Ú N I C O.

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La luz del sol entraba por la ventana, dando directamente al rostro de Jimin, quien apretó con fuerza los ojos y se giró, sintiendo como ahora los rayos del sol quemaban suavemente su espalda desnuda y un dolor de cabeza bastante fuerte comenzaba a nacer. ¿No había corrido las cortinas anoche?

Anoche...

Llegaron a su mente flashes de cabellos menta entre sus dedos, piel pálida, la sensación de grandes, delgadas y elegantes manos por todos lados, ojos marrones mirándolo profundamente como si fuera una presa, sonrisa confiada, un peso ligero y agradable encima de el y tanto ruido que probablemente los vecinos lo mirarían mal durante las próximas semanas.

Recordó al chico preguntándole si podía quedarse a pasar la noche y también recordaba haberle dicho que sí antes de caer rendido entre sus brazos.

Abrió los ojos, notando que el otro lado de la cama estaba vacío, puso atención a los sonidos esperando escuchar algo en el baño o en la cocina que pudiera indicarle que el chico seguía en su departamento, pero no fue así.

Se sentó en la cama, masajeando sus sienes. El nombre del chico era Yoongi y definitivamente recordaba haber cerrado las cortinas cuando habían llegado a la habitación. Para ese momento, Jimin no podía decidir si le molestaba más que el chico se hubiera ido como si nada o que hubiera también corrido las cortinas antes de irse.

Miró detenidamente al lugar donde el chico había estado dormido y luego a la mesita cerca de su cama, esperando ver quizá el número telefónico del chico pero no había nada.

Probablemente parezca estúpido pensar que el chico dejaría su número o que se quedaría para el desayuno, pero Jimin genuinamente pensó que habían tenido una conexión, o al menos esa había sido su conclusión después de pasar varias horas charlando animadamente como si se conocieran desde hace tiempo. Para ser honestos, Jimin probablemente habría podido pasar la noche entera escuchándolo hablar sobre sus aficiones de no haber sido por el fuerte deseo de llevarlo a casa que lo había asaltado cuando el chico había comenzado a hablar sobre su pasión por la música. Y si su memoria un poco afectada por el alcohol no fallaba, al principio de la noche, Yoongi incluso había hablado sobre un lugar en el que le gustaba desayunar, insinuando que estarían juntos para el desayuno.

Jimin se arrastró fuera de la cama y por unos segundos buscó con la mirada su ropa interior alrededor de la habitación antes de decidir que era una pérdida de tiempo, caminó a su armario y sacó la primera playera gigante que encontró, se la puso y caminó a la cocina, debatiéndose si sería una buena idea comer algo o sería mejor esperar un par de horas y todavía pensando en el chico con el que había pasado la noche; era precisamente esta situación la que le detenía de pasar la noche con personas que acababa de conocer: llámenlo ingenuo pero siempre pensaba que había una conexión y en realidad jamás la había. Definitivamente las cosas de una noche no eran lo suyo.

Se sentó en uno de los taburetes frente a la barra, sosteniendo un vaso de agua en una mano y una aspirina en la otra. La tomó mientras rezaba silenciosamente a cualquier Dios que lo escuchara para que desapareciera su dolor de cabeza, prometiendo en vano que sería la última vez. Cerrando los ojos, recargó la espalda en el respaldo del taburete y se giró de inmediato al sentir un material distinto en este: sobre el respaldo se encontraba una chaqueta negra de cuero, la tomó en sus manos y recordó habérsela visto puesta a Yoongi la noche anterior, no pudo evitar llevar la chaqueta a su nariz y respirar profundamente; olía un poco a humo de cigarrillos y también al olor que Yoongi tenía en la piel.

Dejó la chaqueta sobre la barra, cruzó las piernas y de nuevo se encontró a sí mismo preguntándose porqué el chico se habría ido así como así, acariciando los recientes moretones en sus muslos pensó que el chico debía tener una muy buena razón porque estaba más que claro que ambos lo habían pasado muy bien.

Con el dolor de cabeza disminuyendo lentamente, Jimin decidió que quizá era buena idea comer algo en ese momento para después poderse meter a la cama y no salir de ahí hasta que sus responsabilidades lo obligáran a hacerlo. Llenó de comida el tazón de su gato antes de asegurarse de que al menos una ventana estuviera abierta para que éste pudiera volver a entrar a casa, dio un par de vueltas a la cocina abriendo la alacena y el refrigerador en repetidas ocasiones, dándose cuenta de que si quería un desayuno que no fueran cereales, tendría que vestirse y salir a comprar algo pero la simple idea de caminar por las ocupadas calles de Seúl, con todo su ruido y movimiento hacía que su dolor de cabeza amenazara con volver.

Jimin se encontraba intentando decidir entre los dos cereales que compraba siempre cuando el sonido de la puerta abriéndose la hizo girarse.

—¿Tae? —Preguntó en voz alta, no era extraño que el chico entrara en casa de Jimin como si fuera la propia, lo extraño era que lo hiciera a esa hora, sobretodo siendo sábado.

Jimin dejó de respirar por unos momentos cuando se dió cuenta de que la persona que acababa de entrar a su departamento era la misma que había pasado la noche en su cama. Eran las 10 de la mañana del sábado, su cabello estaba desordenado, usaba la misma ropa de anoche,se asomaban por el cuello de la blanca camisa unas inconfundibles marcas moradas, estaba un poco arrugada y con las mangas arremangadas hasta los codos y aún así, parecía que el chico acababa de salir de una pasarela de modas.

—Uh, en realidad me llamo Yoongi, sinceramente anoche me pareció que te lo habías aprendido. —Dijo en tono burlón mientras sonreía y hacía malabares para cerrar la puerta mientras sostenía un montón de cosas: una bandeja con lo que parecía un latte y un café americano, ambos en las rocas, una bolsa de papel que Jimin adivinaba que se trataba de algún tipo de pastelillos, su celular y las llaves de su coche.

—Sé que eres Yoongi, sólo no esperaba que volvieras —Dijo Jimin sintiendo sus mejillas arder levemente y con un poco de inseguridad mientras el más alto se acercaba, de repente fue completamente consciente de su desnudez bajo la enorme playera y se sintió un tanto tímido al respecto. Yoongi parecía notarlo y parecía encontrarlo divertido.

—No bromeaba cuando hablé de desayunar juntos, Jimin. —le dijo antes de acercarse a el, tomarlo por la cintura y sentarlo en la barra, parándose ahora entre sus piernas y mirando con diversión las marcas que sus dedos habían dejado en la blanca piel de Jimin, quien aguantaba la respiración mientras los largos dedos repasaban suavemente los moretones.

Yoongi levantó el rostro para mirarlo y le dió a Jimin una sonrisa que ésta reconoció de inmediato, Yoongi le había sonreído así varias veces la noche anterior, todas las veces antes de hacer o decir algo que le erizaría la piel.


Espero les guste este One Shot tanto como a mí. Supe que queria adaptarlo desde que lo leí.
La autora de este OS es mi amiga GorgeousKlossy la pareja original del oneshot es Taylor Swift y Karlie Kloss.
Ella tiene una cuenta con el One Shot original publicado por si quieren leerlo.
Nos leemos luego.

Breakfast [Y.M]Where stories live. Discover now