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Disclaimer: ©Shingeki no Kyojin/進撃の巨人, sus personajes y trama son propiedad de su autor, Hajime Isayama.

El movierse de ©"Thor" y ©"Avenger 3: Infinity War", trama y personajes son propiedad de Stan Lee, Marvel y Disney.

La mitología nórdica es pues, de los nórdicos.

Yo tan solo realizo este FanFic por diversión, sin ánimos de lucro.

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Así como en esta vida en la otra

Nunca fue odio. Más bien fue la terrible agonía de un —prohibido— amor disfrazado, obligado a permanecer en la oscuridad, la misma en la que él terminó consumido tiempo después.

Debido a eso es porque sabe, lo siente, que jamás esperó que todo se desarrollase así; porque al principio tan solo había querido filtrar un poco de su dolor en otros ojos. Así pues, todo empezó por una travesura que buscaba tal fin, pero que lastimosamente desencadenó una serie de eventos que acabaron en un final trágico.

El Dios del engaño piensa que si al menos, la última visión que tuvo de su tonto —amado— hermano no hubiera sido el de la más aterradora desesperación, la sensación punzante de aquel desenlace no hubiese sido tan arrolladora. En verdad hubiera preferido que fuese como la primera vez que según había sucedido aquello, pues la decepción, e incluso la furia son sentimientos que llenan, pero la desesperación no, la desesperación es el símbolo de la pérdida inminente, el preludio al vacío total.

En el último segundo de su vida, escuchando como sinfonía final el llanto ahogado de su hermano, desea en verdad haber podido cumplir aquella triste y burda promesa:

«Te prometo hermano, que el sol brillará sobre nosotros otra vez»

Ojalá.

De verdad lo había querido.

Pero quizás el karma al fin le había alcanzado y le sacó la factura de sus miles de errores cometidos por un amor que jamás siquiera debió anidar en su corazón, o siquiera debió ser pensado existir.

Aunque ya nada de eso importa, piensa él.

Desvaneciéndose en sombras profundas, su conciencia persiste unos segundos más después del dolor fatal, y es entonces que le sobrevienen los recuerdos, casi todos plagados de vivencias junto a aquel rubio que para todos era su némesis, pero que en realidad era su todo. Son fugaces, como haces de luz perdiéndose en el espacio infinito, aunque de repente sucede, aparece, abriéndose paso como un lejano eco: Aquel momento.

Lo ve nítido. Es uno de esos cuando era solo un niño, en los tiempos en que solía pasar con su madre Frigga. En aquel ahora lejano momento, ella le contó la historia del mundo, de su creación y la comunión que lo sostiene. Le habló también del misterioso e insondable Ginnungagap, del místico Yggdrasil, del helado Niflheim, del abrazador Muspelheim, de los gigantes primogenios y de los dioses que les sucedieron, de los mounstrosos actos de estos mismos y la bondad oculta tras estos. Si bien en su mente infantil aquella historia le pareció fascinante, percibió que si su madre se la había relatado con tanto detalle y onminosidad era por una razón oculta, así que se lo preguntó cuando ella finalizó su relato, viéndole fijamente esperó por tal secreto. Ella sonrió, y se lo confesó, sintiéndose orgullosa de la perceptividad de su pequeño.

Así como en esta vida en la otraWhere stories live. Discover now