Capítulo 1.

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COMO SUEÑAN LAS SIRENAS.


Fanfic YAOI por Yukino.

Basado en el anime de Yuri!!! On Ice

Viktor x Yuuri



«Sueña que vendrá del mar, un amor de carne y sal, con besos de héroe, de leyenda...»






El aire fresco de su ciudad, no era suficiente para oxigenarle el alma. Volvía con las manos vacías, con los sueños en fracaso, y con el mal sabor de boca al no saber qué diría en su casa, donde confiaron tanto en él. Arrastraba las ruedas de su maleta con el dolor del peso de las decepciones, y vaya que era insoportable. El patinaje artístico debía quedarse guardado y encadenado a los imposibles. Ya lo había probado, ya había participado y había perdido, no una sino muchas veces. Nadie para su fortuna le reconocía, no quería que se acercaran con palabras consoladoras, que ya no servían de nada.

Caminó sin alteraciones. Quería mirar muy bien su pequeña ciudad, la que tendría que recibirlo por mucho tiempo, quizás para siempre. Sentía que cada paso se hacía más difícil, como si los zapatos se le pegaran al concreto. Quiso tanto haber traído buenas noticias a su casa, quiso tanto que las cosas hubieran sido diferentes y haber visto el resultado de su esfuerzo, pero la realidad golpeaba sin piedad.

Casi rayaba el ocaso y se detuvo en un pequeño muelle de la playa de esa ciudad. El atardecer era precioso. Se sintió inspirado en ese sitio, como si no fuera un final sino más bien un inicio. Celestino le había dicho que si deseaba él seguiría entrenándolo, pero sentía vergüenza de hacerlo perder el tiempo, por eso con toda la educación aprendida en Japón, le dijo que tomaría un largo descanso emocional, pero que si se decidía volvería a intentarlo. Su plan no era dejar el mundo artístico del todo, incluso tenía pensado pedir trabajo a Yuko y a Minako para instruir pequeñitos y seguir en contacto con el medio. No podía desligarse del todo de algo que amaba tanto. Pero ya hacerlo él en público, era otra cosa.

Y llegó a su mente esa otra cosa que le dolía en el pecho, el no haberse podido cruzar nunca con él. Mirando ese naranja que se le estrellaba en la cara, pudo verlo patinando como si la pista y él fueran uno mismo. Las pocas oportunidades que tuvo para hablarle, las había perdido pues no creía que fuese a perder tiempo con alguien mediocre como él. Eso quizás era lo que más le dolía. Ahora solo podría soñar con su héroe personal, con su mentor, al que había defraudado y de qué manera. El último momento en el aeropuerto cuando él le dijo que si quería una foto; debió tragarse su orgullo y habérsela tomado, así entonces hubiese estado en contacto con su humanidad, por centímetros siquiera. Pero en ese momento, pudo más su tonto miedo. Cerró los ojos con fuerza, ya no podía posponer la llegada a casa, tenía mucha hambre.

—¡Bienvenido Yuuri! —gritaron al unísono quienes lo esperaban en su casa. Hubo algarabía cuando lo vieron entrar, su amigos y su familia estaban ahí, esperando por su llegada. Se sintió peor. Mientras Takeshi le abrazaba hasta casi destrozarle, su padre servía feliz copas de vino para recibir al muchacho. Su profesora estaba ahí y le reprochaba el hecho de haber subido de peso, y le dijo que le pondría en una rutina para que bajara lo más pronto posible. Su madre le abrazó con firmeza pero de manera corta, en Japón los sentimientos sobraban. Hasta las chiquillas de quienes recibía tantas fotos por parte de Yuko, estaban emocionadas de verlo, se le lanzaban encima para preguntarle tantas cosas que ni siquiera él comprendía. Por unos minutos se sintió feliz, como si de verdad mereciera ese recibimiento. Y desde el fondo de su corazón, agradeció que no le hubiesen recibido como un perdedor. Por supuesto aún no le decía a nadie que no volvería al patinaje artístico y ese no era el momento, no cuando se alegraban con su presencia.


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