Entre dimensiones [League of Legends]

Capítulo 6

La terrible desilusión de que ella tal vez no regresaría a su hogar era desgarrante en todos los sentidos. ¿Qué pasaría de sus padres y de su hermano? ¿Y la escuela? ¿Su futuro? A decir verdad, estar en Runaterra la hizo olvidar por un instante de todos los problemas que habían estado rondando por su joven cabeza, por un momento se había olvidado de la situación que estaba viviendo en su hogar, entre aquello se encontraba el hecho de tener problemas económicos que no le permitían tener una vida plena.

—Deberías estudiar en la Academia, al menos hasta que hallemos la manera de conseguir energía suficiente para abrir ese portal interdimensional —sugirió Heimerdinger, mientras estaba sentado con Gabriela en el laboratorio.

—No tengo dinero para pagar...

—Eso es innecesario aquí, jovencita —El venerable inventor le entregó unos libros—. Ve a pedir un uniforme, aunque eso es opcional.

—Gracias, en verdad ustedes han sido muy considerados conmigo —agradeció ella, antes de abandonar la habitación. En los pasillos, miró los libros que el yordle le acababa de dar. —Runas y maestrías combinadas, Cronología e Historia de Runaterra, ítems y ciencias, Biología, Música, Lenguajes... —leyó cada portada. A decir verdad, le interesó bastante.

La primera clase del día era Runas y maestrías (o como la llamaban los estudiantes: Aburrimiento rúnico), el profesor que dirigía esa clase era El mago rúnico. Había enseñado esa materia desde que se unió a la Liga de Leyendas, ta que era el único experto en runas.

—Toma asiento, Gabi —indicó el Profesor Ryze, él tenía puesto su uniforme maestro de la Academia.

—Siéntate aquí —La vastaya de nueve colas dio unos golpes a la mesa vacía que que estaba a su lado. La joven se sentó al lado de Nami y Jinx. Taliyah, Fizz, Ziggs y Ekko estaban cerca de ellas.

—Abran sus libros en la sección de las runas de Dominación, por favor —ordenó el Profesor Ryze.

Al pasar los minutos, Gabriela se dio cuenta del joven de cabello blanco que se hallaba sentado al lado de la ventana, completamente solo. Era El segador carmesí, con un libro en manos, cabizbajo. A decir verdad, parecía tener una personalidad más triste que arrogante, lo cual sería lo contrario a su Splash art de la temática de Academia.

También, se dio cuenta de que Ivern estaba sentado al fondo del salón, distraído por una nube en el cielo.

—Oh, mira, una nubecilla —exclamó El árbol padre, con tono alegre.

—Wow, es fabulosa —opinó Lulu, dando brincos en su asiento.

—¿Por qué debo estar sentado con estos idiotas? —murmuraba Kha'zix.

Gabi rio un poco, y volvió su vista a El segador carmesí. Francamente, lo contemplaría todo el día si tenía la oportunidad.

De súbito, un hilo de sangre corrió por debajo de la nariz del joven, y antes de que goteara por su libro (como la última vez), puso su mano, con la otra, levantó la mano para pedir permiso para poder ir a la enfermería.

—Es la cuarta vez esta semana, Vlad —comentó Ekko, preocupado—. Tal vez Taliyah tiene razón, tienes leucemia.

El joven de bufanda roja con rayas negras no prestó mucha atención a lo que su compañero le dijo.