Capítulo 10.

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Como sueñan las sirenas.

Fanfic YAOI por Yukino.

Viktor x Yuuri


"Nadie sabe que el rey de las mareas la vistió de arrecife y madre perla..."





"Él y yo habíamos discutido. Minucias de la competencia pero la verdad sentía que a veces no me tomaba en serio como contrincante. Siempre estaba seguro, claro estaba, era ya el portador de muchas glorias, cómo no iba a despedir arrogancia de vez en cuando. Nos sentamos a almorzar muy lejos el uno del otro después del entrenamiento, pero sabiendo que yo era incapaz de sostenerle una sola de sus miradas de mar, me veía fijamente. Yo apenas si podía tropezar con sus ojos y seguir comiendo tranquilamente. En uno de mis extravíos, él estaba sonriendo. Me miraba y sosteniendo su mentón en una de sus manos, me miraba como si yo fuese un niño. Intenté fingir aún más molestia, pero él más sonreía.

La práctica terminó y aunque quería salir corriendo, era una estupidez si vivíamos juntos. Sólo a propósito me hizo esperarle bastante. En el trayecto de regreso estuve con la mirada pegada a la ventana del auto, y él seguía mirándome como si fuese un niño. Entré corriendo al departamento y me encerré en la alcoba de invitados. No iba a compartir la cama con él esa noche. Escuché mucho desastre en la cocina, y pensé que debería comprar una vajilla de plástico. Viktor rompía todo. Y yo amaba ese torpe.

No supe qué horas eran exactamente, pero sí cómo la puerta del cuarto se abría. Yo fingía estar dormido, pero podía sentir su aroma, se acercó mucho a la cabecera de mi cama y pude sentir algo caliente en mi frente, tuve que abrir los ojos y era una pequeña torta con una velita encima. Era mi cumpleaños, y la verdad yo no lo recordaba. En ruso, me cantó y dos lágrimas se me escaparon de emoción. El desastre en la cocina que escuché fue porque él con sus manos me preparó esa pequeña tarta. Estaba horrible pero nos la comimos en medio de carcajadas. Ahora entendía que no quería que aceptara las prácticas ese fin de semana para estar conmigo y celebrar cada minuto. Él nunca me creyó incapaz de ser un triunfador, él era el único que pensaba que yo iba a brillar con mi propia luz y él sólo sería ese faro para que yo encontrara el camino.

Y entonces lo vi en sus ojos. Me quitó el plato de las manos y con hambre se lanzó sobre mí. Retiró todas las cobijas y sábanas, no necesitábamos estorbos en la cama. Le insistí en que fuéramos a nuestra cama y él sólo respondió que no debía preocuparme por eso, que lo íbamos a hacer en todos los rincones del departamento. Yo me sonrojé a más no poder, o al menos eso sentía en mis mejillas. Esta vez parecía que no quería juego previo pues lanzó una de sus manos directo a mi miembro, sonrió y luego la deslizó por debajo de mi pantalón. Estaba caliente y yo ya muy excitado, quizás sólo un beso bastaría para que yo estallara. Se acomodó entre mis piernas y con su boca empezó el recorrido desde mi cuello hasta llegar a mi..."


— ¡WOW! —Exclamó Otabek muy sonrojado, tomó las hojas y las devolvió, había sido suficiente de la lectura. Se acomodó mejor en la silla del avión y se airó un poco con la mano.

—Bueno, tú insististe. El punto es que todo eso que él sueña... no se lo he podido dar. ¿Cómo va a poder perdonarme de todo esto? Él debía vivir una vida tranquila, yo debería llenarlo de besos todas las mañanas, insistirle que regrese al patinaje, aún está muy joven. Y Mira ahora, recorro el país para saber si está bien. No se merecía nada de esto sólo por soñar conmigo.

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