Free Fall

Capítulo 17

La tarde del viernes llegó más rápido de lo que había esperado, solo habían transcurrido 24 horas desde el oscuro incidente de la fotografía homoerótica cuyo saldo había sido ni más ni menos que la expulsión de cierto cretino del instituto.

Y justo cuando pensaba que la semana no podía terminar de mejor manera la noche anterior había recibido un mensaje de whatsapp de un número desconocido, inicialmente sintió algo de miedo ya que el mensaje le invitaba a salir la tarde del viernes lo que significaba que quien quiera que sea el remitente lo conocía y sabia que tenia el día libre ya que Lydia le había librado de la última reunión de logística del baile.

Un escalofrío duradero recorrió su espina de forma repentina, entonces se sentía como si estuviera en una película de terror clase B en donde una chica yacía en su casa inconsciente del acosador que esperaba cualquier oportunidad para entrar y arrancarle los implantes de senos a puñaladas... y obviamente él era la chica.

Unos segundos más tarde y haciendo uso de su bien conocida lógica decidió investigar más acerca del desconocido. Pensó entonces en pagarle a Danny, quien sabía por los registros de la comisaría que tenía cierta afinidad con la tecnología... y entonces una luz se encendió en su mente y aunque el pensamiento que surgió no tenía relación con su situación actual sino con el incidente del instituto, recordó que el chico no era más que su compañero de aula es decir no eran amigos y llegar de la nada y recordarle su récord policial no era la mejor forma de establecer algún vínculo amistoso, por lo que lo descartó de inmediato.

Volvió su atención a la aplicación, entonces sin miedo selecciono el número desconocido y al fijarse en la foto del contacto se sintió como un idiota aunque solo por un instante ya que lo siguiente que supo es que su cuerpo fue invadido por una infinita felicidad, reconocería aquel rostro a metros de distancia más que nada aquella barba que perfilaba a la perfección los rasgos del moreno; y con mucha razón después de todo ¿quién podría presumir que el gran Derek Hale le había propuesto tener una cita?

Y es así como se resumían sus últimas horas, al salir del instituto había corrido a casa en donde por algún misterio cósmico se encontraba su padre aunque como lo bueno no dura mucho, John le explicó que había pedido un par de horas libres para descansar y que se marcharía al atardecer.

El entusiasmo del chico no pasó desapercibido para el mayor, quien a juzgar por el repentino interés de su primogénito en su aspecto físico pudo sin más asumir que Stiles estaba a punto de tener una cita.

Luego de soportar un par de comentarios de su padre acerca de su evidente cita y la maravillosa chica con la que saldría, Stiles solo pudo volver a su habitación debatiéndose en si debía contarle la verdad a John o hacer lo que hacía cada vez que tenía un problema, ignorarlo hasta que se volviera tan grande que se le saliera de las manos... obviamente se decantó por la segunda alternativa.

Afortunadamente, para ambos, unos minutos luego de la conversación con el Sheriff, éste tuvo que volver a la comisaría. Dejando a un chico hiperactivo y ansioso a la espera de su caballero del camaro negro.

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El nerviosismo se lo estaba comiendo vivo, las paredes de su habitación parecían cerrarse en torno a él con cada segundo que pasaba. Nunca en la vida se había considerado claustrofóbico pero en ese momento solamente contaba los minutos que restaban para salir de allí en camino a la que prometía ser la mejor cita que había tenido, de eso se había encargado muy bien en cuanto reunió el valor suficiente para invitar al castaño de sus anhelos.

Luego de una inusualmente larga ducha y lo que le pareció una eternidad para encontrar el conjunto perfecto para la ocasión, se encontraba descendiendo hacia la primera planta de la casa en donde su tío parecía disfrutar tanto de un misterioso libro que no se percató cuando Derek se acercó al sofá donde este se encontraba.