estos días no hago más que pensar en lo que me dijiste, me he cerrado a todo por miedo a sufrir, sin darme cuenta de que el daño lo estoy haciendo yo misma... Mi mente se ha dejado llevar por los prejuicios de la gente y estuve  a punto de arruinar tu relación por envidia... Te veía feliz y yo quería tanto estar igual que tú... Lo siento.—Dijo entre lágrimas.—He sido una pésima amiga, no te apoye cuando lo necesitabas, al contrario hacia lo posible para que dejarás a Gastón.—Añadió dejándose caer en la silla frente a mi.

Ver a Luna con el orgullo quebrado era algo inédito, no pretendía que se mostrara así, sino que solo se diera cuenta de sus errores y tratar de cambiarlo antes de ser demasiado tarde. Pero igual creo que a veces es una buena terapia del alma, liberar todos esos sentimientos que atormentan el alma.

Me acerque a ella, porque a pesar de «pelearnos» y todo lo que le dije hace tiempo, seguía queriendo a Luna, no somos perfectos y tenemos errores.

Los amigos de verdad saben perdonar cuando alguien lo arruina, y dan segundas oportunidades cuando alguien falla. Lo que es real no es perfecto, simplemente es auténtico.

La abrace sin saber que decir, a veces las palabras sobran cuando el corazón habla por si solo, y la conexión es evidente.

Perdonar no significa dar razón a lo que sucedió, si no liberar el alma, muchas veces cuando nos convertimos en adolescentes o adultos, dejamos que rencores del pasado marchiten nuestra esencia. Deberíamos ser más como los niños, siempre que pelean, vuelven a jugar de nuevo, porque la felicidad es más grande que el orgullo.

—Eres mi mejor amiga, y nadie es perfecto yo también eh cometido errores, nunca había tenido una amiga y llegaste tú a cambiar eso.—Dije en cuanto nos separamos.

—Gracias Nina, siempre has sido una buena amiga conmigo. Has estado para mi siempre, y yo siempre arruino todo.

—No Luna, cometer errores es humano, no te culpes de todo, solo quería que te dieras cuenta de que te estabas equivocando.

—Quiero hablar con Matteo, y pedirle una disculpa, actúe por impulso como siempre sin siquiera darle la oportunidad de explicarme... Por cierto ¿Dónde está? Hace días no lo veo.—Ahora la que se sentía mal era yo. Baje la mirada, sin encontrar las palabras precisas de como decirle que se había ido.—Nina si no querés decirme lo entenderé... Ahora son amigos, y no querrá verme.

—Él se fue a Oxford con Gastón.—Murmure apenas audible. Rogando que no haya escuchado bien.

—¿Por cuanto tiempo?—Preguntó con una notable esperanza en la mirada.

—El tiempo que sea necesario para sentirse bien consigo mismo.

—Se fue.—Murmuró y asentí.—Lo merezco, por todo los malos momentos que le hice pasar.

—Lo siento.

La vida es así, un enigma sin poder responder al sentido que tiene, y el amor la incógnita que nunca podremos descifrar.

Hay amores que pueden ir súper rápido y aún asi durar toda la vida, hay otras que les dan tantas vueltas a lo que ocurre y no se llega a concluir. Y otros que dejan pasar la oportunidad para cuando se esté listo dejando que las heridas se sanen primero. No es cuestión de tiempo, si no de la misma persona. 

—Siempre tuviste razón, uno se cansa de perdonar lo que nunca hace y esperar lo que no es posible.—Dijo resignada.—Lo perdí por mi maldito orgullo, pero sobretodo volver cuando fue demasiado tarde.

Luna se despidió con un último abrazo para irse a casa y pensar con más tranquilidad, reflexionar sobre todo lo que ocurría.

En cuanto a mí, me dirigí a casa, era tarde y no me apetecía seguir ahí.

En cuanto llegue a casa me encontré a mamá llorando. Algo no iba bien. ¿Qué ocurrió?

—¿Mamá?—Me acerque hasta ella y la abraze.—¿Qué ocurre?

—Descubrí que César Molina... En realidad es Gary López... Me engaño todo este tiempo... Y yo de tonta le creí.

Aquello fue como si me echaran un balde de agua fría. Y entonces comprendí todo. El trato amable hacia mi de Gary, la razón por la que solo a mi me escuchaba, la razón por la cuál me pidió disculpas, el porque de sus explicaciones, pero sobretodo... El porque me dijo que algún día seriamos como una familia, no lo decía literal, lo decía de verdad.

Y comprendia a mi mamá, ella no toleraba las mentiras y menos la traición, es súper fan de la honestidad y le fallaron. Ya decía que su actitud tan rara se debía a un interés en particular.

Estuve con mi madre hasta la madrugado consolandola, parecía una adolescente que le rompían el corazón.

Esa noche dormí con ella, apegada al calor maternal, que no sentía desde los 5 años. Tan cálido como estar en los brazos de Gastón.

Día a día trataba de sobrellevar el acostumbrarme a la vida lejos de Gastón físicamente, pero siempre presente en mi corazón y en mis pensamientos.

«-Te extrañe tanto, no imaginaba la hora de volver a abrazarte y detener el tiempo, mientras solo estemos nosotros dos.»

Recordando esas simples palabras quede profundamente dormida.

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Tengan buen día!!!!

I

Y

O

U


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Amor Sin Fronteras|Gastina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora